Nota: Ojalá no haya existido un negociado de los encargados de licitar este trabajo, a esta altura, cualquier cosa parece posible. Ya dejamos de sorprendernos con esas cosas. Lo peor que puede suceder.
Empleados de NPA y Securency son acusados de prácticas corruptas. Mientras el emisor chileno prepara el lanzamiento de la nueva colección de billetes de plástico, las empresas encargadas de su fabricación enfrentan no sólo serios cuestionamientos éticos, sino incluso investigaciones policiales en Australia e Inglaterra.
Faltan dos semanas para que los nuevos billetes plásticos de cinco mil pesos comiencen a circular en Chile. "Es un regalo para el Bicentenario", ha dicho la Presidenta Michelle Bachelet. Éste será el primer ejemplar de la "nueva familia de billetes" que el Banco Central espera poner en circulación hasta 2011.
A diferencia de los tradicionales, impresos en papel de algodón, los nuevos billetes de $5.000, $2.000 y $1.000 serán elaborados en polímero, material parecido al plástico. Sólo existe una empresa capaz de imprimirlos en todo el mundo: Note Printing Australia (NPA), propiedad del Banco de la Reserva Australiana (RBA, equivalente al Banco Central). Asimismo, sólo hay una empresa en el mundo con la propiedad de la patente para producir el sustrato de polímero Guardian que se usa en estos billetes en particular: Securency, de la cual RBA posee el 50%.
Desde hace tres meses, ambas empresas enfrentan uno de los mayores cuestionamientos en toda su historia, después de que la unidad de investigación del diario australiano The Age revelara que los representantes que NPA y su empresa hermana Securency tenían fuera de Australia habrían estado involucrados en el pago de millonarias comisiones a empresarios para lograr contratos en otros países.
La investigación interna realizada por el propio banco central australiano a sus empresas en 2007 concluyó en la suspensión de todos los agentes que NPA utilizaba para relacionarse con los bancos centrales de otros países. Por el contrario, Securency mantuvo su red de operadores, que incluía a políticos en India, a un empresario vinculado con el tráfico de armas en Argentina, y parientes de funcionarios de los bancos centrales en países como Vietnam.
Empleados de Securency revelaron a la prensa de Nueva Zelandia (donde sólo se utilizan billetes plásticos) que la firma ofrece a sus agentes una comisión de entre el 10 y 20% de los contratos que obtengan. Una cifra muy superior al 5% que se maneja en el mercado.
Los intermediarios utilizados suelen ser personas con una poderosa red de influencias. Es el caso de Vietnam, donde Securency contrató a una empresa que tenía entre sus ejecutivos al hijo del gobernador del banco central de ese país. Un año después, Vietnam anunciaba el cambio de todos sus billetes de papel de algodón al plástico.
Según The Age, hay registros de millonarias transacciones desde las cuentas de Securency a paraísos fiscales y empresas en África y América Latina. De hecho, Securency está bajo investigación policial debido a recientes relaciones de negocios en Sudán, país que está en la lista negra de Estados Unidos por sus repetidas violaciones a los derechos humanos y su apoyo al terrorismo.
El mes pasado, el banco central australiano contrató a la firma KPMG para realizar una auditoría externa a las cuentas de Securency, y entregó a la policía federal de ese país los antecedentes de los ex agentes de NPA y Securency en el extranjero. Además, el Senado de ese país abrió una investigación sobre el caso.
Casi en simultáneo, el gobierno de Vietnam reabrió la investigación del contrato firmado en 2006. Mientras, en Inglaterra, el parlamentario Norman Lamb solicitó a la policía revisar las actividades de Securency en ese país.
Sus contratos en Chile
Las acusaciones contra NPA y Securency no son nuevas, y son similares a las que puede enfrentar cualquier monopolio. Después de todo, cada vez que el banco central de un país decide cambiar sus billetes del papel al plástico, hay varias empresas, en su mayoría europeas, que quedan fuera del negocio.
Así sucedió también en Chile. En junio de 2008, en una audiencia ante la Comisión de Hacienda, el fiscal del Banco Central, Miguel Ángel Nacrur, explicó a los diputados que aunque en 2004 intentaron licitar la primera impresión de un billete plástico (el de $2.000), el proceso "no prosperó por razones de índole económica" y se contrató directamente a NPA. En marzo de 2006, otra licitación se declaró desierta "por considerar que las empresas no cumplían con las condiciones técnicas y económicas requeridas". Nuevamente, el contrato se lo llevó NPA.
Actualmente, NPA tiene un contrato firmado el 11 de diciembre de 2007 y vigente con el Banco Central hasta diciembre de 2016; Securency, por su parte, tiene un contrato indefinido firmado en octubre de 2007.
En el mercado llamó la atención la extensión de los contratos, ya que lo usual es que éstos no superen los tres años. "Es extraordinariamente difícil de entender para esta industria que una venta directa se haya realizado por 10 años", cuenta una fuente directa a la negociación con NPA.
Incluso extrañó a quienes siguen las investigaciones en Australia. "Llama la atención por ser un contrato tan largo entregado sin licitación", dicen.
"El Mercurio" trató de comunicarse con Iván Montoya, quien como gerente tesorero del Banco Central está a cargo del proyecto de la emisión de los billetes plásticos. Sin embargo, no fue posible debido a que el funcionario se encontraba en Australia.
Pero el Banco Central, en una respuesta institucional, afirmó que no ha recibido ninguna información de su contraparte australiana sobre estas denuncias y aseguró que en los contratos no hay nada fuera de lo común. "El contrato con NPA tiene una duración máxima de 9 años. No obstante, éste considera un compromiso para la impresión de las primeras partidas de cada una de las denominaciones de nuevos billetes hechas en polímero, es decir, tres, lo que implica en rigor un contrato por no más de dos años. Los restantes años corresponden a opciones de futuras impresiones. Por eso es que podemos decir que este contrato no es exclusivo", afirma la institución.
Para sus competidores, el contrato firmado con Chile es parte de la estrategia de NPA para asegurarse participación de mercado. "La forma poco transparente en que está trabajando el Banco Central, en este caso, con una empresa como NPA, los deja muy mal parados", dice una fuente de las empresas que perdieron la licitación.
Un informe confidencial elaborado por la consultora europea Charles Cardiff Consulting describe cómo, a diferencia de sus competidoras privadas, la dupla NPA/Securency cuenta con la maquinaria estatal. "El gobierno de Australia ha realizado esfuerzos especiales en nombre de Securency/NPA", dice el documento.
Pero para el Banco Central chileno, el respaldo de su homólogo australiano a estas empresas es la mejor garantía. "Estimamos que un banco central de un país tan importante dentro del mundo desarrollado es una excelente garantía para el total cumplimiento del contrato", apunta la institución.
Estimamos que un banco central de un país (Australia) tan importante dentro del mundo desarrollado es una excelente garantía". Banco Central de Chile
El billete plástico en el mundo
El sustrato de polímero se utiliza en cerca del 2% del mercado mundial de billetes, la mayoría elaborada con el producto que Securency vende comercialmente como Guardian (hay otro producto llamado Tyvek, pero no es muy utilizado).
Y aunque desde los años 90, cinco países, además de Australia, han decidido emitir todos sus billetes en este formato, otros 20 no han continuado con su uso tras las primeras emisiones, en su mayoría conmemorativas.
México es el referente más importante para la región. No sólo convirtió todos sus billetes en plástico, sino que invirtió en una planta de impresión en un joint venture con Securency.
Pero no todas las experiencias han sido exitosas. Después de una prueba de cinco años, Brasil retiró los billetes de plástico en 2005. Su estudio concluyó que éstos no duraban cinco veces más que los de papel como prometía NPA, sino 3,2 veces, lo que a su parecer no justificaba la inversión.
El Banco Central de Chile evaluó durante tres años el desempeño del billete plástico y determinó que duraba más que el de papel y permitía reducir las falsificaciones.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
hay que investigar, algo huele mal en todo esto.
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