Integrar próximamente la OCDE implica tan sólo que logramos estándares mínimos que Chile debe mejorar. Para eso, el próximo gobierno tiene el gran desafío de modificar la composición del empleo y asignar a las Pymes un rol crucial.
Formar parte del grupo de 30 países que representan el 80% del PIB mundial es para Chile un paso importante en su aspiración a alcanzar el desarrollo. Pero, además, ser aceptado en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es un reconocimiento a la transformación y trayectoria de la economía chilena en los últimos 35 años.
Convivir con naciones que cumplen altos estándares tiene, potencialmente, múltiples beneficios para Chile. Es esperable un mayor flujo de inversión extranjera, lo que podría repercutir en un aumento del empleo; será posible concretar acuerdos de doble tributación con países como EE.UU., Australia, Italia y Finlandia; se mejorarán las políticas públicas y los estándares ambientales, al estar estos monitoreados por el organismo internacional. Y habrá más transparencia.
En suma, Chile entra a una categoría superior, que supone pasar un “test de blancura” que ninguno de nuestros vecinos ha sido capaz de aprobar. Esto implica que las comparaciones ya no se limitarán a la región, sino que se efectuarán con “el club de los países ricos”, lo que establece grandes desafíos a nuestro país para estar a la altura.
Porque integrar la OCDE no significa parecerse a los mejores del mundo. Que nadie se crea el cuento. Implica solamente que logramos estándares mínimos, marcando el “desde”.
De hecho, nuestra realidad es que, de ese grupo, somos el país peor evaluado en distribución del ingreso, según el coeficiente de Gini; tampoco destacamos en cuanto a PIB per cápita, al ubicarnos en los últimos lugares con un modesto monto de US$14.500 (p.p.p.), y nuestra tasa de participación femenina en el mercado del trabajo está 20 puntos por debajo del promedio OCDE. En el ámbito de la educación, solo Turquía y México obtuvieron menos puntaje que Chile en la prueba PISA de ciencias.
Buena parte de nuestros malos registros es cuestión de recursos. Al respecto, según la encuesta Casen 2006, el 50% de los hogares en Chile tiene un ingreso total mensual entre $200.000 y $400.000, lo que no es un orgullo. La tasa de desocupación de 9,7% en el trimestre agosto-octubre, tampoco es un ejemplo, menos si se considera que el desempleo de los jóvenes entre 15 y 19 años llega a 30,5%. Y es, precisamente, en la composición del empleo donde se encuentran las bases de los bajos ingresos y de la deficiente distribución de la riqueza.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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