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domingo, abril 05, 2009

Política internacional boliviana: Los gordos...

El pre­si­den­te Evo Mo­ra­les —re­vo­lu­cio­na­rio al fin— ha de­ci­di­do in­no­var los ni­ve­les de de­fi­ni­ción de nues­tras re­la­cio­nes in­ter­na­cio­na­les y ha in­cor­po­ra­do la ca­te­go­ría de “gor­do”. No es na­da re­pro­cha­ble que un dig­na­ta­rio tan im­por­tan­te ma­ni­fies­te tal preo­cu­pa­ción por las re­fe­ren­cias es­té­ti­cas. Des­de lue­go, per­mi­tien­do su­po­ner que él mis­mo se con­si­de­ra una re­fe­ren­cia de be­lle­za —si no, ¿có­mo cri­ti­car a otros?—, lo que tam­po­co es­tá mal y le otor­ga un uso ines­pe­ra­do al Sa­lón de los Es­pe­jos del Pa­la­cio Pre­si­den­cial.

¿Y quién po­dría re­cla­mar­le al Pre­si­den­te, en nom­bre de los va­lo­res es­té­ti­cos, su re­pro­che de ex­ce­so de pe­so al Pre­si­den­te del Pe­rú? En nom­bre de la be­lle­za, tam­bién se pue­de ha­cer po­lí­ti­ca: ¿No ca­yó Mar­co An­to­nio, emi­sa­rio de la ma­yor po­ten­cia de su tiem­po, ren­di­do en los abis­mos de la be­lle­za de Cleo­pa­tra? Cla­ro que tam­bién que ha­brá que ad­mi­tir que si de re­cla­mo de ki­los se tra­ta, tam­po­co nues­tra re­la­ción con Chi­le po­dría ser tan có­mo­da y tan ama­ble, sal­vo que Evo Mo­ra­les es­té vien­do a la se­ño­ra Ba­che­let con fi­gu­ra de síl­fi­de. Y, que no que­pa du­da, ha­brá que asu­mir que la vi­sión que Evo tie­ne de Hu­go Chá­vez, es la de un Alain De­lon del Ca­ri­be.

Pe­ro aún su­po­nien­do que la gen­te no es co­mo es, si­no co­mo se la mi­ra, y cre­yen­do que Fi­del es des­cen­dien­te di­rec­to de Apo­lo y sus atri­bu­tos, que Lu­la es la be­lle­za mo­re­na y bar­ba­da —fe­roz acu­sa­dor de los “blan­cos de ojos azu­les”—, bo­ca­do de las pla­yas de Co­pa­ca­ba­na, su ase­sor, Mar­co Au­re­lio, ému­lo de Fe­li­pe el Her­mo­so y de sus des­bo­ca­das pa­sio­nes; Cris­ti­na, una con­to­nean­te Ve­nus des­fi­lan­do y cla­van­do sus ta­cos en los cuer­pos de sus co­le­gas ex­tran­je­ros pos­tra­dos a sus pies, na­die, sim­ple­men­te na­die, po­drá otor­gar­le a la po­lí­ti­ca ex­te­rior bo­li­via­na, otra des­crip­ción que no sea la del más gor­do de los erro­res y el más pe­sa­do to­mo de in­con­sis­ten­cias y de­sas­tres.

Que los chi­le­nos le to­ma­ron la me­di­da a Evo y lo con­ven­cie­ron de cam­biar una rei­vin­di­ca­ción in­ter­na­cio­nal y per­ma­nen­te, por una alian­za po­lí­ti­ca —la fla­qui­ta Ba­che­let es fir­me com­pa­ñe­ra—, no ca­be la me­nor de las du­das. ¡Si Cho­que­huan­ca tu­vo que ca­llar a Fi­del pa­ra que no se me­ta en el asun­to del mar! Asun­to que, por lo de­más, se ha con­ver­ti­do en una suer­te de ro­man­ce ín­ti­mo que no pue­de sa­lir de los apo­sen­tos re­ser­va­dos de las res­pec­ti­vas can­ci­lle­rías. Que na­die al­bo­ro­te el amo­ro­so ju­gue­teo en ese tá­la­mo... ¡con vis­ta al mar!

Por­que nues­tra Can­ci­lle­ría siem­pre ha si­do ju­gue­te. Aho­ra de Chi­le, otras ve­ces del Pe­rú. ¿Se acuer­dan de la ma­nio­bra pe­rua­na pa­ra evi­tar la sa­li­da del gas por Chi­le? Con gran­des apo­yos bo­li­via­nos, Pe­rú de­fen­dió sus in­te­re­ses y Bo­li­via per­dió co­ne­xión al Pa­cí­fi­co, in­te­gra­ción con Chi­le y mer­ca­dos de Mé­xi­co y Ca­li­for­nia. Y no era cues­tión de ki­los, por­que aquí es­ta­ba el apo­lí­neo Tu­to, apos­tan­do a sus fu­tu­ras po­si­bi­li­da­des po­lí­ti­cas, apo­ya­do en su gran ne­go­cia­dor y can­ci­ller, el Met­ter­nich de Ta­ra­ta. Aho­ra, por el mo­men­to y en es­pe­ra de nue­vas co­yun­tu­ras, Alan es el gor­do y Mi­che­lle la be­lla.

Eso sí, ha­brá que pe­dir per­dón a al­gu­nos ar­tis­tas que en­con­tra­ron su ins­pi­ra­ción en ru­bi­cun­das y bien ali­men­ta­das ma­tro­nas. Evo y sus co­la­bo­ra­do­res res­pon­den a una no­ción es­té­ti­ca de ele­gan­te de­li­ca­de­za, del­ga­dez y fi­nu­ra. Los gor­dos no son par­te de la cor­te. A Ru­bens no le sir­ven de mo­de­lo. Y, des­de lue­go, Bo­te­ro y sus gor­das es­cul­tu­ras, no ca­ben en Pa­la­cio. Per­dón, que­ri­dos maes­tros exal­ta­do­res de gra­sa y ce­lu­li­tis... ¡son ra­zo­nes de Es­ta­do!

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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.