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martes, mayo 11, 2010

Innovando en la tragedia

¡Qué bueno puede salir de una catástrofe como el terremoto del 27 de febrero! No poco. En este artículo, el experto en innovación Carlos Osorio explica cómo los desastres sirven para impulsar la creatividad.

La necesidad es la madre de todas las ciencias

“No podemos escoger las circunstancias externas, pero siempre podemos escoger cómo respondemos a ellas” -Epicteto

“La necesidad es la madre de todas las ciencias” es un dicho conocido y, en gran medida, es una verdad avalada por la disciplina de la innovación: parte importante de las innovaciones más exitosas nacieron como respuesta a problemas u oportunidades en búsqueda de solución, o como mejoras significativas a soluciones existentes que mostraron no funcionar lo suficientemente bien.

Una necesidad surge cuando se hace evidente o patente, pero se transforma en un incentivo para innovar cuando se reconoce como crítica para la vida y bienestar de las personas, o la competitividad de las empresas. Esto sucede cuando se identifican vulnerabilidades, o el eslabón más débil en una cadena, imprescindibles para mantener o mejorar significativamente la calidad de vida y la actividad económica.

Lamentablemente, no hay nada más efectivo que períodos de escasez, guerras y catástrofes naturales para crear, o hacer patente, vulnerabilidades sociales y económicas y, evidenciar, o debilitar eslabones en cadenas de vida o producción. Veamos algunos ejemplos.

El Gran Incendio de Chicago, por ejemplo, comenzó a las 9:00 am del 10 de Octubre de 1871 y, además de destruir parte importante de la ciudad, dejó en evidencia que, entre otras vulnerabilidades, el cuerpo de bomberos no supo del incendio sino hasta 40 minutos después de haber comenzado, y que la ciudad de Chicago estaba abusando de la madera como material de construcción, dados sus fuertes vientos típicos. Además, generó un problema de escasez no menor al dejar a un 20% de la población sin hogar.

El terremoto de San Francisco, de 1906, es otro ejemplo. A las 5:06 am del 18 de Abril ocurrió un terremoto de intensidad estimada entre los 7.7 y 8.2 en Richter, que fue seguido por fuertes réplicas. Sin embargo, lo más destructivo no fue el terremoto, sino el incendio que le siguió. En total, casi el 70% de la población perdió su vivienda, y se destruyeron más de 25,000 edificios… sin embargo, el 50% de los edificios y viviendas destruidos habrían sobrevivido al terremoto de no haber sido por el incendio.

Historiadores de la tecnología y economía han mostrado que las catástrofes, ya sean naturales o producidas por el hombre, como guerras, han generado importantes olas de innovación en la historia. La dinámica general de desarrollo de estas innovaciones ha sido (i) la identificación o profundización de un problema o vulnerabilidad, (ii) generación de incentivos suficientes para resolverla, (iii) creación de muchas alternativas de solución compitiendo por superioridad en mercado, y (iv) paso de etapas de ebullición en alternativas a calma mediante el surgimiento de un “diseño dominante” (una solución que es reconocida como la mejor por el mercado, y se vuelve punto de referencia para todas las empresas operando en un sector).De este modo, ¿cómo entender una innovación social? Yo la defino como cualquier novedad, o cambio no trivial, en proceso, producto, servicio o modelo de negocio que genera valor para un sector de la población, y retornos para quienes innovan. La relevancia acerca del “valor” y el “retorno” lo discutiremos al final de este artículo.

El terremoto, sus problemas y la necesidad de nueva perspectiva

“Contexto Externo + Capacidades Internas + Liderazgo = capacidad de cambio y reacción” – Michael Jarret

Volviendo a los últimos meses en Chile, hemos sido testigos de cómo el último terremoto ha dejado en evidencia problemas, vulnerabilidades y limitaciones existente a todo nivel, y ha creado nuevos. Estas vulnerabilidades y problemas van desde lo débil de nuestro “sistema” de respuesta a catástrofes, problemas de comunicación para alertar (o no) a la población, hasta los creados por la destrucción de hogares, escuelas, hospitales y empresas de todo tamaño, o la relevancia de la experiencia que deben tener nuevos funcionarios públicos en situaciones de catástrofe.

De este modo, parte de las vulnerabilidades inmediatas fueron la falta de gasolina, escasez de alimentos, ausencia de electricidad, problemas para comunicarse, y carencia de viviendas. Es interesante notar, sin embargo, que estos problemas no surgieron con el terremoto, sino que sólo se hicieron más visibles, presentes y urgentes por el número y tipo de personas que los comenzaron a padecer, y las condiciones en que se generaron. Chilenos viviendo en extrema pobreza han tenido que vivir en situaciones como ésta durante décadas.

Para la gente viviendo en carpas y viviendas de emergencia, algunos de los desafíos son: ¿Cómo preservar y cocinar alimentos sin energía eléctrica y escasez de gas? ¿Cómo mantenerse cubierto del frío y la lluvia? ¿Cómo ir al baño y asearse sin tener acceso a redes de agua potable? ¿Cómo lavar y secar la ropa?¿Cómo manejar el escaso espacio en una mediagua para dormir, cocinar, comer, vivir, jugar, tener vida de pareja? Sólo por nombrar algunos.

En momentos como este surgen soluciones que van desde las buenas, a las malas y muy malas. Cuáles se terminan implementando depende de la presión y necesidad de resultados en el corto plazo, información limitada debido a la ambigüedad e incertidumbre típica de estas situaciones, y la tendencia a pensar que las mejores ideas son aquellas identificadas como buenas por quienes están a cargo. Lo anterior genera algo conocido como “anclaje”, que es una de las más conocidas trampas en toma de decisiones.

El anclaje es un sesgo cognitivo que genera preferencias a favor de una alternativa de solución en particular. Al hacerlo, esta alternativa comienza a ser considerada como preferida, y el sesgo influencia a las personas a asignarle una probabilidad de éxito superior a la real. Esto hace que los equipos tiendan a enamorarse de las ideas y las quieran llevar a cabo. ¿Por qué importa esto? Porque muchas veces las soluciones implementadas no son las mejores, sino aquellas elegidas y disponibles en el corto plazo.

Para no caer en este tipo de trampas se necesita identificar de manera rápida los problemas y cambio de situaciones en el contexto externo, contar con las mejores capacidades internas que permitan resolver estos problemas y el liderazgo necesario y adecuado para enfrentarlos.

Sociedades e innovaciones sociales

“El azar favorece a la mente preparada” –Louis Pasteur

Ver oportunidades en momentos de catástrofe requiere no sólo una manera especial de percibir la realidad, sino además la fibra necesaria para transformarla en algo mejor. Un aspecto común entre países en desarrollo es que, en general, luego de catástrofes se reconstruye casi lo mismo, un poco mejor, donde mismo, o se resuelve el problema pensando de manera linear, y sin considerar efectos llamados “secundarios”. ¿El resultado? Los problemas vuelven a aparecer año más tarde con similares resultados.

Sin embargo, cuando algo similar sucede en un país desarrollado, las opciones y resultados son distintos. Investigaciones muestran que una diferencia fundamental entre países desarrollados y en desarrollo está en cómo resuelven sus problemas. Por ejemplo, así como Chile es el país más sísmico del mundo y vive con el riesgo inminente de terremoto, el 55% del territorio de Holanda vive bajo el nivel del mar, protegida por 3.500 km de defensas y con el riesgo inminente de inundaciones.

Como ejemplo, la norma de edificación actual en Chile se diseñó en gran medida en base a lo sucedido en el terremoto de 1985, lo que hizo que muchos edificios tuvieran problemas aun estando “en norma”. La respuesta fue muy distinta en el caso de la Gran Inundación de 1953 en Holanda, donde murieron 1.835 personas, 70.000 fueron evacuadas, hubo pérdida parcial o total de casi 48.000 edificios.

Sin embargo, en vez de ajustar la norma a la situación de la inundación del 53, los holandeses decidieron desarrollar una que pudiese aguantar las peores circunstancias: un cataclismo con probabilidad de 1 en 10.000 años. Como resultado, los holandeses han generado conocimiento y tecnología de punta acerca de cómo manejar el agua en las peores condiciones que ha servido en Nueva Orleans por el huracán Katrina, proyectos de reclamación de tierras en Dubai y barreras en Finlandia.

Sin embargo, hay diferencias culturales importantes. La cultura holandesa se basa en la moderación, no dejarse llevar mucho por las emociones (especialmente la rabia), y resolver los problemas de manera colectiva. Algo que responde de la necesidad histórica de unirse y trabajar en conjunto para defenderse contra el agua. De hecho, la palabra comunidad (schap) deriva de scheppen que significa crear y usar la pala.

Así, mientras en Chile hay una tendencia general hacia el logro y creatividad individual, en Holanda –que es sólo un ejemplo de muchos− el foco está en el equipo y logro grupal. Del mismo modo, Holanda “ancló” su problema en las peores condiciones que pudieron pensar, mientras Chile lo “ancló” en el pasado. Del mismo modo, mientras en Chile hay una actitud generalizada hacia buscar el éxito y penalizar la falla en el camino, en la mayoría de las sociedades más innovadoras se reconoce el valor de la falla y de ceder. Han van der Horst, autor de Low Sky: Understanding the Dutch dice: “Debes conocer tus fortalezas, pero de vez en cuando debes ceder, entendiendo que es la mejor decisión y no algo de qué avergonzarse”.

Esta comparación con Holanda no es casual. Tiempo después del terremoto, fui invitado a la Escuela de Negocios de la Universidad de Amsterdam a hacer clases y presentar mi investigación en métodos de innovación. Esta visita me sirvió para, en base a entrevistas con varias personas, complementar este artículo con la visión de un país que vive tan cerca de catástrofes como Chile, pero que tiene una perspectiva distinta de cómo enfrentarla.

Para la creación de innovaciones en general, e innovaciones sociales en particular, es necesario poseer un acervo cultural que funcione como base para resolver problemas de manera distinta y permita movilizar esfuerzos. Chile está en buen pie para hacerlo, no por el terremoto, sino por cierto nivel de cambio cultural que se ha dado durante la última década entre los jóvenes.

¿Qué está pasando en Chile? Durante el último mes hemos visto desde alumnos en la maestría de innovación de la UAI diseñando soluciones para familias viviendo en mediaguas, a equipos del Centro de Innovación de Un Techo para Chile que han desarrollado una ducha y un lavaplatos portátil. Desde la creación del concurso Crea por Chile, llamando a diseñar soluciones para los afectados por el terremoto; a un equipo de los mejores chefs de Chile que, junto a científicos, están diseñando alimentos funcionales, que permitan reducir o eliminar el efecto que el estrés sostenido y la privación de alimentación de calidad puedan tener en el sistema inmunológico y la recombinación del ADN de los damnificados. Por otro lado, el Foro Innovación tiene preparada la Ruta de la Innovación, que recorrerá desde Puerto Varas a Antofagasta; y junto a Enjoy, MoviStar y Un Techo para Chile están levantando desafíos locales de alto impacto social y económico, y dar herramientas para que actores locales puedan resolverlos.

Y ahora…¿qué?

“Transformar ideas interesantes y tecnologías prometedoras en una empresa que puede mantenerse innovando por años requiere de muchas disciplinas” – Steve Jobs

Hemos visto cómo Chile se ha movilizado como nunca, sin embargo, ha sido preocupante cómo esta movilización bajó luego de “Chile ayuda a Chile”. Es como si el logro de triplicar la meta hubiese dejado a una gran parte de la ciudadanía satisfecha con haber hecho lo necesario, aun cuando lejos de lo suficiente. Esto, que en parte habla acerca de cómo nuestra sociedad se relaja al sentir que ha ayudado, tiene relación con un efecto más profundo y de extrema relevancia en innovación social: sustentabilidad.

En otras palabras, no basta con “crearlo”, su utilidad, impacto y utilidad se prueban en el uso. No basta con hacer concursos de ideas en búsqueda de aquellas geniales, porque muchas de ellas pueden tener, incluso, efectos negativos. Para que un invento, idea o diseño termine siendo una “innovación social” tiene que ser sustentable desde la demanda y desde la oferta.

Desde la demanda, debe generar valor para las personas a las que pretende ayudar, y desde la oferta, debe generar suficiente retorno financiero y/o valórico. De esta manera, tener demanda asegurada no basta si no es posible asegurar una oferta continua, de la misma manera que tener asegurada la oferta no tiene importancia alguna si es que no se genera impacto.

Para esto, se necesita personas con miradas muy distintas para percibir la realidad de diferentes ángulos que, además, provengan de distintas disciplinas para que sean capaces de cambiarla de manera significativa. En el proceso, no sólo se pueden resolver los problemas directos provocados por la catástrofe, sino que extender su utilización para resolver problemas de quienes necesitan resolver problemas similares en Chile y otros países, y aplicar el conocimiento para resolver problemas análogos.

Por último, una recomendación de lectura obligatoria para todos aquellos trabajando en responder de manera directa o indirecta al terremoto: Learning from Catastrophes: Strategies for Reaction and Response editado por Howard Kunreuther y Michael Useen, de Wharton. Este libro, publicado casi al mismo tiempo que nosotros estábamos sufriendo el terremoto, reunió a expertos de todo el mundo y de distintas disciplinas en torno a diferentes dimensiones relacionadas con varios tipos de catástrofes.

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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.