No es raro que un movimiento como el estudiantil, dominado por grupos radicales, entienda la democracia de manera extrema.
UNA CALCOMANIA pegada en la puerta de una micro llamó ayer mi atención. "¡¡¡Despierta!!! Sale (sic) a la calle a protestar", decía. Lo notable es que quienes la diseñaron no se preocuparon de explicar contra qué hay que reclamar. Probablemente no sea necesario entrar en ese tipo de sutilezas: hay que hacerlo contra todo. Si hay una marcha contra HidroAysén, adhieren; si toca paro de la CUT, adhieren; si es de los funcionarios de la salud municipalizada, adhieren; si es por la educación, adhieren también. A ellos, sin duda, todas las micros les sirven. Para eso, parecen creer, está la democracia. En ella la gente puede manifestarse y marchar sin que la autoridad pueda limitar sus derechos.
Cuando las protestas estudiantiles eran multitudinarias (no como la de ayer), los dirigentes universitarios y del Colegio de Profesores acusaban de "antidemocrático" al gobierno porque éste trataba de fijar un recorrido y un horario distintos a los que ellos habían definido. De igual manera calificaron la idea de La Moneda de radicar en el Congreso el debate sobre los cambios en la educación. La verdadera democracia, según ellos, no pone límites a sus derechos y se expresa a través de la movilización libre, no de instituciones poco representativas. Para ellos, democracia es sinónimo de libertad y ésta equivale a liberación (o sea a la superación de las restricciones al ejercicio de su autonomía). Todo aquel que trate de ponerle cortapisas a un movimiento de esta naturaleza sería, por definición, antidemocrático.
Esta es la razón que explica el mesianismo y el dogmatismo que muestran los dirigentes estudiantiles: ellos se perciben a sí mismos como los representantes de la democracia en su forma más pura, frente a la cual no cabe sino someterse. Por eso, son capaces de demorarse una semana en contestar los planteamientos del gobierno, pero se sienten con el derecho de exigir de éste respuestas casi inmediatas.
No es raro que un movimiento que ha sido dominado por grupos radicales entienda la democracia de esta manera extrema. La libertad y el respeto a los derechos básicos son componentes esenciales de la democracia, pero no son los únicos ni se dan en un vacío. Como ha escrito el autor norteamericano Daniel Mahoney, una democracia sana descansa también en una serie de prerrequisitos culturales, históricos, políticos y espirituales (como los lazos familiares, el patriotismo o la religión, entre otros) que no deben ser ignorados, porque enriquecen la existencia humana y dan cuenta de su complejidad y variedad. A esto se refiere el filósofo francés Pierre Manent cuando sostiene que "para querer bien a la democracia, hay que quererla moderadamente". Transformarla en una consigna de libertad e igualdad sólo la termina empobreciendo. Resulta más conveniente, por lo tanto, considerar que una provechosa convivencia democrática no se construye sobre la base de que los ciudadanos se limiten a exigir respeto por unos derechos y una libertad sin restricciones, sino que se alcanza más bien en un ambiente donde la libertad y los derechos son ejercidos por personas que exhiben virtudes como la responsabilidad, la solidaridad o la prudencia.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
El creador del auto adhesivo, deja en el mismo, evidencia no sólo de sus pocas luces y su precaria instrucción, sino también su imperdonable falta de rigurosidad al realizar un trabajo.
ResponderBorrarSi pretendía escribir un mensaje que influenciara o sedujese a quien lo leyera, lo mínimo que podría haber hecho, habría sido usar un corrector ortográfico que le informara la manera adecuada de conjugar el verbo salir en su modo imperativo.
En efecto, porque para nadie debería ser novedad que se dice SAL a protestar, y no, SALE a protestar.
¿Qué caso se le puede hacer a alguien tan descuidado e ignorante?...
Protestar no es ningun mayor atributo y creo que el ignorante del afiche no sabe lo que significa construir....... un gil y flojo mas que nos sobran en Chile.
ResponderBorrarEL INDIO MAPUCHE DIJO:
ResponderBorrar"El creador del auto adhesivo, deja en el mismo, evidencia no sólo de sus pocas luces y su precaria instrucción"
PUES ES CHILindio......NO LO SABIAS?
Anónimo 8:51 PM:
ResponderBorrarSepa usted que no soy "indio mapuche", sino chileno y a mucha honra.
Y también que, aunque no tengo sangre americana (porque soy descendiente de europeos), jamás descalifico ni menosprecio a mis compatriotas que si la tienen, como tampoco lo hago con personas de naciones vecinas que comparten esa particularidad, porque ninguna razón de peso hay para hacerlo.
Si se tomara usted la molestia de investigar, se sorprendería al saber que la diferencia genéticas entre las distintas "razas" humanas es prácticamente nula, por lo que no corresponde llamarlas "razas", sino más bien etnias.
Lo que sí hace realmente diferencia entre unos humanos y otros, es su herencia cultural y los patrones de comportamiento propios de su sociedad.
Es en lo anterior en lo que usted y yo nos diferenciamos, usted viene a este sitio a descargar su chovinismo primitivo, a intentar liberarse de su miserable condición mental y de las frustraciones que heredó de sus atormentados ascendientes perdedores de la Guerra del Pacífico, vomitando el odio que es incapaz de liberar como caballero en un debate de buen nivel, o como hombre en un enfrentamiento personal.
Insultar por Internet es sumamente barato y seguro, pero sin duda carece del sabor que tiene abofetear a un miserable de su calaña, placer que he tenido ya en dos oportunidades, acallando a golpes a un par de compatriotas suyos los que, por cierto, no eran caballeros peruanos como lo son algunos buenos amigos que tengo, sino mequetrefes acomplejados como usted.
Hágase un favor, busque un pasatiempo, consiga una novia, aprenda a escribir con ortografía y deje de dar lástima por estos lados.