Empresas chilenas que tienen a España como su plataforma de operaciones en el viejo continente, han sido testigos de esta tensión. Si bien son contadas las empresas nacionales que tienen presencia en el país ibérico, según estimaciones de Corfo, totalizarían inversiones por alrededor de US$ 750 millones.
Entre ellos está la empresa de transporte marítimo y aéreo Agunsa y el proveedor de insumos industriales y de construcción Ducasse. Sus respectivos gerentes generales, Marcelo Araos y Fernando Orellana, aseguran que si bien la crisis se ha sentido en sus negocios, que España sea su plataforma de operaciones hacia Europa -más que ser su gran mercado de inversiones- les ha permitido capear mejor el mal tiempo.
A su vez, el delegado de Corfo en España, Tomás Pablo, insiste que aunque es preocupante, el impacto de la situación económica española es relativo. "Se trata de problemas estructurales, que necesitan reformas. Pero sus grandes empresas y banca siguen siendo muy fuertes y están muy invertidas afuera. Muchas de las firmas del índice Ibex 35 tienen más de la mitad de sus ingresos fuera de España”, aclara.
Tocando fondo
Fernando Orellana llegó hace dos años a hacerse cargo de las operaciones de Ducasse Ibérica, que está en España desde 2006. Hoy la empresa cuenta con unos 35 clientes que facturan entre 5 y 20 millones de euros al año. “Esta situación está lejos de ser la ideal, pero no es tan compleja como lo es para el resto de compañías del sector, que por cuyas grandes estructuras y la madurez de su participación, se les ha hecho más difícil ajustarse a la drástica caída de volúmenes”, dice desde Barcelona.
En los últimos cuatro años, Ducasse se concentró en “estudiar el mercado y acomodar la oferta. Estuvimos listos a la mitad de la crisis, y eso ralentizó nuestros resultados. En 2009 crecimos un 15%, que si bien es poco corresponde a que fue un año muy duro en España y a que recién comenzamos a vender afuera. Este año esperamos duplicar las ventas y llegar al millón de euros".
Este tiempo de adaptación le ha permitido observar el desencanto de la sociedad española con la economía y la política, y su poca preparación para enfrentar crisis tan profundas como ésta. "Los empresarios chilenos estamos más acostumbrados”, precisa. “Hemos tenido pocos boom económicos. Nos hemos criado en un escenario de restricciones".
Y que España sea un punto de salida al resto de Europa ha más que compensado la crítica situación interna. “La ventaja de tener nuestro almacén regulador en España nos permite atacar un mercado que es gigante. La facilidad de operar desde esta filial es notable, tanto a nivel logístico como comercial”, insiste.
Por eso advierte que “un inversionista chileno del tipo especulador no tiene mucho que hacer hoy día en España, pero para aquellos emprendedores que pretendan sentar bases en el país para trascender fronteras, el panorama es bueno”.
Aunque deberán estar dispuestos a pagar el peaje. "No será fácil ni rápido, pero los chilenos tenemos todo lo necesario para competir mano a mano”, afirma. Especialmente ahora que las inversiones comienzan tímidamente a revivir. “Están llegando pedidos, se están activando los presupuestos. Se ve que España ya tocó fondo, ese es el sentimiento”.
Navegando la crisis
Agunsa Europa abrió operaciones en 2005, apenas dos años antes que estallara la crisis mundial. Aparte de coordinar la operación portuaria y logística, se encarga también de dar impulso comercial a los movimientos de carga desde Latinoamérica a Europa, y viceversa.Su director financiero, Marcelo Araos, precisa que "evidentemente una crisis de esta magnitud ha afectado todas las aéreas de la economía española, incluidos nosotros".
Pero afirma que la caída ha sido moderada en parte gracias a una conocida idiosincracia española. "El español lo último que hará antes de morir es dejar de comer bien. Los porcentajes de caída en las importaciones son de artículos de los cuales se puede prescindir al verse restringido su presupuesto. Pero nosotros transportamos a España alimentos de primera necesidad, como pescados, mariscos y frutas desde Chile y Ecuador y conservas de Perú; rubros que han registrado una caída moderada", añade.
Y añade que como la crisis global no ha golpeado a Latinoamérica con igual magnitud que al primer mundo, los países han seguido comprando a España. "Un buen ejemplo son los carros españoles del Metro de Santiago, fabricados en España y que transportamos nosotros", agrega. "En suma, en lo que es comercio exterior, sigue siendo un buen negocio", enfatiza.
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