Chile llegó tarde a la Revolución Industrial y en gran parte por eso somos un país subdesarrollado. Hoy no podemos llegar tarde a la Revolución Digital. Esa Revolución que nos abrirá las puertas de la sociedad del conocimiento y de la información. Nuestro plan es hacer una verdadera Revolución Digital para nuestro país que nos permita entrar de verdad a la sociedad del futuro. Estamos convencidos de que se trata de una inversión con una tremenda rentabilidad social, no sólo desde el punto de vista económico, sino también para hacer de Chile una sociedad más libre y más justa, más democrática y más equitativa. Después de todo, cuando estamos conectados a Internet, todos tendemos a ser más iguales. Y ese es el Chile que queremos.
Para nosotros, esta campaña ha sido inédita en el uso y protagonismo que le hemos dado a Internet y las redes sociales. Me han servido para comunicarme directamente con miles de chilenos, informar y recibir propuestas, ideas y comentarios y enterarme personalmente de la organización y despliegue territorial de la campaña a lo largo de todo Chile. Desde nuestro sitio web, como centro, hemos realizado varias iniciativas que nos han permitido optimizar la comunicación desde el comando hacia los ciudadanos y al revés también. Me he fascinado con Facebook y con Twitter donde he podido conversar con muchos de ustedes de manera directa y cercana.
¡Quién puede negar la importancia que han tomado las tecnologías de la información y comunicación y cómo ellas nos facilitan la vida! Una Revolución Digital nos va a cambiar la forma en que hacemos nuestra educación: aula electrónica en todas las escuelas de Chile, digitalización de los textos escolares, acceso a todas las bibliotecas y laboratorios del mundo, la posibilidad de realizar las tareas escolares y ejercicios vía Internet y el fomento de programas de aprendizaje de inglés y otros idiomas online.
También nos va a cambiar la forma como enfrentamos la salud: recetas electrónicas, fichas médicas electrónicas que nos permitan disponer de toda nuestra información a través de una clave, en definitiva, un mejor servicio. En seguridad, las nuevas tecnologías pueden darnos más seguridad, con -por ejemplo- teléfonos digitales conectados a una plataforma central. Nos va a cambiar la forma de trabajar: Teletrabajo, trabajo desde el hogar. Esta revolución digital nos va a cambiar la forma de relacionarnos, de entretenernos y de vivir la vida.
En definitiva tenemos dos opciones: quedarnos como estamos o incorporarnos en plenitud a esta revolución que golpea nuestras puertas. Nosotros queremos lo segundo y por eso, nuestro Programa contempla una verdadera Revolución Digital: llegar con banda ancha y un computador a cada hogar y a cada niño chileno; establecer como principio que todo trámite que pueda realizarse a través de la red pueda hacerse efectivamente por esta vía; generar redes sociales con seguridad incorporada para gestión de barrios más seguros; perfeccionar nuestra legislación en materia de derechos de autor que vigorice la difusión y distribución de los contenidos (para aquello, los “usos justos” me parecen fundamentales). En cuanto a la transparencia – accountability -, es necesario transparentar y poner a disposición de la ciudadanía el máximo de información sobre las acciones del Gobierno. También vamos a digitalizar los registros de conservadores, archivos judiciales y notarías. O la generación de Cédula de identidad inteligente (smart chip).
Hemos estudiado todos estos proyectos, con gente muy bien preparada y recibiendo sugerencias de muchos de ustedes. Sabemos cuánto cuestan, sabemos cómo hacerlo. Sólo necesitamos que nos den la oportunidad de llevarlo a cabo para que Chile y todos los chilenos nos paremos fuerte y caminemos con dos pies en la sociedad del conocimiento y la información y para comenzar esta maravillosa aventura de pintar nuestro futuro con alegría y esperanza.
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