Según el ranking elaborado por las universidades de Washington y Harvard, el país sólo es superado por Canadá y Costa Rica y a nivel mundial, se ubica en el puesto 33 entre 187 países. Los investigadores destacan el desempeño de Chile entre los países de ingresos medios.
"Chile se ha convertido en un modelo de decrecimiento de la mortalidad. Su éxito ha sido tremendo en salvar vidas de adultos jóvenes", señala a La Tercera Christopher Murray, investigador de las universidades de Harvard y Washington y autor de un estudio que calculó la probabilidad de morir entre los 15 y los 59 años en 187 países.
La investigación, publicada en la revista The Lancet, mostró la aventajada posición de Chile en la materia: ocupa el puesto 34 entre los países con menor probabilidad de morir para las mujeres en este rango de edad y la casilla 33 para hombres. Además, exhibe la tercera menor probabilidad de muerte para ambos sexos en todo el continente americano, superado sólo por Canadá y Costa Rica. Así, Chile supera en este ámbito a países como Estados Unidos, Argentina, Brasil, México y Uruguay.
Se trata de un avance importante tomando en cuenta que, de acuerdo con el mismo estudio, en 1970 Chile se ubicaba en el puesto 113 para mujeres y 91 para hombres, y hasta 1990 logró avanzar hasta las casillas 63 y 41, respectivamente. "Entre 1970 y 2010 redujo su mortalidad femenina en un 67% y la masculina en un 60%. Esta es una de las más rápidas tasas de reducción en el mundo, lo que ubica a Chile junto a países como Singapur, Túnez y Corea del Sur", destaca Murray.
Las razones del avance
Según Faustino Alonso, epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, el éxito en la reducción de la mortalidad sub 60 se debe al cambio en las principales causas de muerte en el país. "En el año 1970, la mayoría de la gente fallecía por causas infecciosas, y ya desde 1980 y 1990 en adelante, cambió este perfil hasta los niveles de países desarrollados", explica el experto.
De hecho, mientras en 1970 los decesos en Chile por enfermedades respiratorias e infecciosas representaban el 14% del total de muertes, hoy representan sólo el 3%.
Héctor Sánchez, experto en políticas públicas de Salud de la U. Andrés Bello, destaca que el avance también se debe a mejoras como la erradicación de la desnutrición infantil y el aumento en la cobertura educacional: "Las personas que se han criado en mejores condiciones ambientales, de educación y salud tienen una mayor calidad de vida. Así llegan a los 60 años en una mejor situación y tienen una mayor sobrevida", apunta.
Las amenazas que vienen
A medida que los países incrementan su nivel de vida, aumentan las enfermedades crónicas no transmisibles, como la obesidad, el cáncer y las afecciones cardiovasculares. Entre 1977 y 2007, en Chile se duplicaron las muertes por diabetes y crecieron en un 50% los casos de cáncer gástrico en menores de 40 años. Además, uno de cada cinco escolares sufre sobrepeso.
Según Murray, es fundamental que nuestro país reflexione sobre aquellos ámbitos de la política pública en que ha sido exitoso y en cuáles debe hacer más esfuerzos. "No podemos simplemente decirle a la gente que coma y fume menos. El sistema de salud puede jugar un gran rol".
En esta línea, Sánchez plantea que se debe avanzar desde un enfoque curativo, que actúa cuando la enfermedad ya se ha declarado y mantiene atochados los hospitales, a uno preventivo. "Cuando mejora la forma de vivir muchas enfermedades tienden a desaparecer", concluye.
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