
Esta tarea había quedado pendiente desde diciembre de 1998, cuando los gobiernos de Eduardo Frei y Carlos Menem firmaron un acuerdo para delimitar el área entre el Monte Fitz Roy y el Cerro Daudet, en las fronteras de las regiones XI y XII de Chile y la provincia de Santa Cruz en Argentina, con 13.900 kilómetros cuadrados, una de las mayores reservas del mundo de agua dulce y polo turístico y científico.
El pacto de 1998 dividió el lugar en dos partes. La zona B, ubicada al norte, fue la de mayor complejidad, entre el Monte Fitz Roy y el Cerro Murallón. Y, a diferencia del resto del área de Campos de Hielo, no quedó zanjada. La demarcación, se acordó, debería ser resuelta por la Comisión Mixta de Límites.
Sin embargo, las fuertes diferencias técnicas llevaron a ambos países a postergar de manera indefinida la convocatoria de dicha instancia. Así, la zona permanece sin demarcar, desde hace más de diez años.
En enero de 2010
Altas fuentes del Gobierno de Chile ratificaron al diario El Mercurio que ambos países acordaron el inicio de los trabajos de la Comisión Mixta en 2007. Desde ese año se comenzaron a realizar en completa reserva diversos trabajos técnicos, los que continuarán en enero de 2010.
Desde Buenos Aires agregan que el encargado del grupo argentino ha estado en Santiago un par de veces, tanto este año como en 2008. Por la parte chilena han participado expertos del Instituto Geográfico Militar y del Servicio Aerofotogramétrico de la Fuerza Aérea.
Recordemos que la Presidenta de Chile Michele Bachelete y su par argentina Cristina Fernández se encontrarán en Roma para celebrar, en presencia del Papa Benedicto XVI, los 25 años del Tratado de Paz que dio por cerrado el conflicto del Beagle.
Este problema surgió a fines del siglo XIX cuando por errores groseros e “intencionales” de la Corona inglesa, árbitro de la contienda, se le otorgaron a Chile tierras en el Canal de Beagle que no les correspondía en el trazado internacional (nota: ¿de qué hablan los argentinos, si la Patagonia completa era chilena? no por nada en Chile decimos... más peligroso que un argentino haciendo un mapa). La ineficiencia corrupta de la diplomacia argentina del momento provocó que se acabarán los plazos para hacer el reclamo correspondiente por lo que Argentina debió resignarse a lo que se le asignó.
No olvidemos que la Presidente Cristina Kirchner en la última Asamblea de la ONU reclamó nuevamente por las Islas Malvinas, otro ejemplo grosero de la ineficacia histórica que caracterizó la política diplomática argentina del siglo XIX y XX que privilegiaron, más de las veces, los intereses personales por sobre los intereses de la Nación, cuyas consecuencias vacían nuestros justos reclamos de soberanía. Conocimos, tristemente, la importancia geopolítica del Canal de Beagle en la Guerra de Malvinas.
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