—Chile viene recuperándose de la crisis financiera de 2008-2009 y enfrenta un cuadro complejo en Europa, a lo que se suma el impacto del terremoto. ¿Cómo percibe el panorama doméstico para 2010?
—Muy bueno. El aparato fiscal ha hecho lo correcto y esta administración va a inyectar mayor eficiencia al gasto, lo que ha sido bien interpretado por el mercado. Las empresas realizaron los ajustes adecuados: postergaron los proyectos que debían, tomaron decisiones valientes y alivianaron sus costos.
—El Imacec de abril sorprendió a todos, ¿se terminaron las contracciones en la actividad?
—Preveo un crecimiento de 6% en el segundo semestre, alentado, principalmente, por el consumo privado. Además, el sismo, que fue un duro golpe no sólo al bolsillo sino que al alma chilena, ha permitido al país recuperar un ritmo de expansión fuerte, enfocado en mayor eficiencia, lo que se verá reflejado en tasas de PIB más elevadas.
—En materia de desempleo, también hubo novedades alentadoras…
—Estimo registros de desocupación a la baja, en particular en aquellos profesionales especializados, en donde espero una alta rotación, mayores salarios, lo que irá acompañado de mejores expectativas.
—Más allá del sello en gestión impreso en estos meses por el Gobierno, la ruta política no está tan despejada, considerando, por ejemplo, la tramitación de la Ley de Financiamiento. ¿Cómo evalúa usted el plan propuesto?
—Se trata de un plan bastante bien razonado y va en la dirección correcta. Insistiría, eso sí, en lo referido al impuesto de timbres y estampillas, el que perjudica sobre todo a la clase media. Ahora, el que me llama más la atención por su inteligencia es el royalty, ya que se propuso una fórmula que salvaguarda la recaudación, pero también a las compañías, dándoles un plazo superior de inamovilidad tributaria, además de parámetros de ajustes de acuerdo al precio del cobre: todos ganan.
—Hacienda ha señalado que el déficit fiscal nos acompañará durante prácticamente todo este Gobierno. ¿Qué alcances económicos advierte de esta situación?
—No me preocupa tanto la discusión respecto al déficit, sino que en qué se está gastando. Los gobiernos de la Concertación se basaron en ampliar la cobertura, y lo que se requiere hoy es mejorar la calidad. Con todo, habrá déficit, porque el arrastre que tenemos del año pasado es muy fuerte.
PRESION INFLACIONARIA
—A nivel mundial ha cobrado fuerza la idea de un rebrote inflacionario, ¿está Chile en esa posición?
—Los rebrotes volverán sí o sí, con un énfasis en el área alimentos. La discusión es si ocurrirá en el cuarto trimestre de este año o en el primer semestre de 2011.
—¿Por qué?
—Porque los riesgos están cayendo, lo que compensará la corrección monetaria. Anticipo un destape de los bancos para capturar clientes.
—¿Cuál es el ajuste de tasas que espera para este mes?
—Lo prudente es que la autoridad eleve los tipos a lo menos en 25 puntos base, atendiendo inflaciones sobre el 5% a partir de 2011.
—En ese contexto, ¿es conveniente aplicar un reajuste salarial?
—Hay que cambiar esa discusión y llevarla hacia el salario ético familiar. La pasada crisis nos enseñó que la alta volatilidad llegó para quedarse y que la distribución del ingreso empeoró; entonces, hay que pensar en programas de empleo mucho más directos a través de subsidios a la contratación, pero también por medio de subsidios familiares.
—También se está abriendo la discusión respecto a modificar el concepto de empresa, ¿qué opina sobre este punto?
—Está cambiando todo. Hoy existe el empleado-emprendedor, y si a nivel de personas ya está ese concepto, imagínese a nivel de empresa. El asunto está transformándose mucho más rápido de lo que la ley dimensiona.
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Necesitamos Un Gran Gestor Más que Un Gran Académico en la FEN
—En calidad de candidato para seguir como decano en la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile, ¿cuál es el sello que propone para encabezar este proyecto?
—En el área de Pregrado, debemos avanzar hacia un esquema de competencias específicas a nivel de marketing, finanzas, macro, recursos humanos, control de gestión y políticas públicas, por nombrar algunos aspectos. Es indispensable impulsar también la carrera de Ingeniería en Auditoría y, en tanto, hay que cambiar la idea de que Santiago es Chile, a través de becas de intercambio, y aumentándolas a 100 para prácticas profesionales afuera. En cuanto al Postgrado, tenemos que reforzar la internacionalización de los programas mediante la certificación tanto foránea como local. En cuanto a las transferencias tecnológicas, el desafío es extender a Latinoamérica las asesorías que hacemos en este campo.
—Usted cuestionó, en su momento, la nominación de Manuel Agosin por parte de un Comité de Búsqueda…
—Esa discusión ya ha sido superada, es del pasado. Más que un gran académico, necesitamos un gran gestor. Hay que cuidar la libertad, y estamos dando pie a que la democracia se exprese.
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