Lejos quedaron los años en que el país crecía a tasas promedio cercanas al 9% y el mercado laboral gozaba de niveles próximos al pleno empleo. Entre 1991 y 1995, un saludable desempeño local también se dejaba sentir en un alza media de 3,9% en la productividad total de factores (PTF). De ahí en más, la variable, considerada como base fundamental para sostener el ascenso del PIB en el tiempo, se adentró en un camino inexorable de deterioro; agotamiento marcado por políticas públicas que terminaron por entrampar el emprendimiento, asfixiar la competencia e inhibir la contratación.
Los resultados son evidentes: en los últimos cuatro ejercicios, la productividad cayó sistemáticamente, pasando a ser uno de los principales causantes del letargo en la economía chilena.
Hoy, la nueva administración ha asimilado la urgencia de recuperar el terreno perdido. El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, ha sostenido que el Gobierno está empeñado en que 2010 finalice con la PTF elevándose en un 1%, objetivo que suscriben diversos agentes privados y que sustenta un notable dinamismo en la actividad y avances significativos en la ocupación.
Así lo estima Andrés Concha, titular de Sofofa, quien explica que ello pasa por aumentar la eficiencia en tres niveles. “Como individuos, debemos buscar acceso a una formación superior de mejor calidad; como empresa, hay que reimpulsar modelos de gestión, y en cuanto al Estado, son fundamentales las reformas de modernización”.
El concepto es compartido por Cecilia Cifuentes, de la Universidad de Los Andes, quien consigna que durante los últimos ejercicios se perdió el foco en materia de eficiencia en el quehacer público, y hubo carencia de iniciativas que facilitaran el desarrollo productivo privado.
Luis Eduardo Escobar, del grupo “Nueva Economía”, opina que se deben convenir cambios medulares, dirigidos a “facilitar la vida de las empresas, en sintonía con la realidad de otros países.”
EL OTRO DIAGNOSTICO
Las discusiones respecto a la causa del retroceso en la PTF fueron recurrentes. Cuando la variable persistía en terreno negativo, el entonces jefe de las finanzas públicas, Andrés Velasco, anexaba gran responsabilidad al sector privado, desestimando por completo las críticas hacia el Ejecutivo en este tema.
Su diagnóstico, sin embargo, ha sido abiertamente cuestionado por muchos. Javier Fuenzalida, académico de la Universidad Finis Terrae, afirma que la contribución debe ser transversal. “La productividad en el sector público ha sido muy baja en ámbitos como Educación, Salud y programas asistenciales; el sector privado se desenvuelve dentro de un marco que les fija el Estado”, sentencia.
Coincide Rodrigo Aravena, de Banchile, quien asegura que detrás de las mermas en la PTF “hay distintos factores, como un mercado laboral cada vez más rígido en comparación a naciones desarrolladas, y los altísimos costos para la creación y cierre de una empresa”.
Parte de esta evaluación es la que tiene ocupado al Ministerio de Educación. La encargada del programa de Formación Técnica de la cartera, Alejandra Villarzú, comenta que “la productividad está muy influenciada por las competencias laborales. Los datos de la Casen 2009 han revelado la gran diferencia entre contar y no con un cierto nivel de enseñanza”. En efecto, la encuesta acusa un panorama adverso y da cuenta de la necesidad de generar un golpe de timón en este campo. Del 10% de los jóvenes con menores ingresos, un 60,7% completa la educación media, mientras que del decil de mayores ingresos el 97,5% lo hace. En 2006, la relación era de 58,4% y 95,8%, respectivamente. A su vez, quienes terminan los estudios universitarios reciben un ingreso promedio mensual por su trabajo tres veces superior a lo que percibe alguien que obtuvo 12 años de escolaridad (equivalente a completar educación media).
En ese plano, Villarzú indica que “se ha reforzado el compromiso” con esta materia, cuyo vínculo con “el capital humano es coherente con una estrategia nacional por recuperar la productividad”.
NUEVA OPORTUNIDAD
El economista y consultor, Enrique Goldfarb, confía en que el actual Ejecutivo logrará revertir lo ocurrido. “Este Gobierno tiene los medios, la gente y la predisposición para hacer avanzar la productividad. Sabe que sin aquéllo, la meta de crecer al 6% promedio es imposible. Las instituciones públicas están trabajando fuertemente para elevar la competencia, y se están agregado los temas de innovación y emprendimiento, que son determinantes” en este desafío.
Aravena, en tanto, advierte que existen elementos cíclicos propios “de una economía que está creciendo”, pero subraya que “es muy probable que la PTF muestre un incremento este año”.
Fuenzalida, por lo pronto, considera “notable lo que está haciendo Corfo, en cuanto a refundir programas, y poner el énfasis en las Pymes (…) El ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, trabaja en reducir los plazos para iniciar una compañía; en suma, medidas que van en la senda correcta”.
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