Mal manejado o no por el gobierno chileno, el episodio del general Donayre confirma que los militares son aún un factor en las relaciones interamericanas. Y que pocos gobernantes civiles se atreven a desafiar a figuras caudillescas como la del comandante en jefe del Ejército peruano.
Y finalmente no “lo fueron”. El general se queda hasta la fecha prevista para su retiro y ahora se dedica con algazara a una serie de despedidas oficiales, una de las cuales –la de Arequipa- concluyó en hombros de sus subordinados, después que les dijo, vestido de comando, que no siente “pena, tristeza y melancolía” por él, sino por quienes deja: "qué va a ser de ustedes", exclamó.
Más que una anécdota, la interferencia provocada por Edwin Donayre en las relaciones entre su país y Chile es una reafirmación de que los militares continúan operando como un factor en la convivencia interamericana y eso deben entenderlo diplomáticos y políticos. Un personaje como el comandante general del Ejército peruano no es atípico. Baste recordar a Pinochet cuando usó –en democracia- una macabra imagen similar a la de Donayre, al referirse al hallazgo de restos de detenidos desaparecidos: “los pondremos de a dos para ahorrar ataúdes”. Y si de relaciones exteriores se trata, el celebérrimo almirante Merino batió sus propios récords al insistir que Bolivia nunca tuvo mar y que los habitantes de ese país eran “auquénidos metamorfoseados”.
El problema para los gobernantes demócratas es sopesar si pueden tolerar o no los desaguisados castrenses. Al parecer, el Presidente Alan García estimó que lo mejor era no victimizar a su general y esperar su pase a retiro el 5 de diciembre. No sólo por las olas que podrían agregarle a su baja popularidad una medida disciplinaria contra un “militar patriota”, sino también para no inflar su figura, que con sus coloridos arrestos populistas se viste de ropajes caudillescos y podría convertirse en un molesto enemigo.
La ambigüedad del anuncio a la Presidenta Bachelet del cese de funciones de Donayre sin duda que cazó a la Mandataria, al entender ésta que habría una sanción, ya que su par se estaba disculpando al teléfono. El error de ella fue dar por superado el incidente, en circunstancias que aún no veía el video que desató el temporal. Su indignación fue mayor como mujer, al ver que Donayre –copa en mano- ofendía a las damas presentes al pedirles que actuasen como carnada sexual ante los chilenos, tal como lo resaltáramos anteriormente.
Recoger cañuela más tarde y exigir una sanción condigna al deslenguado militar no podía sino favorecer a éste, porque sus superiores no podían aparecer cediendo a una inaceptable presión extranjera. Tan seguro se sintió Donayre que se retractó no de sus dichos sino de sus disculpas y los justificó, porque patriotismo obliga. A estas alturas, lo único que puede hacer García es no ponerlo a la cabeza del comando conjunto de las FFAA, después que deje la Comandancia del Ejército, aunque tal vez incorporarlo como miembro de esa instancia sea la única manera de no convertirlo en un civil desaforado, en otro Ollanta Humala. Claro que, tal como ha dicho el canciller Foxley, Santiago tendría que extraer las consecuencias de un acto así, que no podría menos que considerar inamistoso.
Con este tipo de personajes Chile va a tener que convivir siempre, por el hecho de haber ganado la Guerra del Pacífico. Si no, hay que remitirse a la arenga del propio Presidente García -el sábado último- en uno de los escenarios de la guerra, las colinas del distrito limeño de Santiago del Surco. Mandatarios como el actual son sólo la expresión más políticamente correcta de un sentimiento de pérdida que anida en peruanos y más aún en bolivianos, atemperada –pero a veces también soliviantada- por el comercio, las inversiones y la inmigración.
Irónicamente, el incidente condicionó no sólo la permanencia de Donayre, sino también podría confirmar la de Foxley en la cancillería, si es que estaba contemplada su salida en el inminente reajuste ministerial.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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