Como Cobija es en gran medida patrimonio de los Luksic, familia que mantiene una encomiable memoria del antepasado Abaroa, ellos (e idealmente otros) podrían cooperar generosamente desde el emprendimiento privado para darles proyecto a las cosas.
La cuestión de la soberanía marítima boliviana ha cruzado gran parte de las relaciones entre Santiago y La Paz. No ha sido menor para la Cancillería santiaguina ni para Bolivia. Ha sido sujeto de múltiples iniciativas, casi todas hasta hoy fallidas: desde las zonas francas y facilidades portuarias de Calos Ibáñez del Campo y otros presidentes de su época, hasta la idea de pasar la soberanía por Arica. Ninguna ha resultado, ni las compensaciones territoriales de Charaña, ni nuestras insistencias ariqueñas, que siempre pasan por acuerdos solemnes con un tercero, y chocan con ellos.
Sin embargo, surgen con cada vez mayor insistencia iniciativas creativas que, junto con buscar resolver este diferendo, ofrecen enfoques frescos para abordar el problema (entre éstos, la idea de Pablo Longueira de someter el tema a plebiscito, que, siendo una idea audaz, democrática y refrescante, puede ser pasto de todos los chovinismos y las baratas pasiones, y traducirse en una “aplastante mayoría” en contra de cualquier soberanía para Bolivia. Es decir, impracticable o inconducente).
Destaca en esto el escenario de “política boliviana” del Ejército chileno, que siempre ha sido mucho más pragmático y abierto que la histeria civil de la nación o, al menos, de sus demagogos más renombrados, en las diferentes fases políticas de la relación. Y también es notorio que faltan más propuestas creativas que animen la negociación.
En aras de una solución productiva a la cuestión de la soberanía boliviana, y con todo respeto a los profesionales que llevan años en estos asuntos, propongo la siguiente solución de ingeniería más soberanía marítima:
1. En la primera mitad del siglo XIX, Cobija fue el gran puerto de Bolivia, y el sitio donde la gente boliviana tomaba sus vacaciones de mar. Cuando Bolivia tuvo océano, éste se llamaba Cobija.
2. Cédase a Bolivia, con plena autonomía, la bahía de Cobija y tierras aledañas, en la dimensión que se estipule: que sea un territorio amplio con salida a Cobija y su franja de costa aledaña, no un terreno encerrado tipo condominio o Gaza.
3. Constrúyase una gran autopista (ojalá de cuatro calzadas) desde la frontera este con Bolivia hasta esta nueva provincia occidental, o comuna, boliviana de Cobija. La autopista misma se entregará en usufructo, sin soberanía, pero con libertad garantizada de paso a Bolivia por equis años, con una franja a lado y lado: los peajes y otros cobros serán del fisco boliviano y la carretera y su mantención podrían ser concesionadas a la empresa privada.
4. Para no “cortar” el territorio nacional, hágase un “trébol” en el cruce con la Panamericana, de soberanía y usufructo chilenos, cuya rama principal pase por sobre la autopista Este-Cobija, con empalmes hacia Chile Norte, Bolivia Este, Bolivia Oeste (Cobija) y Chile Sur. Como la nueva autopista Este-Cobija estaría dada en usufructo, no hay “interrupción” alguna de la continuidad soberana de Chile.
(Los peajes no son potencialmente desdeñables: además del tránsito de bienes y productos, un arreglo con soberanía entre Chile y Bolivia sería sin duda noticia mundial; y el flujo de turistas a esa carretera podría ser considerable).
5. Como Cobija es en gran medida patrimonio de los Luksic, familia que mantiene una encomiable memoria del antepasado Abaroa, ellos (e idealmente otros) podrían cooperar generosamente desde el emprendimiento privado para darle proyecto a las cosas.
6. Quedan pendientes temas de mar territorial, espacio aéreo, y otros. Pero son detalles. Y los detalles en este caso se pueden afinar.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
El inocente autor del articulo no nos dice que obtendria Chile con semejante concesion, o acaso solo seria dar y regalar y como siempre nada para nosotros , tampoco dice el autor que pasaria cuando Bolivia explote el mar, o tenga buques de guerra, o invite a la flota peruana, venezolana o argentina , muy inocente articulista.
ResponderBorrarcholo y weon es mucho
ResponderBorraroye pero sin embargo tiene razon :S
ResponderBorrarQUE BIEN SE VEN JUNTOS LOS DOS GOBERNANTES, DE RAZA AYMARA !!
ResponderBorrarAbsurdo. ¿Qué tal cuando Bolivia extraiga (con derechos adquiridos) recursos pesqueros? ¿Qué ocurre con los barcos chilenos que transiten de sur a norte y viceversa? ¿O pretende poner un trébol en el agua este antropoide para resolver la falta de continuidad territorial?
ResponderBorrar¿Si bolivianos sacan un barco con coca por Cobija, lo podrán detener nuestros guardacostas?
Y por último, ¿tanto poder e injerencia le asigna a la familia Luksic, como para que ellos no sólo defiendan el proyecto, si no que lo financien hasta cierto punto?
Fantasías trasnochadas como esta le hacen flaco favor a las pretensiones bolivianas, y pésimo a los intereses nacionales.
Si se plantea una salida al mar para Bolivia, esta debe necesariamente ser al norte de Arica, y a través de un canje, no hay hasta ahora otra fórmula que parezca mejor. Ideas torpes como esta mejor déjenlas para otras ocasiones.
Que propuesta mas infantil, parece escrita por un niño de 12
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