
El autor sólo se identifica como Autócrator
Es interesante ver hasta qué punto pueden llegar el paroxismo de las emociones humanas. Perú Vs. Chile. ¿Así debe ser hasta el Juicio Final?
Soy peruano. Ante todo quiero decir que el Perú ya existe una guerra interna: la guerra entre propios peruanos. Suena ridículo, sí, pero es la verdad. Existe una increíble canridad de odio y resentimiento en nuestra sociedad que data desde la época del Virreinato. Las diferencias raciales, económicas y culturales entre la oligarquía blanca y el campesinado indio se han mantenido hasta el siglo XXI. De hecho, de puede decir que el país está fracturado, las brechas sociales parecen invisibles pero ahí están. A esto se suma la completa incapacidad de nuestros gobernantes para poder resolver éstos y muchos otros problemas. La corrupción, el desempleo, la inseguridad, la desidia de las autoridades; todo esto crea un estado de frustración que quizá sea el motivo por el que muchos de nosotros nos comparamos con Chile.
Hoy en día Chile es una nación próspera, cuyos habitantes tienen una envidiable calidad de vida y que cada vez más se acerca al estatus de un país desarrollado, mientras que el Perú continúa yendo al abismo. ¿Por qué? Pues porque desde que se instauró la República el Perú sólo conoció dictaduras militares, una tras otra, con algunos brevísimos intervalos democráticos en el siglo XX. Este clima constante de inestabilidad no permitió trazar un plan de desarrollo a largo plazo. Chile en cambio, casi todo el tiempo ha tenido una democracia estable. Si perdimos la Guerra del Pacífico fue debido a nuestro exceso de confianza, a la estupidez de nuestros líderes y a la corrupción imperante que había socavado la economía. Los graves problemas que arrastrábamos desde la Colonia sellaron nuestro destino.
Ahora bien, ¿conviene seguir discutiendo sobre aquella guerra?. No. Es inútil porque todos los tratados limítrofes han sido firmados (excepto el marítimo), ahora existe la ONU y sería bien difícil que estalle justo ahora una guerra a gran escala. A los chilenos les digo que no tienen de qué preocuparse, nuestro nación no va a atacarles. En este momento tenemos otros problemas más críticos en los cuales enfocarnos, tales como los remanentes de Sendero y sus aliados del narcotráfico. Ellos sí son "el enemigo absoluto". A mis compatriotas peruanos les digo que mejor olvidemos este rencor absurdo y más bien trabajemos por el desarrollo de nuestro propio país.
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