¿Chilenos desarrollados?

Para que ello ocurra no sólo se debe tener el PIB per cápita de un país desarrollado, si no también reducir a la mitad nuestras desigualdades.

DE SEGUIR creciendo a 6% al año, en 2016 Chile alcanzará un PIB per cápita anual de US$ 20.000 (al costo de vida norteamericano o PPP). Para muchos, esto nos haría un país "desarrollado".

Pero el PIB per cápita no es igual a bienestar. Ni es evidente qué ingreso per cápita corresponde a ser "desarrollado". De hecho, si concordáramos que esta condición es disfrutar de un nivel de vida europeo, necesitaríamos un PIB per cápita de US$ 32.000 para alcanzar a España, país de nivel de vida medio dentro de Europa. Si somos menos exigentes, bastarían US$ 22.500 para alcanzar el rango de Portugal, la nación menos desarrollada de ese continente. Por ende, aún creciendo a 6% anual, no sería hasta en 2019 que alcanzaríamos el nivel de vida de Portugal y en 2026 el de España. La buena noticia es que no estamos hablando de plazos eternos, ni de un ritmo de crecimiento imposible.

La mala noticia es que aunque lo lográramos, la mayoría de chilenos quedaría con un nivel de vida lejos del de un país desarrollado. Me explico. La mitad de los trabajadores chilenos hoy gana menos de $ 350.000 al mes. Como el costo de vida en Chile es bastante menor al de los países desarrollados, $ 350.000 chilenos significan un poder de compra no de US$ 760, sino 25% mayor (US$ 950), calculado a los precios de los países desarrollados. La mitad de nuestros trabajadores gana menos que esto y el más pudiente de ellos gana US$ 950, un salario apenas superior al 50% de la actual línea de pobreza norteamericana (US$ 1.850 al mes).

Sin embargo, el cálculo anterior exagera nuestra pobreza por dos factores. Primero, la línea de pobreza norteamericana se refiere al ingreso de una familia (cuatro personas) no de un trabajador. Puesto que la familia media chilena tiene 1,5 trabajadores, para tener una cifra comparable a la norteamericana debemos elevar el salario de un trabajador en 50% para llegar al ingreso familiar. Segundo, si nuestro PIB crece 6% al año, los salarios van a elevarse del orden de 3% al año de aquí a 2026.

Hecho estos dos ajustes, se concluye que la mitad de las familias chilenas tendría ingresos familiares mensuales (PPP) inferiores a US$ 1.800 en 2019; y a US$ 2.200 en 2026. Ello comparado con una línea de pobreza de US$ 1.850 al mes. Por tanto, difícilmente puede considerarse que Chile sea un país desarrollado cuando alcance los US$ 22.500 anuales de Portugal, puesto que en ese momento ¡algo más de la mitad de los chilenos vivirá bajo la línea de pobreza de un país desarrollado! De hecho, será sólo cuando nuestro PIB per cápita alcance al de España (US$ 32.000), que menos de la mitad de los chilenos será pobre. No obstante, aún en esa circunstancia, el 50% de los chilenos tendría el ingreso del quintil más modesto de las familias norteamericanas.

Esta coexistencia de un PIB per cápita de país desarrollado con la mayoría de los chilenos siendo pobre, se debe a que la desigualdad de ingresos entre quintiles es el doble en Chile  que la vigente en Europa. Como ser desarrollado no es simplemente cosa de tener el PIB per cápita de un país en esa condición, sino de que la mayoría tenga un ingreso familiar de un país desarrollado, es necesario no sólo crecer a 6% al año, sino reducir a la mitad las desigualdades.

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