Salir del trance financiero mundial significará una nueva relación hombre-naturaleza, pronostica Óscar Ugarteche.
El economista Óscar Ugarteche explica que el modelo financiero se vino abajo y la recuperación implicará una redefinición total de la vida en todos los sentidos. Dice también que el atraso económico peruano es la fibra protectora ante la crisis, que es un golpe al corazón del capitalismo, es decir, ataca más a los países que participan de la globalización económica: las economías con más de 10 mil dólares per capita.—Hacia inicios del 2000, usted fue uno de los economistas que alertó sobre la crisis. ¿Qué datos lo llevaron a preverla?
—Un primer momento fue cuando se desplomó el mercado de valores de Nueva York. Fue la primera vez que advertimos, con un grupo de colegas, que había problemas con el sistema financiero internacional. Nos dimos cuenta que había una cantidad de transacciones financiaras que debían de asegurar operaciones económicas, pero que no había ninguna evidencia de que eso era así. Fue así de vago. Sabemos que hay unos instrumentos que aseguran contra los ceses de pagos, contra las tasas de interés, contra la devaluación de la moneda. No sabemos cuántos son, no sabemos dónde están, no sabemos quiénes son los inversionistas. Luego vimos que había una burbuja en la bolsa de valores que no acompañaba al crecimiento económico de los países, es decir, las bolsas crecían de manera descomunal y los productos brutos de los países casi nada. Esto iba explotar en algún momento y pasó.
—¿Cómo se entendía eso?
—Era como echarle gasolina a un cajón de pólvora, al principio la gasolina la hace menos volátil a la pólvora, porque humedece, pero después de que se evapora la gasolina hace que la pólvora sea más explosiva. Podíamos ver esto, era el tema de los derivados y eso fue finalmente lo que se trajo abajo el sistema.
—¿Cómo explica usted que esta crisis que afecta duramente a los países ricos no es tan evidente en países como el nuestro?
—Yo dije en esos tiempos que esta crisis no iba a ser tan fuerte para nosotros y casi me agarran a patadas. Esta crisis no es igual para todos. Ésta es una crisis del corazón del capitalismo. Para suerte del Perú no está en esta dinámica, es decir, nuestro atraso ha sido nuestra barrera de protección. El atraso económico peruano es la fibra protectora contra el virus invasivo. Si nosotros hubiéramos tenido un sistema financiero enganchado como el brasilero y un sistema comercial enganchado como el mexicano entonces reventábamos.
—Si embargo, nos afecta y nos seguirá afectando
—Podemos contenerla si aislamos el efecto externo a la región; si logramos que un tercio del comercio vaya dentro de sudamérica; si fortalecemos el comercio interregional, en moneda nacional, sin pasar por el dólar (que es el problema) y, además, no pasamos por el sistema de crédito en dólares, sino que usamos un sistema en la región en moneda nacional. ¿Cómo se hace eso? Es ya otro rollo.
—Esta crisis se puede comparar con otras anteriores
—En térmicos económicos, sigue el mismo patrón que en el año 1929. Pero esta crisis nos lleva a redefinir todo. Esta crisis cambiará la relación del hombre con la naturaleza. No podemos seguir, por ejemplo, usando combustibles fósiles como fuente de energía. Nos hemos consumido el planeta. Si mañana dices, vamos a reactivar todo como estaba antes, el planeta se nos va en cien años.
—Nos abre puertas a un cambio radical
—Cuando salgamos de esta larga crisis, que puede ser diez años, digamos, las relaciones internacionales van a ser otras, las monedas van a ser otras, el sistema tiene que ser otro. Va a cambiar el modelo de producción. Hay quienes dicen que este es el fin del capitalismo. Es el fin del capitalismo como lo conocemos, pero puede ser el principio de algo muchísimo peor. Entonces el asunto es cómo hacemos para conservar el planeta, para conservar el agua.
—¿Qué dicen los teóricos?
—Ahí andan. Hay tres situaciones que pueden ocurrir. El poder irracional dirá: ‘mano dura, yo controlo todos los movimientos sociales, termino con todos los bosques y saco la última gota de petróleo y mato a quien tengo que matar para mantener el sistema’. Otros señalarán: ‘hay que preservar el agua, no hay que fomentar el calentamiento global, tenemos que proteger el planeta, nuestra formas de vidas tienen que cambiar en beneficio de nosotros mismos’. Y otros indicarán: asimilamos los temas de ambiente limpio, asimilamos los temas de ética, pero mantenemos las cosas como están. Ya veremos qué pasa, todo está por escribirse
—¿Cómo ve el manejo de la economía del país?
Aunque con casi una nula política contra-cíclica, hay un manejo del Banco Central bien atinado, con inflación baja. Hay condiciones de crecimiento económico. Hay un elemento de esperanza y de expectativa que juega a nuestro favor. El empresariado sabe que esto es temporal y sigue apostando.
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