Tomado de diario Hoy Online, Quito - Ecuador
El país sigue empantanado en los desencuentros políticos. La dolarización ha actuado como una armadura frente a los abruptos cambios de presidentes, la inestabilidad, los escándalos constantes, las pugnas de poderes, la debilidad institucional. Sin embargo, esa armadura no tiene una resistencia ilimitada. Además, la crisis política espanta las inversiones e imposibilita la reactivación productiva.
La incapacidad de llegar a acuerdos básicos se ha convertido en un estilo de la vida pública ecuatoriana. Desde allí solo resta un paso para la desconfianza y el escepticismo ciudadano sobre los políticos y el futuro de la propia política.
En los dos últimos lustros, los presidentes de la República han permanecido en el mando, en promedio, menos de un año. ¿Cómo se puede aspirar así a la más elemental continuidad de las políticas que requiere el progreso de los Estados? Resulta, pues, fácil explicar la nociva inestabilidad pública que afecta al país. Pero, antes que evitar tropezarse en la misma piedra, el país político parece empeñado en caer hasta el cansancio en los consabidos errores.
El balance es desolador: el Ecuador permanece 320 días sin Corte Suprema de Justicia y con un tortuoso proceso para elegir y legitimar la nueva Corte; han pasado 984 días sin contralor del Estado titular y el Congreso no ha logrado elegir la terna para que lo designe el presidente de la República; el Ecuador no tiene Tribunal Constitucional; cuando estamos a las puertas del proceso electoral, el Congreso no reforma aún la Ley de Elecciones...
En el país de los permanentes desencuentros, solo medran ciertos grupos políticos e intereses corporativos que se aprovechan de la inestabilidad para asegurarse de que nada cambie en la sociedad: se mantienen sin solución los problemas mayores, como el de la injusta distribución de la riqueza, la falta de equidad, la pobreza e indigencia y toda las demás lacras sociales y educativas del subdesarrollo. Además, el país requiere resolver temas de tanta importancia para el futuro como la participación en el TLC y solucionar problemas que permanecen sin solución en los campos eléctricos, petrolero estatal, de la seguridad social...
Un último episodio de la cadena de equivocaciones es el embrollo de la reforma política. En realidad, parte de la responsabilidad de él la carga el presidente de la República que, desde las promesas iniciales de convocar a una asamblea constituyente, los intentos de plantear cambios constitucionales con el Congreso y el regreso a la primera propuesta, ha generado incertidumbre y más desconcierto. Pero el Congreso, que parecía dispuesto a enmendar la plana tras la multitudinaria presión popular del pasado abril, ha dado pruebas de insensibilidad y de poca disposición al cambio.
La pugna irracional no conduce a nada. Países que han vivido abismales experiencias de violencia y confrontación, han logrado llegar a acuerdos básicos, salir del estancamiento y emprender el camino hacia la estabilidad institucional y el desarrollo. El mayor ejemplo en América del Sur nos ha dado Chile. La continuidad de sus políticas económicas, el respeto institucional y la sujeción al imperio de la ley han logrado resultados ostensibles como la reducción de la pobreza, el destierro del analfabetismo, el control de la corrupción y el sostenido crecimiento económico. Chile camina con firmeza a ubicarse entre los países desarrollados.
Sin acuerdos básicos, no habrá salida para la permanente crisis e inestabilidad política en el Ecuador.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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