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El 6 de diciembre próximo tendrá lugar en Bolivia una de las elecciones más singulares que dicho país haya conocido. La Bolivia refundada, la Bolivia plurinacional, aquella que entregó el control de todos los recursos naturales al Estado, está siendo hoy llamada a pronunciarse sobre quién dirigirá sus destinos los próximos seis años (2010-2015).
Con una Oposición profundamente dividida, pero con un apoyo que bordea el 57 % de aprobación ciudadana, el liderazgo de Evo Morales se ha constituido en un dolor de cabeza no solo para actores nacionales bolivianos, como es Manfred Reyes Villa o Doria Medina, ambos candidatos a la presidencia y representantes de la “oligarquía mestiza” que perdió el poder en Bolivia en favor de la mayoría indígena, sino que también para Torre Tagle y Alán García.
Poco pueden hacer estos personajes para modificar esta situación. La refundación boliviana de Evo es asentida por esa mayoría que permitió la transformación de la institucionalidad paceña, incluidos los militares. La ciudad de El Alto, baluarte de estas transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales, observa cuidadosamente la evolución y administración de dicha refundación. Ellos poseen el poder de facto, y lo han reservado para Evo Morales y García Linera en las urnas. Con la estatización de los recursos naturales, entre ellos uno de los principales, el gas, Evo se asegura que las arcas estatales seguirán financiando su electorado. La burocracia estatal “gobernada” por esa clase media mestiza garantiza la perennidad del sistema. Nada de lo que haga esta Oposición fragmentada puede impedir el mantenimiento del MAS en el poder político boliviano.
Si no existen temas de fondo en el ámbito interno que modifiquen el mapa electoral, factores externos, de alta sensibilidad histórica están tomando fuerza: Mediterraneidad y Silala. En otras palabras, la política exterior de Evo Morales hacia Chile, Perú y el espacio chavista.
Estos últimos días ha llamado la atención el comportamiento de ciertos actores del sistema político boliviano, en particular el ex mandatario Carlos Mesa. Este último, reconocido por su postura "properuana" y según algunos, "antichilena", no está escatimando esfuerzos por debilitar la postura de Evo hacia Chile. Autor intelectual y promotor bajo su mandato de la lógica de la “molécula de gas” en contra de Chile, socio y aliado natural del mandatario peruano, Alejandro Toledo, está promoviendo activamente reactivar la doctrina nacionalista boliviana saavedrista, es decir, reivindicacionista de una salida soberana al mar. Mesa, junto a Reyes Villa, forman parte de la Oposición al líder indigenista, pero de esa oposición paceña que monopolizó el poder por todo el siglo pasado y que instauró, en dicho país, un sistema presidencial del tipo “parlamentario” que no hacia más que repartirse cuotas de poder bajo la lógica del “juego de la silla musical”.
Hoy el liderazgo de Evo es más fuerte que nunca. Un punto débil en su política externa son Chile y Perú. Chile, por el acercamiento sin precedentes hacia nuestro país. La Agenda de 13 puntos es el más claro y publico ejemplo. Pero no el único. También una osada diplomacia militar. Un alineamiento a posturas exteriores chilenas poca veces vistas. Esa será su debilidad, mientras no sea cuestionada por la dirigencia de base del MAS.
Esta clase política boliviana ha formado un todo casi orgánico en su postura hacia Chile. La política exterior boliviana no era más que la extensión de la peruana. Eso se terminó. En este sentido, la postura de Carlos Mesa es reivindicatoria no solo de la demanda marítima paceña, sino que también de la postura de dependencia de la política exterior boliviana hacia la peruana, hacia aquella de Torre Tagle.
García Belaunde, canciller peruano, está tratando de recomponer las relaciones con esa facción de la oposición boliviana y de paso, el Perú interviene indirectamente en la política interna de Bolivia. La reelección posible y probable de Evo Morales constituye una clara amenaza para los intereses peruanos en Bolivia. Minimizar sus efectos, pero sobre todo, reactivar sus “activos” en el sistema político boliviano estimularán aún más una retorica antichilena, y ahora, antimasista por parte de Carlos Mesa así como de esa Oposición deslegitimada hasta lo más profundo de sus cimientos políticos.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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