"Si hay un patrón de decisiones así, eso diría al mundo que hay problemas, pero sólo una decisión en un tema tan sensible como el medioambiente no es necesariamente una señal fatal para los inversionistas extranjeros", afirmó desde Washington.
El analista explicó que los inversionistas extranjeros comprenden problemas puntuales como éste. Pero el caso sería distinto si el gobierno prohibiera construir la central termoeléctrica producto de las presiones. "Eso sería un problema más grave, pero por ahora no es una señal muy mala para Chile. Las consideraciones medioambientales deben incluirse en la decisión del gobierno", destacó.
Para Roberts, el problema es que los medioambientalistas "están absolutamente contra el desarrollo".
Según el analista, este caso no llevaría a una inseguridad jurídica como la que se ve en países como Argentina. "He escrito mucho sobre las decisiones malas del gobierno de los Kirchner en Argentina, y las presiones y casi guerras contra el sector privado. Argentina ha perdido mucha libertad económica en nuestro índice, mientras Chile se ubica en el puesto n°10 a nivel mundial".
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