ALMA se alista para iniciar sus primeras observaciones del universo

El observatorio radioastronómico más grande del mundo en el desierto de Atacama cuenta hoy con 16 de las 66 antenas que contempla el proyecto.

Si bien la puesta en marcha de ALMA, el mayor observatorio radioastronómico del mundo ubicado a más de 5.000 metros de altura en el desierto de Atacama en Chile, está prevista para 2013, lo cierto es que ya se está preparando para iniciar observaciones científicas preliminares en septiembre próximo.

Esta actividad será el puntapié inicial del proyecto, que revolucionará a la astronomía mundial al permitir observar detalles nunca vistos del universo, ya que al detectar la luz en longitudes de onda milimétricas y submilimétricas, se podrá observar gas y polvo molecular fuera y dentro de la galaxia, las radiaciones emitidas por el Big Bang o permitir el estudio del nacimiento de bloques de estrellas y de sistemas planetarios, entre otros.

A inicios de abril se hizo el primer llamado a la comunidad astronómica mundial para presentar sus propuestas de observación de ciencia inicial, las que serán realizadas con 16 de las 66 antenas (54 de 12 metros de diámetro y 12 de 7 metros) que finalmente contendrá el observatorio y que trabajarán como un único telescopio de más de 16 kilómetros de diámetro. “Con las antenas que ya posee ALMA lo transforman en el más poderoso del mundo, por lo que hay un gran interés en los científicos para comenzar a usarlo”, dice Antonio Hales, miembro del staff científico de ALMA y agregó que si bien se han hecho imágenes de pruebas, éste será un tiempo que servirá para demostrar que se pueden entregar datos científicos de vanguardia. “Durante este período vamos a compartir nuestro tiempo de verificación antes de ponernos en marcha con observación inicial”, explica Hales.



El gran valor del centro, que se localiza en el llano de Chajnantor próximo a San Pedro de Atacama, es que “todos los telescopios que ha tenido Chile han sido ópticos que funcionan como un espejo, y que están en el rango de frecuencia de la luz óptica, que es sólo una parte de lo que es la luz. ALMA viene a ser una nueva ventana de observación al permitir estudios en frecuencias submilimétricas, que están entre las microondas e infrarrojas, que es muy difícil de observar desde la tierra por la atmósfera. Pero al estar en altura y con poco vapor de agua, se hace más fácil abrir esta nueva ventana para observar el espacio”, dice Hales.

Apoyo local


Si bien ALMA es una instalación en asociación entre Europa, Norteamérica y Asia del Este, donde el país colabora con ingenieros, lo cierto es que hay proyectos con distintas universidades chilenas para desarrollar el lado técnico como de implementación de parte de la instrumentación que contendrá el observatorio. “La U. de Chile está encargada de la construcción de uno de los receptores, proceso que no se ha hecho nunca y que puede favorecer el sector telecomunicaciones del país”, dice.



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