Si se defiende un sistema personalista como el cubano, en que todo consiste en estar en la gracia de alguien, se corre el peligro -como hoy bien lo sabe Max Marambio- de caer en desgracia.
El gobierno cubano está investigando a Max Marambio "por los delitos de cohecho, actos en perjuicio de la actividad económica o de la contratación, malversación, falsificación de documentos bancarios y de comercio y estafa", como reza la citación expedida por un teniente coronel -no se sabe si de la policía, de la inteligencia militar o qué- para que comparezca a la pesquisa. No es poca la acusación para alguien que ha sido hijo predilecto de la revolución, tanto que dice considerar al dictador caribeño como su "segundo padre".
Todo un mito este hombre que cambió las armas por los negocios y que hace las delicias del Chile políticamente correcto. Su vinculación con las primeras no sólo se dio porque fue teniente coronel de las "tropas especiales" cubanas -que nunca le gustaron a Raúl Castro-, sino que también por dirigir el "GAP", grupo armado irregular que se dedicaba a proteger al Presidente de Chile al margen del derecho, que manejaba armas de tenencia prohibida y penada para los particulares, como fusiles de asalto, lanzacohetes y ametralladoras, y que fueron internadas ilegalmente al país. Pero él no tiene que rendir cuenta por todo ello, debido a que no son delitos de lesa humanidad: esos sólo los cometen los agentes del Estado y los muchachos del GAP únicamente se atribuían funciones de tales.
Cuando los socialismos reales de Europa no dieron para más y dejaron de subsidiar la revolución, ya no hubo tanto espacio para el "socialismo o muerte" y Marambio entró al mundo de los negocios. Instaló una empresa productora de leche, jugo y compota. ¿Arriesgó capital propio? Difícil que lo haya tenido, salvo que la lucha revolucionaria fuera más rentable de lo que se piensa; ¿fue acaso un emprendedor que partió de la nada, sacándose la mugre y que con creatividad e innovación se ganó el favor del consumidor cubano? No, tenía línea directa con su "segundo papi" que le otorgó el privilegio de "invertir", donde no está permitido que otros lo hagan y cuando a los consumidores no les queda alternativa. Así cualquiera es un empresario exitoso y, además, socialista renovado: cambiar un monopolio estatal por uno privado, el propio.
El no ve problema y nos ha aclarado que "mis negocios allá tienen que ver con la producción de alimentos para niños, con un margen muy bajo de rentabilidad". Seguro que es bajo, ¿a cuántos productores chilenos de compota se les podrá incautar de un momento a otro remesas -de utilidades, suponemos- por US$ 23 millones o cuántos circulan en su propio helicóptero?
Ante las acusaciones contra Marambio, su círculo lo defiende, pues su pecado sería mejorar los sueldos de sus trabajadores, que son miserables. ¡Pero si eso está prohibido en la revolución! En eso consiste la revolución, todos son iguales y nadie puede ganar más que otros; claro que hay unos más iguales que otros, los que tienen línea directa. Son las reglas del juego allá, las mismas que Marambio ha estado dispuesto a defender con las armas. ¿Viajará a enfrentar las acusaciones? De nuevo, su círculo lo excusa: "qué seguridad puede tener Max de ser juzgado en un país donde no se respetan los derechos humanos". ¡Cómo que en Cuba no se respetan los derechos humanos! ¿Le habrán informado eso cuando hizo sus inversiones?
Nadie puede negar a Marambio el derecho a cambiar y darse cuenta de que se equivocó, a quemar los ídolos que antes adoró y condenar los horrores que mucha gente padece en la isla. Otros lo han hecho y enhorabuena. Lo que no es admisible es que pretenda estar a ambos lados de la línea a conveniencia, obtener beneficio y defender sistemáticamente un sistema arbitrario, injusto, equivocado y opresivo, para al día siguiente reclamar respeto cuando la discrecionalidad se dio vuelta en contra de él. Si se defiende un sistema personalista que está más allá de las reglas, en que todo consiste en estar en la gracia de alguien, se corre el peligro de caer en desgracia.
Marambio tiene suerte de estar en Chile, donde rige el estado de derecho. Ya el fiscal a cargo empezó a pedir mínimas aclaraciones a la solicitud del teniente coronel cubano de interrogarlo y pocas dudas pueden caber de que un requerimiento de extradición sería denegado por nuestros jueces, ya sea por falta de reciprocidad -los asesinos de Jaime Guzmán se ocultaron en la isla y los cubanos se hicieron los suecos-, como porque allá no existe el debido proceso ni tribunales independientes.
Ahora, si decide ir para allá no estaría más que siendo coherente y quizás -pues con los Castro nunca se sabe- lo terminen recibiendo como al hijo pródigo.
Artículo original
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario