Lula sabe de poder: ha situado a Brasil entre las grandes potencias, asociado estratégicamente con Rusia, India, China, la Unión Europea y EE.UU. Brasil siempre ha sido importante, pero sin la actual gravitación internacional. Su economía era inferior a la argentina; hoy más que la triplica, y excede sobradamente a la de México, que lo superaba.
Lula sabe que la diplomacia y la defensa son indispensables y no sustitutas. Y, como dijo John F. Kennedy, ninguna de las dos debe fallar. Tiene la diplomacia profesional de Itamaraty, con recursos y con todos sus embajadores de carrera. Ahora Lula moderniza sus fuerzas armadas, adquiriendo avanzados equipos a Francia.
Algunos gobernantes latinoamericanos, como los argentinos actuales, postergan el gasto militar hasta por represalia o celo a las instituciones de la defensa. Lula, en cambio, pone por delante los intereses nacionales y mira el largo plazo.
Las compras apuntan a defender su territorio, respaldar su poder nacional, desarrollar su industria militar para autoabastecerse y exportar, y -aunque no se diga- para prevenirse de su vecino, Chávez, que, aliado con Irán, arriesga introducir la nuclearización en Sudamérica.
El programa de adquisiciones fija de hecho un piso de gastos militares, para más de un quinquenio. Incluye la construcción de un submarino nuclear, en la delgada línea de transgredir el Tratado de Tlatelolco, que proscribió los desarrollos atómicos para usos no pacíficos en América Latina. Si Chile hubiese hecho un vigésimo de esas compras, otras habrían sido las reacciones, al menos del Perú, vecino de Brasil.
Se ha recordado en Brasil, sin provocar polémica, el mensaje de George W. Washington al Congreso de los Estados Unidos en 1790: "Para preservar la paz, uno de los medios más efectivos es estar preparado para la guerra".
Las compras se anuncia- ron durante la visita del Presiden- te Sarkozy, en el día de la independencia de Brasil. Ésas son mues- tras de diversificación de los lazos con las grandes potencias, que contempla el apoyo para ser sede olímpica en 2016 y miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Chile tiene mucho que aprender de Brasil en cuanto a fortalecer a la diplomacia y contemplar un piso para la inversión de sus Fuerzas Armadas, que el Gobierno se propone eliminar.
Igualmente importante es aprovechar la "amistad sin límites" que declaró con Chile el artífice de la diplomacia brasileña, el barón de Rio Branco. El desafío nuestro es densificar esos lazos. Para ello tenemos que invertir en la diplomacia profesional. Los últimos presidentes lo han prometido, pero ninguno lo ha cumplido.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
Soy de Brasil y vuelvo a decir que la peor cosa que hace Brasil es exhibir las armas en 7 de Septiembre.
ResponderBorrarArmas... que retraso!