Negocio ovino, el nuevo boom ganadero en Chile

En el centro sur del país, nuevos actores apuestan por este sector, dados los altos precios y la baja de países productores. Grandes grupos aumentan sus inversiones.

Precios altos, menor oferta de países productores, como Nueva Zelandia y Australia, y una mayor rentabilidad en comparación con rubros tradicionales, como la lechería, la engorda de bovinos y los cereales. La combinación de estos tres factores explica el auge que vive hoy la ganadería ovina en Chile.

Por lo mismo, las apuestas van en aumento. A los mayores operadores de la industria local -la familia Marín y el grupo Matetic, ambos de la XII Región- se han unido nuevos actores, en particular de la zona centro sur. En las regiones de La Araucanía, Los Lagos y Los Ríos, de hecho, el número de productores con más de 200 ovejas se duplicó en 10 años, de acuerdo con el último censo agrícola. A eso se une otro fenómeno: la creciente reconversión de tierras, como las del secano costero, donde los productores están cambiando vacunos por ovejas.

"Es un boom. Hace dos temporadas el cordero estuvo a US$2 el kilo en vara (listo para procesar o consumir) y hoy alcanza a los US$4,20. El precio a productor ha tenido un aumento de 105% respecto de dos años", explica José Marín, presidente del grupo de Empresas Marín. Esto está generando más inversiones en praderas. "Se está pensando en traer trigo o avena a la zona sur para hacer más rápida la engorda de los corderos", añade.

Reflejo de lo anterior es que las exportaciones de ganado ovino han crecido. "Los volúmenes subieron de un promedio anual de 3.400 toneladas entre 1991 y 2000, a unas 5.300 toneladas por año en los últimos tres años", detalla Ema Budinich, gerente de Estudios de la SNA. Tendencia que se rompió en 2010, en que el volumen exportado registró un récord: 6.827 toneladas, muy similar a lo que se exportó en 1990.

Este buen escenario -que se extiende igualmente al caso de la lana-también se aprecia en los mayores valores obtenidos. Si se compara el retorno por kilo de carne exportada entre 1990 y 2000, se aprecia un aumento desde US$1,15 a casi US$2 por kilo. "Más impresionante aún es la evolución en los últimos 10 años: el retorno llegó a US$4,76 en 2010, con un alza de 145%", añade.

Este mayor interés por producir corderos en la zona centro-sur se refleja en el alza en las inversiones por parte de las plantas de faena para la exportación: "Antes sólo faenaban bovinos; hoy se han ampliado al rubro ovino", comenta Gustavo Rojas, director de Odepa.

Las perspectivas, además, son buenas. Aunque se espera una disminución de demanda en Europa -el mayor cliente chileno-, los mercados de Oriente, en particular China, están al alza y Brasil ha aparecido como potencial destino. La FAO, cuenta Marín, ha dicho que "faltarán 30 millones de corderos de acá a cinco años para abastecer la demanda mundial, lo que genera la posibilidad de desarrollar con más fuerza el negocio en zonas no típicas".

Las apuestas
En este contexto, los proyectos privados suman y siguen. El empresario Jorge Matetic Riestra está presente en este negocio a través de la estancia Cerro Guido, en Magallanes, el fundo El Rosario en la V Región y de la faenadora Carnes Ñuble, en Chillán, donde es socio junto a Empresas Juan Yarur. En Cerro Guido produce 25 mil corderos al año y espera subir esa masa un 10% en los próximos años. Ha invertido US$20 millones entre el campo y el ganado.

En Carnes Ñuble, el cordero ha ido tomando más peso dentro del negocio total. Hoy es un 5% de las ventas del holding -que ascienden a US$ 150 millones-, pero llegará a representar el 10% en dos años. Para 2011, "las ventas de corderos -hoy de US$7,5 millones- crecerán 10%, llegando a poco más de US$ 8 millones", acota Víctor Valencia, gerente del Negocio Ovino de Carnes Ñuble. La firma produce 8 mil corderos, pero aumentará a 13 mil corderos hacia 2013. Ha invertido en total US$6 millones en este negocio, incluyendo una planta. Destinan 1.300 hectáreas para ovinos.

La familia Marín también está creciendo. Con presencia en Magallanes, maneja 160 mil hectáreas, con 130 mil cabezas de ovinos, y produce entre 60 mil y 80 mil corderos por temporada.

José Marín cuenta que las inversiones hoy alcanzan a US$30 millones en el área frigoríficos y en la ampliación de la planta de vacunos. Y en septiembre planea comenzar la construcción de un nuevo centro de distribución frente al aeropuerto de Santiago, para la distribución nacional, "pensando que a futuro vendrá el manejo de cordero en fresco, vía aérea". Invertirá US$2,5 millones.

Como una muestra del interés que se vive, cuenta que nuevos actores están invirtiendo, como Javier Pivcevic, director de la U. San Sebastián. "Acaba de comprar una cooperativa de 98 mil hectáreas, pagando US$18 millones, en Magallanes". Además, dice, hay zonas desde la VI a la VII que están recuperando ovejería que tuvieron hace años, y se advierte, asimismo, un repunte relevante en la zona de Chiloé, con la introducción de nuevas razas.

Mientras tanto, en la IX Región un grupo de empresas y productores formó el consorcio Cordero de La Araucanía y ha invertido más de $900 millones en infraestructura, cifra que a 2012 alcanzará a $1.200 millones. Manejan cerca de 2.000 hectáreas y la idea es aumentar los niveles productivos a 2013, hasta 25 mil vientres de cordero, desde los 15 mil que tienen hoy. Los retornos han ido subiendo y pueden llegar a entre $350 mil y $700 mil por hectárea.

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