El gobierno instaló un plan oficial que ofrece beneficios a los empresarios innovadores del extranjero que se instalen en el país
Como tantos empresarios jóvenes, los graduados de la Universidad de Stanford Amit Aharoni y Nicolas Meunier tenían una idea para un negocio: una página web para ayudar a los americanos a encontrar ofertas para vacaciones en cruceros.
A diferencia de muchos otros empresarios, no establecieron su empresa en Silicon Valley, y en su lugar optaron por ir unos 10.000 kilómetros (6.000 millas) al sur, a Santiago, Chile, informa la revista Bloomberg Businessweek en su número del 25 octubre.
Aharoni, de 30 años de edad y con maestría en administración de empresas que pasó nueve años en las fuerzas israelíes de defensa, y Meunier, de 25 años, programador de Francia con maestría en ingeniería eléctrica, son los primeros participantes en Start-Up Chile, un programa del gobierno para atraer empresarios extranjeros. La meta es colocar a Chile en el mapa como un centro de innovación.
“No habríamos venido a Chile si no hubiera sido por el programa”, dijo Aharoni. “No es algo que uno consideraría naturalmente”.
Start-Up Chile está intentando combatir lo que el presidente chileno Sebastián Piñera llama un obstáculo al crecimiento: la falta de empresarios. Poco después de asumir el cargo en marzo, el multimillonario, que hizo su fortuna introduciendo las tarjetas de crédito al país, se comprometió a sumar 100.000 empresas y 800.000 empleos para 2014.
En un discurso en julio, Piñera dijo que Chile necesita ver más allá de sus fronteras y trabajar duro para recuperar su cultura empresarial innovadora.
Nicolás Shea, chileno que tenía una empresa de aprendizaje online en Silicon Valley, se mudó de vuelta a Santiago para ayudar a administrar Start-Up Chile. El programa tendrá un presupuesto de US$1 millón este año y de US$5 millones en 2011.
Del software a los paneles solares
Más de 150 personas, con ideas que van del software a los paneles solares y aparatos que utilizan tecnología de identificación de radiofrecuencias, han presentado una solicitud. Quienes sean elegidos recibirán una asignación de US$40.000, una visa de residente por un año y asistencia del equipo de siete personas del programa para asegurarse de que los participantes se establezcan rápidamente y hagan contactos con posibles empleados e inversores.
La comisión de selección del programa, conformada por cinco personas, ha aprobado 25 solicitudes este año, la mayoría de ellas presentadas por residentes de Estados Unidos nacidos en el extranjero, dijo Shea. La idea es tomar prestado talento, no robarlo, dijo.
“Sería ridículo querer competir con Silicon Valley o Bangalore” dijo Shea. “Pero queremos estar en el juego como un actor ágil y amigable, un buen lugar para hacer un mercado de prueba. No se me ocurre una política pública más barata para reunir todo el talento que reuniremos.
Los detractores han cuestionado por qué los ciudadanos chilenos no pueden aplicar para las asignaciones. En comentarios en blogs y vía Twitter, argumentan que los subsidios deberían ser otorgados a chilenos para desarrollar al país desde dentro. Los partidarios del programa argumentan que los extranjeros ayudarán a crear empleos y servirán de inspiración a los locales.
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