Chile iniciará además este proceso de la mano de un nuevo Gobierno, el primero en medio siglo que encabeza un presidente conservador, Sebastián Piñera.
El Acuerdo de Asociación con la UE es el convenio bilateral más amplio suscrito por Chile en toda su historia. Es el hito más importante en las relaciones económicas internacionales del país y constituye un instrumento fundamental para ampliar y profundizar los lazos con Bruselas en todos sus ámbitos.
Sin embargo, las autoridades chilenas consideran que se le puede sacar más provecho y por ello acuden a la cita de Madrid con la aspiración de profundizar y ampliar el alcance de este acuerdo.
En los cinco años posteriores a la entrada en vigor de ese acuerdo, Chile triplicó los intercambios comerciales con los países de la Unión Europea, que pasaron de 8.000 millones de dólares a finales de 2003 a 24.000 millones al cierre de 2008.
Si bien se reconocen diferencias, Chile considera que América Latina comparte con los países europeos una comunidad de intereses, lo cual ha permitido en las últimas décadas fortalecer las relaciones entre ambas regiones.
"La Unión Europea es un ejemplo permanente para la construcción de esquemas y acciones en América Latina", sostiene el documento "Perspectivas, Proyecciones y Desafíos de la Política Exterior de Chile" publicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores en febrero de este año.
Desde la entrada en vigor del Acuerdo de Asociación entre Chile y la Unión Europea las relaciones entre ambas partes se han fundamentado en la esfera económico-comercial, propia del proceso de apertura y liberalización económica iniciada en la década de los años noventa.
Y paralelamente también destaca la cooperación en materias de relevancia para el desarrollo. En este sentido Chile mantiene un propósito constante de vigorizar el diálogo político y los lazos en áreas como la cohesión social, el fortalecimiento democrático de las instituciones y la estabilidad política.
"Los esfuerzos hoy apuntan a ampliar las áreas de cooperación hacia materias tan fundamentales para las próximas décadas como son la innovación, la ciencia y tecnología, y el capital humano. Eso refleja una cierta maduración de la relación bilateral entre la UE y nuestro país", señala el citado documento de la Cancillería chilena.
En cuanto a la relación de Latinoamérica con la UE, Chile considera que "a partir de la cumbre celebrada en 1999 se inició un avance hacia una asociación que implica una estrecha cooperación en el terreno político, económico, cultural y científico-tecnológico.
"En los diez años transcurridos desde el primer encuentro, los cambios en ambas regiones son sustantivos. La UE consolidó su proceso de ampliación, lo que ha centrado su atención en los problemas de desarrollo y de institucionalización de los nuevos socios".
Por su parte, "América Latina aparece como una región más homogénea y estable que hace algunas décadas", sostiene el citado informe.
Durante su visita a España para participar la semana próxima en la VI Cumbre Unión Europea, América Latina y Caribe, el presidente chileno pretende involucrar a las empresas europeas en la reconstrucción del país, que se vio seriamente afectado por el terremoto del 27 de febrero.
Piñera confía además en obtener el apoyo para que Chile sea la sede de la próxima reunión, prevista para el año 2012.
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