Colaboración de Wonejito
En un balneario de Bélgica se realizó hace 100 años un concurso de banderas, en la que resultó ganadora la chilena. Existen testimonios periodísticos y gráficos, aunque muchos no lo creen y otros estiman que sólo fue una humorada.Con el sobrio titular de "La bandera de Chile en Blankenberghe", la información de nuestro Diario comenzaba expresando que "nuestra bandera, el bello y glorioso símbolo de la nación chilena, ha recibido el primer premio de un "concurso de banderas", celebrado en el mes de agosto último, en el gran balneario alemán de Blankenberghe, situado en la costa del Báltico.
La verdad es que el balneario está situado en Bélgica y en la costa del Mar del Norte.
Cinco días más tarde, la información era publicada por la revista Zig Zag, en la que se corregía la nacionalidad del afamado balneario.
Muchos escépticos, que le han restado validez a este concurso, se han preguntado acerca de su verdadera importancia o si sólo fue una especie de humorada de los veraneantes.
La noticia, sin embargo, aclara algunas dudas, puntualizando que fue una de esas simpáticas festividades al aire libre que organizan los europeos para mantener una perpetua animación en los lugares de vacaciones. Esta vez, para interesar a los extranjeros veraneantes en Blankenberghe, se imaginó hacer un concurso de banderas. Se hizo y fue un gran éxito. Habiendo en ese elegante balneario tantos extranjeros, todos los países del mundo se encontraron representados en el concurso; Chile también.
Se da cuenta también que la noticia llegó a El Mercurio de Valparaíso a través de cartas de compatriotas que viajaban por Alemania (Bélgica), que enviaron además unas "instantáneas" del evento, anunciando que próximamente se publicarían en la revista Zig Zag, que El Mercurio había fundado con gran éxito en el año.
EL CONCURSO
Dos familias chilenas pasaban el verano en Blankenberghe. La de la señora Rojas de Bachcker y la de don Felipe Casas Espíndola.
Por cierto que en presencia de ese concurso, los compatriotas no dejaron de preparar una bandera chilena, hecha de seda y amarrada a una caña con el asta de oro, representando una estrella solitaria clavada en un globo terráqueo. Y fue esta la bandera a la que se otorgó el primer premio.
Y el cronista se preguntaba ¿Por qué? Y reflexionaba, talvez porque nuestro país, en Alemania (Bélgica), no es tan desconocido y cuenta con grandes simpatías; talvez porque no faltó en Blankenberghe quien supiera la gloriosa leyenda de ese trapo tricolor, insignia de tantas batallas y a cuya sombra han caído tantos héroes, desde los que asaltaron el morro hasta los vencedores de las trincheras de Chorrillos; talvez porque el jurado se impresionó con la distribución sencilla de esos tres colores y la estrella solitaria.
Sea como sea, agrega, el hecho es que la bandera de Chile recibió el primer premio en ese concurso universal, lo cual nos da motivo de gran satisfacción y es una nueva muestra de la buena amistad de Alemania, y es un triunfo para las familias Rojas y Casas Espínola.
"El porta estandarte de esa bandera una vez más victoriosa, fue una hijita de la señora Rojas, una linda chilenita de doce años, a la cual se le hizo una ovación, llevándola por toda la ciudad con la bandera premiada flotando a esos lejanos vientos del norte, la bandera de Chile".
LA NOTA DE ZIG ZAG
La información entregada por Zig Zag comenzaba diciendo que "después de dar a conocer la historia del símbolo de nuestra patria y de sus transformaciones hasta quedar en la forma sencilla con que la vemos flamear en los días cívicos al frente de los edificios públicos, nos ha llegado del Viejo Mundo la grata nueva que nuestra querida insignia republicana ha obtenido el primer premio en un concurso internacional de banderas verificado en la pintoresca ciudad de Blankenberghe, uno de los balnearios mas concurridos de la costa del Báltico, en Bélgica".
También refiere que se encontraban allí las dos familias chilenas, la de la señora Rojas de Bachcker y la de don Felipe Casas Espínola. "Era natural que ellas dieran a conocer con esta ocasión nuestra bandera nacional; así lo hicieron efectivamente y oh, felicidad, el jurado acordó conferirle el primer premio entre una multitud de emblemas que se enviaron al concurso".
Zig Zag termina reflexionando que "nuestra vanidad ha quedado grandemente satisfecha con este triunfo. Por insignificante que se le considere, hay que confesar que él ha contribuido con éxito a dar a conocer nuestro país en el Viejo Mundo".
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