La historia dirá que fue Mike Patton, el vocalista de Faith No More, quien popularizó la frase cuando la hizo corear en el recital de la banda en Chile. La verdad la frase Frei No More daba vuelta en twitter y otros lados hace rato, y representaba una sensación ambiental generalizada: de que en realidad Frei no es el candidato de la Concertación, sino que el real candidato –o anticandidato- era y sigue siendo cualquier cosa, lo que sea que impida que gane Piñera.Recapitulemos. ¿Qué ha hecho Frei en esta segunda vuelta? Nada digno de celebrarse demasiado. Al revés. todo lo contrario a una campaña exitosa. Mas bien una anti-campaña, donde los aciertos no aciertan y los errores son evidentes.
Primero, destaquemos lo bueno. Nombró una generalísima de campaña, Carolina Tohá, cosa que debió hacer al comienzo de su elección como candidato único de la Concertación. Siempre es bueno que alguien ordene la casa, a diferencia de Halpern (QEPD), Tironi (QEPD), Bowen (¿quien?) y un par de nombres femeninos que ya no retengo. Nombró voceros aparentemente jóvenes que reemplazaran a tipos plomos y aburridos como lo son Pizarro y Burgos (don Jorge es entretenido en persona, pero como vocero es una lata). En el fondo, trató de recuperar tiempo perdido. Punto para Frei.
¿Aciertos? Ha intentado ampararse en el paraguas de la popularidad de doña Michelle. Pero eso ya no funcionó. Las popularidades no se traspasan. Y Bachelet no quiere quemarse demasiado: ella ansía poder cortar la cinta de la línea 6 del metro… y para eso no puede acercarse demasiado a quien apesta a derrota. Nunca se dieron cuenta los freistas que el candidato era Frei.
¿Ahora si algo bueno? Si. Consiguió el voto de los comunistas. ¡Media gracia! Si ya había conseguido tal voto en la primera vuelta junto a quien ofició como su vocero, el candidato-ex ministro Jorge Arrate. ¿Los tres escaños de los comunistas podían ser gratis? No hay cena de esas en política, por ende invertir tiempo buscando esos votos fue perderlo.
Ya. Empecemos con las realmente malas: se enfrascaron en obtener una anhelada foto con Marco Enriquez-Ominami, foto que el tercer candidato de este balotage no quiere sacarse pues no quiere pagar el precio que conlleva. Punto en contra.Se arriesgaron a quedar en ridículo, dejando en ridículo a su equipo, lo que finalmente ocurrió. Escalona es, citando una película noventera, un dead man walking, los demás presidentes de la Concertación también, excepto Pepe Auth, quien ha sido quien se ha manejado mejor, a costa de dejar a sus “amigos” como gente anquilosada en el pasado.
También en forma equivocada, el comando de Frei ha tratado de manejar el mensaje de que tras Piñera viene el caos. O sea una campaña del terror anti-Piñera más que a una campaña pro-Frei, cosa que se asemeja mucho a pretender ganar una elección con la mera tesis del desalojo, que columnas atrás ejemplificábamos con la situación de la niña cortejada, a la que le decían “no pololees con el otro que es malo, yo soy menos malo que el”. Error de quinceañero.
Otro error: en política, lo que no se hace a tiempo, ya no se hizo, Nunca a estas alturas una segunda vuelta había tenido tan poca emotividad. La de Lavín con Lagos era a estas alturas una guerra épica que tenía a don Ricardo I escalando cerros y jugando taca-taca. En diciembre aún se visualizaba alguna posibilidad que Piñera le ganara la elección a Bachelet. Se diría que quien debiera colocar la carne en la parrilla, para aumentar su votación y revertir su situación de segundo, no lo ha hecho. Frei ya no calentó el ambiente. Echó a perder el pan.
En cambio Piñera, a dos semanas y media de la elección, sigue ganando. Se ha concentrado, con buenos resultados, en evitar los errores no forzados. Aglutinó fuerzas de la UDI tras él (40 diputados trabajando para él es una fuerza difícil de contener), y mantuvo su mayor logro: mantener muerto el fantasma del padre, como dice mi amigo Pepe, desprendiéndose de toda incomoda ligazón con el pinochetismo que lo pudiera atosigar y retrotraer al Si y al No.
En suma, la sensación ambiental es que Frei ya perdió y que es una campaña sin posibilidad de funcionar. Es, como dijimos antes, lo que dice el taxista y la vendedora del kiosco. Y ello contribuye que su comando da la señal que está apostando a perder por poco, como solía hacerlo la selección chilena pre-Bielsa en el extranjero.
Porque, la verdad, pareciera que el único objetivo real de la Concertación es ver qué se puede salvar después de Frei, apostando a que Marco no capitalice todo el éxito de la derrota concertacionista. O sea que se salva luego del hundimiento del barco. Definitivamente, Frei no more
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