Según la nueva encuesta de innovación tecnológica (la sexta versión) que dará a conocer el Ministerio de Economía, el gasto en innovación y desarrollo (I+D) se ubicaría en torno a 0,5% del PIB entre 2007-2008, cifra levemente más baja a la registrada por el informe anterior (0,68%), lo que viene a complicar la meta propuesta por el gobierno: llegar a 1,5% del PIB en 2014 y a 2% en 2018.
El bajo número de empresas que realiza I+D (cerca de mil) y la necesidad de que el gasto público al menos se duplique en cuatro años (llegando al 0,9%) y que la inversión privada en esta materia se triplique (alcanzando el 0,6%), hacen casi imposible lograr el objetivo planteado al comienzo de la administración de Sebastián Piñera.Si a esto se agrega que la meta del gobierno es crecer al 6% anual por los próximos años, el esfuerzo debe ser aún mayor hacia 2014 porque el PIB será más alto.
Para Patricio Cortés, director del Centro de Emprendimiento de la Universidad del Desarrollo (UDD), aunque la nueva cifra no marca una tendencia, "para llegar a 1,5% del PIB se requiere un esfuerzo decidido de las empresas hacia la I+D y el gobierno debe ayudar en esa transición".
Las compañías, agrega Cortés, tienen una profunda orientación a los resultados inmediatos y eso dificulta la capacidad de pensar en el mediano y largo plazo, donde está la innovación.
Desde la perspectiva de Iván Vera, director Club de la Innovación de la Universidad Adolfo Ibáñez, el Estado debe ser más osado en sus políticas para fomentar la innovación y "ser el primer emprendedor".
Actividades innovativas
Aunque la nueva encuesta de innovación arroja que las empresas han quintuplicado su inversión en actividades innovativas (llegando a unos US$ 3.500 millones), este tipo de acciones no necesariamente tiene efectos significativos en la productividad.
A juicio de Eduardo Bitrán, ex presidente del Consejo Nacional de Innovacción para la Competitividad (CNIC) y académico de la UAI, esto se explica porque en Chile todavía no hay una cantidad significativa de empresas que tengan estrategias de innovación como parte fundamental de su modelo de negocio. "No existe una cultura en ese sentido y pretender que en tres años la inversión privada aumente en casi tres veces es casi imposible", dice.
La poca transferencia de conocimiento desde la universidad hacia las empresas es otra de las grandes problemáticas a considerar. La cuestión central no es la creación de conocimiento (la publicación de papers por académico es similar entre Chile y Estados Unidos), sino que la promoción de transferencia tecnológica hacia el mercado, explica Cortés.
Rol del Estado
Hasta 2006, el 0,46% del gasto en I+D correspondía al Estado, en actividades involucradas en el Sistema Nacional de Innovación y se estima que este presupuesto habría aumentado sobre 10%, desde que se estableció el royalty de la minería.
Sin embargo, de acuerdo a los últimos datos de la encuesta, el gasto público caería a una cifra cercana a 0,3% del PIB, lo que se explicaría por el cambio metodológico del informe, asimilado ahora a los estándares OCDE. De este modo, por primera vez se mide a los que ejecutan la investigación y se toma una muestra para medir un conjunto de instituciones.
Para los expertos, estos datos no marcan una tendencia y afirman que sólo desde este año debieran verse los impactos generados a partir de la creación, en 2006, del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC), de InnovaChile de Corfo y del Consejo Nacional de Innovación (CNIC).
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