Inauguran segunda piscina más grande de Chile

A 90 kilómetros de Santiago, en Santo Domingo, se emplaza la estructura de 2,2 hectáreas de agua, que permitirá realizar distintas actividades, como nado, kayak, remo y buceo. El proyecto viene a sellar el nuevo plan del complejo que busca aumentar el número de turistas en la zona.

Una nueva playa con arena blanca y aguas cristalinas quiere cambiarle la cara al complejo turístico Brisas de Santo Domingo. Ello, gracias a una laguna artificial de 2,2 hectáreas navegables, que busca replicar la idea original implementada en San Alfonso del Mar.

El proyecto comenzó a gestarse en noviembre de 2008, cuando la gente que iba a veranear reclamó por la peligrosidad de la playa y los fuertes vientos que hay en el lugar.

Según el presidente de Inmobiliaria Las Brisas S.A., José Tomás Covarrubias, eso fue lo que motivó a concretar la idea de una laguna artificial en la zona, junto con la intención de ampliar el grupo objetivo que hasta ese momento frecuentaba el complejo, que eran en su mayoría golfistas.

"El hecho de tener esta laguna, donde las playas son protegidas del viento nos motivó a hacerla (...) y ampliar el grupo objetivo a gente que también le gusta la playa", señala Covarrubias.

En octubre del año pasado comenzó a llenarse la estructura con los cerca de 50 millones de litros que tiene la laguna artificial, proceso que tardó cerca de 35 días.

Son 450 metros lineales de piscina que se emplaza frente al mar. Utiliza agua de mar y su temperatura es más templada que la del océano, alcanzando los 27 grados en verano, y 16 en invierno, dos grados más que la temperatura del mar. La laguna tiene además 1,5 kilómetro de paseos peatonales a su alrededor y se permite practicar buceo, kayak, remo, veleros livianos y embarcaciones menores.

Otra característica de la "eco laguna", llamada así por su carácter sustentable, es que consume la mitad de agua que un parque y 10 veces menos que una cancha de golf. Además, se llena sólo una vez, y sólo se repone el agua que se evapora de forma natural.

En cuanto a la tecnología utilizada, los encargados de su construcción afirman que permite disminuir los costos de mantención, debido a la poca energía que se utiliza en el proceso de filtración (sólo un 2% de lo que requieren las piscinas tradicionales) y el bajo uso de químicos.

Por dimensiones, la estructura de Santo Domingo es superada por la de San Alfonso del Mar, que tiene ocho hectáreas de superficie, más de un kilómetro de longitud y almacena 250 millones de litros de agua.

Por otra parte, el proyecto, ejecutado en conjunto con la firma Crystal Lagoons de Fernando Fischmann, pretende también incrementar las ventas en el lugar, lo que a juicio de Covarrubias permitirá financiar los costos de la obra: "La idea es que con el aumento de las ventas financiemos todo esto, y hasta ahora ha sido así, se ha notado un repunte importante, a pesar de la crisis, duplicándose el ritmo de las ventas".

De esa forma, la apuesta se enmarca dentro del nuevo plan de inversiones que Las Brisas de Santo Domingo tiene proyectado realizar en el complejo, el cual contempla un total de US$ 15 millones.

Ya fue construido un edificio en las cercanías de la playa y se pusieron a la venta 13 sitios de 1.500 metros, quedando sólo cuatro de ellos disponible. Sus precios varían entre dos mil y cuatro mil UF, además de nuevas áreas verdes en altura y un nuevo restaurante junto a la laguna.

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