Tomado de La Primera, Lima - Perú
Mario Vargas Llosa escribió en 1983: “el nacionalismo es una aberración, es la cultura de los incultos… y estos son legión” (1). En las últimas semanas, he venido entrevistando a candidatos a la Presidencia de la República que se reclaman, en mayor o menor medida, “nacionalistas”.
¿Por qué este auge de una denominación tan desprestigiada después de la Segunda Guerra Mundial? Es obvio. A los Humala la etiqueta les ha venido funcionando de modo formidable en este proceso electoral.
Recurro nuevamente a Vargas Llosa: “El nacionalismo consiste en considerar lo propio como un valor absoluto e incuestionable y lo extranjero como un desvalor, algo que amenaza, socava, empobrece o degenera…”.
Así, lo que es nacional es prestigioso, por el mero hecho de pertenecer al grupo, sin considerar sus reales calidades o méritos. Lo que no es nacional, por ese sólo hecho, será reprimido, perseguido, excluido y vejado para garantizar la pureza de lo que es “nuestro”.
El nacionalismo es popular porque asigna culpas y eso complace: lo extranjero, lo ajeno, lo distinto, es siempre culpable, sospechoso y por ello debe desaparecer.
¿Quién decide qué es lo nacional? Una categoría tan subjetiva sólo puede ser inventada por quien esté en el ejercicio del poder.
Y si el poder es absoluto, el nacionalismo lo será también, persiguiendo toda fusión, mestizaje, intercambio de razas, lenguas, ideas y bienes que el autócrata de turno y su burocracia decidan como culpables de las desgracias del pueblo.
Así, es consecuencia lógica, que el aislacionismo, la exclusión y la autarquía que postula el nacionalismo justificara el exterminio de judíos, gitanos y homosexuales, en la Alemania Nazi que eran, no lo olvide, ciudadanos alemanes.
No hay nacionalismo que no sea, en esencia, la postulación práctica del racismo y la xenofobia.¿Por qué entonces a Humala el slogan le funciona tanto que los demás candidatos quieren copiarlo? La respuesta la tuve cuando entrevisté a su candidato a la Segunda Vice Presidencia. Lo que él entendía por nacionalismo era, en resumen, el amor a la tierra, a su gente y a las propias costumbres.
Es decir lo que se conoce como patriotismo, sentimiento positivo que todo ciudadano puede tener sin desvalorar lo ajeno. Añadía a eso un concepto mercantilista de protección a la industria nacional y en eso consistía el “nacionalismo” de Ollanta Humala. ¿Confusión real o falsa?
En el caso de Antauro y sus seguidores no hay confusión alguna: el racismo “cobrizo”, la autarquía económica y la xenofobia a los chilenos o judíos esta presente en sus propios textos.
¿Y el hermano Ollanta? ¿Cuál es la tesis verdadera de este nacionalismo? La verdad es que, como tantas otras cosas, en la candidatura de Ollanta Humala, no sabemos, pero tememos lo peor. Y sobre la base del miedo no se eligen buenos presidentes.
Algo más que añadir para los entusiastas del nacionalismo. Mucha de la clase dominante práctica, ya por siglos, un nacionalismo aberrante. ¿Pruebas? Que mayor negación de lo ajeno que poner barreras al comercio e intercambio internacional, negar a millones de peruanos sus derechos ciudadanos, repudiar el mestizaje o descalificar al indio. ¿Es eso lo que queremos como futuro?
Si Ollanta es nacionalista como Antauro lo es, en realidad no propone nada nuevo, sino, más de lo mismo, de lo que los conservadores peruanos nos han dado por siglos. (1) Dependencia y Desarrollo en Debate, ILD.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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