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domingo, julio 25, 2010

El nuevo rostro de la pobreza

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Sus resultados fueron controvertidos porque arrojaron la primera alza de este índice en 20 años. Más allá de la polémica, el sondeo muestra las nuevas características que hoy tienen las familias que viven en situación de pobreza. Especial alarma causan los altos porcentajes que hay en los menores de edad, sobre todo en los niños más pequeños.

Una pantalla grande ubicada en un salón es conocida como “el cine” en el Centro de Integración del Adulto Mayor del Hogar de Cristo, en Estación Central. Al interior de la sala, decenas de personas ven un video donde aparece Coco Legrand. “El cine” está bastante abrigado, a diferencia del exterior, donde el frío quita las ganas de hacer cualquier cosa.

Son las cuatro de la tarde del miércoles y un abuelito decide que ya fue mucho Coco Legrand y que es mejor irse a tomar once y luego acostarse en la hospedería del hogar. Apenas camina, así que un hombre de 60 años lo sube a una silla de ruedas y lo lleva a su destino. Minutos después, la misma persona traslada a otro anciano. Realiza la misma acción todos los días, temprano en la mañana y a media tarde. Además, ayuda a servir el almuerzo y la comida. Basta observarlo un par de minutos para ver que ni el frío le quita las ganas de ayudar.

Su nombre es José Parra, tiene 58 años y es uno de los huéspedes más colaboradores del centro. Lleva poco más de un año viviendo en el Hogar de Cristo. Antes de llegar estuvo un mes viviendo en la calle. Durante esas noches, dormía en la Posta Central, donde lo echaban a las seis de la mañana. Nunca antes había vivido en esas condiciones, pero se vio obligado a hacerlo porque tuvo que irse de la casa de su hermana en Puente Alto, debido a algunos problemas. Ahí no le faltaba el techo ni la comida ni el trabajo, ya que su hermana le daba empleo en su negocio y por el que recibía $120 mil mensuales.

Por si fuera poco, sufrió un accidente vascular que le impidió trabajar. Fue ese el trayecto que lo llevó a caer en la indigencia y a recurrir al Hogar de Cristo. “Nunca antes en mi vida había vivido en la calle. Sufrí mucho y me costó asumirlo”, relata.

Entre 2006 y 2009, otros 355.509 chilenos recorrieron un camino similar. Según la encuesta Casen, que fue dada a conocer por el gobierno la semana pasada, en tres años la pobreza subió 1,4%, desde el 13,7% que tenía en 2006 hasta el 15,1% que había cuando se realizó el sondeo. Sus resultados arrojaron que en Chile 2.564.032 personas se encontraban bajo la línea de pobreza.

Fueron esas cifras las que pusieron nuevamente el foco de atención sobre la situación en la que están personas como José Parra. Y ese incremento fue también el que enfrentó al gobierno con la Concertación, debido a que el indicador mostró un alza por primera vez en dos décadas. Más allá de ese enfrentamiento, los resultados de la encuesta dan cuenta de varios fenómenos. Uno es que las características de la pobreza actual son muy distintas a las de hace dos décadas. Y otro, que existen grupos y zonas a las que es necesario poner especial atención.

Las razones del alza

La encuesta Casen de Mideplan realiza su medición sobre la base de un límite que establece quiénes son pobres e indigentes y quiénes no lo son. Esos valores se fijan sobre una canasta de necesidades básicas, la que está compuesta principalmente de alimentos. En el caso de las zona urbanas, esos límites son de $64.134 para la pobreza y de $32.067 para la indigencia. En tanto, en las zonas rurales son de $43.242 y de $24.710, respectivamente. Esto quiere decir que si en una ciudad una persona tiene ingresos mensuales inferiores a $64.134, se encuentra en situación de pobreza.

Según los resultados del sondeo -que fue aplicado entre noviembre y diciembre de 2009 a 71.460 personas- de los 2.564.032 pobres que existían en Chile en ese momento, 634.328 corresponden a indigentes o en situación de extrema pobreza, que equivale al 3,7% de la población y que representa un aumento de más de 110 mil personas si se compara con 2006.

A juicio de los expertos, la explicación a esos 350 mil chilenos que cayeron bajo la línea de pobreza en tres años tiene varios orígenes. Dante Contreras, uno de los directores ejecutivos del Banco Mundial, asegura que tras la crisis económica de 2008-2009 era esperable un alza de esa magnitud. “Hubo una recesión importante entremedio. Era natural que la pobreza aumentara por ese factor. Producto de esa crisis se agregaron cerca de 80 millones de pobres en todo el mundo. Al mismo tiempo, el gobierno hizo un esfuerzo fiscal importante de recursos y gasto social”, explica.

Pese al aumento, el economista descarta que éste represente un cambio de tendencia en la trayectoria de los niveles de pobreza en el país, los que venían cayendo desde 1990. “Al final del día, lo que tienes es un cambio en el margen. Es difícil hablar de un cambio de tendencia. Esto puede ser simplemente fluctuación de ingresos, los que son bastante volátiles”.

En las explicaciones de los expertos está también la crisis de los alimentos, la que elevó sustancialmente el precio de éstos alrededor de todo el mundo. El director de la División de Desarrollo Económico de la Cepal, Osvaldo Kacef, explica que “cuando uno ajusta la línea de pobreza a base de una canasta de alimentos, los que subieron bastante en 2008, ese límite queda muy alto y son muchos los hogares que quedan por debajo. Pasó sobre todo con los alimentos que se hacen a partir de los productos básicos, que tienen mercados que en ese año operaron con mucha volatilidad y que dieron lugar a aumentos realmente fuertes. Es el caso del arroz, el trigo, los cereales en general y las carnes. Y, sin duda, el aumento del precio de los alimentos afecta más a los pobres que a los no pobres, porque una parte mayor de su presupuesto está destinada al consumo de alimentos, aunque tampoco es todo”.

Nuevas necesidades

El mismo año en que Mideplan realizó la Casen anterior, en 2006, Waldo Cabrera recibió un aporte del Fosis de $300 mil pesos. Con esa plata compró materiales para realizar lo que mejor hace, la artesanía de retablos, que son fachadas en miniatura de casas. Esa actividad es la que genera el principal ingreso de su familia, que la componen, además, su esposa, sus dos hijas, Camila y Francisca, más las dos hijas de esta última. Todos viven de los $250 mil promedio que dejan los retablos más el sueldo mínimo que recibe Camila por su trabajo como secretaria, quien, además, estudia pedagogía en párvulo. La hija mayor, Francisca, aún está haciendo su práctica de profesora de educación básica.

“Hay algunas necesidades básicas que son complicadas de satisfacer, pero igual nos apretamos”, cuenta Cabrera, quien agrega que su familia fue beneficiaria de los programas Puente y Chile Solidario. Sin embargo, y pese a las complicaciones económicas, igual se las arreglan para realizar gastos que antes eran impensables para una familia en su situación, pero que hoy no lo son, como el pago del internet necesario para el estudio de sus hijas.

Eso demuestra que las características de la pobreza no son las mismas de hace 20 años. Su rostro ha cambiado, de la misma forma que lo han hecho las necesidades de las personas que están bajo esa línea. “La pobreza de hoy no tiene nada que ver con la de los ’90. La pobreza educacional es muy inferior a lo que era antes. En 1998 había en total 140 mil familias viviendo en campamentos. Y un estudio reciente de Un Techo para Chile hablaba de 25 mil familias viviendo en esas situaciones antes del terremoto. Son cambios muy grandes, y eso lo refleja las encuestas”, explica Andrés Palma, ex ministro de Mideplan y ex académico de Flacso.

El director social del Hogar de Cristo, Benito Baranda, agrega que, por ejemplo, “el peso que hoy tiene la alimentación en el consumo de las personas en esta situación es menor a la que tenía en 1990. Hoy hay un peso muy fuerte del transporte y de la vivienda. Incluso, es relevente la comunicación, porque, por ejemplo, sin celular una persona puede quedar fuera del mercado laboral”.

Pobreza infantil

Entre los resultados que arrojó la Casen, uno causó especial alarma entre los especialistas: los menores de edad son quienes presentan los mayores porcentajes de pobreza. En Chile, para los niños de entre 0 y 3 años alcanza el 24,5%, mientras que entre 4 y 17 años la cifra es de 21,5%. “Es una de las conclusiones más relevantes que entregó la encuesta. Hay un desafío enorme, sobre todo con la menor infancia. Y eso es muy complejo, porque nos hipoteca el futuro y, si no reaccionamos, vamos a tener problemas muy serios. La infancia en un entorno adverso es muy compleja”, asegura a LND el ministro de Mideplan, Felipe Kast.

Dante Contreras plantea que el patrón de la pobreza infantil ha sido sistemático. “La gente tiende a destacar la de mujeres, pero la tasa más alta, por lejos, es la de pobreza en los niños. Entonces, todas las políticas que se hicieron en el gobierno anterior, que tienen que ver con el cuidado infantil y el acceso a salas cuna a edad temprana, habría que reforzarlas. Lo más grave es que, si estos niños nacen en condición de pobreza y el acceso a la salud es deficiente y de mala calidad, en el futuro volverá a transformarse en pobre”, plantea el economista.

Benito Baranda agrega que, “considerando que hemos tenido una disminución en la pobreza en adultos mayores, y lo más probable es que esa tendencia continúe con el aumento progresivo de la Pensión Básica Solidaria, la atención debe ponerse en la alta concentración en la infancia y en la juventud, principalmente en los adolescentes. “El grupo de entre 14 y 17 años, además de estar en pobreza, lo más probable es que esté fuera del sistema escolar. Es decir, no está acudiendo a una estructura formal durante el día y, por lo tanto, no está alimentándose y es posible que tampoco esté trabajando. Entonces, tendremos un grupo con mucha dificultad y con muy pocos programas destinados a ellos”.

Otra de las realidades que mostró la última Casen es la alta concentración de pobreza en las regiones IX, VIII y VII, que son las que tienen los índices más preocupantes del país y que, además, fueron las más afectadas por el terremoto. Es por eso que Mideplan dará a conocer en los próximos meses una encuesta extraordinaria que medirá los efectos que esa tragedia tuvo en la pobreza.

El norte de las políticas

¿Qué hacer tras estos resultados? Baranda plantea que se deben articular las metas de crecimiento con las políticas sociales de mediano y largo plazo. “Por eso creo que hay que tener mucho cuidado en atacarlas, porque nos ha costado mucho en conseguirlas. Todos sabemos que hay que mejorarlas, pero son políticas que son un ejemplo para muchos países del mundo, como la reforma previsional o el Chile Crece Contigo. Debemos mejorarlas, trabajar para focalizarlas adecuadamente y que sean eficaces al impactar en la sociedad”, plantea.

Osvaldo Kacef sostiene que el foco de la lucha contra la pobreza debe estar puesto en disminuir la desigualdad. “Hacerlo facilita todas las tareas sociales. Así, el crecimiento se derrama de manera más equitativa y con más facilidad. Por eso lo mejor y más sencillo es tomar iniciativas para que nuestras sociedades sean más equitativas”.

Según el economista de la Cepal, las perspectivas de la economía son positivas para éste y el próximo año. “Para 2010 esperamos para Chile una tasa de crecimiento bastante alta, la segunda de la región y ahí es más probable que la mejora en los indicadores sociales se consolide e implicaría un efecto positivo sobre la pobreza”, explica.

Por cierto, las expectativas de José Parra también son auspiciosas. En el Hogar de Cristo realizó un curso del Fosis y consiguió financiamiento para comprarse dos máquinas de coser. Las tiene guardadas, a la espera de que el próximo mes comience a recibir los 75 mil pesos de la Pensión de Invalidez. Eso le alcanzaría para pagar el arriendo de una pieza, donde aprovechará de concretar su sueño: tener un taller de sastrería, especialmente ropa de mujer, que es la que más le gusta hacer. De esa forma, asegura, podrá tener plata para no depender de nadie y volver a ver sus cinco hijos, a quienes no ve hace tiempo y que son fruto de su matrimonio con Romina, su tercera esposa. Sus otros siete hijos ya están grandes. Tanto que ya le han dado ocho nietos y un bisnieto. //LND


Felipe Kast: “Vamos a hacer un cambio radical”

Los resultados de la encuesta Casen, asegura el ministro Felipe Kast, han evidenciado la necesidad de aumentar los esfuerzos para poner en marcha el Ministerio de Desarrollo Social, una de las apuestas más relevantes del gobierno en materia social. “Lo bueno es que este año ya estamos viendo que el empleo está reactivándose fuertemente. Esto año vamos a pasar el desafío que ha puesto el Presidente de crear 200 mil empleos, lo que evidentemente es una buena noticias para nosotros desde Mideplan, porque el empleo aún es la variable más relevante para terminar con la pobreza”.

-¿El aumento en el índice de pobreza muestra un cambio de tendencia o se debe a un factor puntual, como es la crisis económica y la de alimentos?

-Efectivamente, la crisis afectó muy duro a los sectores más vulnerables de la población, porque golpeó donde más duele. Segundo, el tema del crecimiento económico es muy complejo y no es una cosa puntual. Veníamos decreciendo en nuestros niveles de productividad hace mucho tiempo, la inversión estaba bastante estancada, el empleo había bajado. Lo otro que no es puntual y que queremos enfrentar es la precaria administración de la política social. Pese a que la Concertación puso a sus mejores hombres en Hacienda, no hizo lo mismo al administrar la política social y por eso creo que se podría haber hecho mucho más.

-¿Qué logros reconoce de la política social de los gobiernos de la Concertación?

-El gran logro ha sido, en 20 años, sobre todo en los ’90, una gran disminución en la pobreza. Y también, de la administración anterior, valoro mucho el énfasis en el concepto de apoyar a la pequeña infancia. Aún tenemos mucho que avanzar, pero es un énfasis que aplaudo mucho. Creo que el Chile Crece Contigo es una muy buena propuesta. Por supuesto, puede ser mejorada, pero por lo menos el lugar donde está interviniendo es muy positivo.

-¿Como gobierno harán un cambio radical en las políticas para combatir la pobreza?

-Vamos a hacer un cambio radical, teniendo en cuenta que el ingreso ético es un cambio radical. Y el Ministerio de Desarrollo Social también lo es, en el sentido de que vamos a monitorear mucho más de cerca los recursos que están destinados a las personas, para que no queden a mitad de camino.

-¿Cuándo pretende poner en marcha el nuevo ministerio?

-La meta es comenzar a implementarlo en marzo del 2011 y dejarlo en régimen antes de que termine el gobierno, con el objetivo único de que la extrema pobreza sea algo que le contemos a nuestros hijos que alguna vez existió.

-¿Cuál es el objetivo concreto que buscan con el ingreso mínimo ético?

-Primero, tener un mejor diagnóstico de cuál es la situación de cada uno de los chilenos y quiénes son efectivamente los que más necesitan, y para eso estamos revisando las cifras. Y segundo, poder suplementar estos ingresos condicionales. Es muy importante recalcar que la condicionalidad es siempre y cuando hagamos una alianza público-privado. La persona que va a recibirlo debe poner mucho de su parte, que tenga a sus hijos en el colegio, con controles de salud al día, etc. La idea es que podamos complementar sus ingresos.


Dónde viven y qué tienen

Los expertos en estudio de mercado sitúan a los pobres chilenos dentro del estrato económico E, que es considerado el nivel de extrema pobreza. Es habitual que no alcancen a cubrir sus necesidades básicas y que dependan de la ayuda del Estado o de terceros. Según esta segmentación, estas personas viven en la Región Metropolitana en comunas como Renca, Quinta Normal, Pudahuel, La Pintana, El Bosque, Lo Espejo y Pedro Aguirre Cerda, entre otras. Viven en barrios populosos, con calle sin pavimentar, sin áreas verdes y que tienen escasa urbanización.

Según el estudio “Grupos socioeconómicos de 2008”, gran parte de estos chilenos viven en campamentos y cités, en viviendas de material ligero, de no más de 30 m2 y que comparten más de una familia. Generalmente, tienen una o dos habitaciones, que sirven tanto de comedor y cocina como de dormitorio y separan ambientes con cartones y géneros. Por eso, es normal que haya hacinamiento y desorden. Prácticamente no tienen mobiliario y muchas veces se cuelgan de la luz. No tienen auto, compran vestuario de baja calidad y “en ocasiones (se ven) poco aseados o descuidados y con su dentadura dañada”, asegura el mismo estudio.

Por lo general, tienen trabajos ocasionales, recurren harto al “pololo” y pueden desempeñarse como cuidadores de auto, cartoneros y cargadores. Por su bajo nivel de ingresos, rara vez son considerados en los estudios de mercado.

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2 comentarios:

  1. Anónimo7:40 p.m.

    No me parece logico,en el gobierno de los ricos! hablemos de pobreza.

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  2. Anónimo10:00 p.m.

    que estupidez tu comentario, seria como que los pasado 20 años hubieran descalificado a la Concerta por firmar TLCs e impulsar los negocios privados.

    no seas cabro chico, da algun argumento serio si quieres criticar

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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.