Así inició el acercamiento en 1993. El primer paso fue la participación activa como observador en diversos comités y la incorporación al Centro de desarrollo. Este proceso de estrechar su relación como país no miembro lo coordinó un Comité creado en el Ministerio de Relaciones Exteriores. El país comenzó a revisar todas sus políticas públicas y económicas cada 2 años. Paralelamente, intensificó el “lobbing” diplomático ante países amigos, destacó Sáez.
La OCDE pidió a Chile demostrar la disposición y capacidad que tenía para asumir las obligaciones de ser miembro. En el 2008 Chile se comprometió a cumplir con una hoja de ruta y aplicó más de 200 instrumentos legales entre septiembre de ese año y diciembre del 2009. Tuvo que implementar cuatro reformas legales, entre ellas, una que permitiera llevar a juicio a personas jurídicas por acto de cohecho y una para ampliar acceso a información bancaria, lo que ya “no es un estándar de la OCDE, es un estándar internacional”, resaltó el representante chileno.
Ahora el desafío que tiene Chile es participar intensamente y cumplir con los compromisos post-adhesión, que van desde una mayor protección del consumidor en crédito y transacciones web, hasta temas del medioambiente y asuntos fiscales. Más que adquirir poder de decisión dentro de la OCDE, el país obtuvo mejoras. “Fue un proceso muy útil. Un autoexamen completo con el cual nos transparentamos y nos sometimos al escrutinio de nuestros padres”, dijo Sáez. ¿Deberían acercarse otros países? Chile aprendió que gran parte del beneficio se obtiene de ser observador, y tal vez los más importante es que para ser miembro de la OCDE el requisito "no es ser un país desarrollado, sino tener buenas políticas públicas”, concluyó el Ministro.
Artículo original
No hay comentarios.:
Publicar un comentario