El todavía presidente chileno, Ricardo Lagos, recibe a EL PAÍS en el palacio presidencial de La Moneda, cuyas puertas permanecen abiertas todos los días de par en par por orden expresa del mandatario.
Pregunta. Entre las cosas que pensó el día en que usted juró como presidente, ¿imaginó que le iba a entregar la banda presidencial a una mujer?
Respuesta. No.
P. ¿Cómo ve ese cambio?
R. Creo que es un cambio muy profundo de la sociedad chilena. Lo que ha habido en estos años ha sido un cambio cultural, en el sentido amplio de la expresión, muy profundo. Una sociedad que se atrevió a mirar en serio el pasado. Se acaba con una ley de matrimonio que implicaba que no podría haber divorcio o se deroga la pena de muerte o se termina la censura para las películas y hay mayor libertad para debatir ciertos temas que antes eran imposibles de debatir. Eso es un cambio, y parte de ese cambio es la elección de una mujer presidenta.
P. ¿Cuál es el Chile que usted le deja a Michelle Bachelet?
R. Le dejo, se va a hacer cargo, de un país optimista. Con cantidad de problemas, pero en el que se siguen haciendo cosas. Cuando miro para atrás a estos seis años, me doy cuenta de que los primeros fueron muy duros, porque crecíamos, aunque a un 2%, y es muy difícil manejar un país que tiene tanta necesidad cuando creces a un 2% o un 3%. Creo que fuimos capaces de mantener firme el timón, y al final la ciudadanía percibió que valió la pena el esfuerzo.
P. ¿Cuál ha sido para usted el momento más satisfactorio en su presidencia?
R. Es muy difícil de decir. A lo mejor son los momentos cotidianos. Estar en sintonía con la gente, escucharla...
P. ¿Y el peor?
R. Los peores han sido los temas vinculados a la corrupción, no porque sea malo que esos temas se investiguen, sino por el deseo de sacar conclusiones apresuradas. Trabajamos también en hacer más transparente la gestión del Estado.
P. ¿Cree usted que Chile cumplió con el compromiso que adquirió ante la comunidad internacional cuando reclamaba la presencia de Pinochet en Chile?
R. Sí claro. Ya se ha perdido la cuenta de cuántos juicios tiene Pinochet. Ya no son noticia en Chile. Se ha demostrado que en Chile las instituciones funcionan. Él está bajo arresto domiciliario, y esto tiene que ver, como en tantos países del mundo, con que, después de cierta edad, las detenciones tienen determinadas características. Chile está dando cuenta al mundo de sus responsabilidades.
P. Las estadísticas muestran que Chile es el país más desarrollado de Latinoamérica. ¿Es Chile el paradigma de la región?
R. No lo creo. Nuestras instituciones son muy importantes. Tiene que haber instituciones, continuidad y perseverancia en las políticas. Debe haber una continuidad para todo el Estado, que es fundamental. Destacamos con cierto orgullo que ha bajado la pobreza, que realizamos reformas en la salud, en la educación, en la vivienda y en las infraestructuras. Hemos promovido una apertura internacional, y todo esto está en un contexto económico en el que lo único clave está en que queremos crecer más rápido y asegurarnos, a través de políticas públicas, de que ese crecimiento les llegue a los que no tienen o a los que menos tienen. Pero esto no es un paradigma.
P. Al mismo tiempo, Chile es el país con un peor reparto de la riqueza. ¿Es una asignatura pendiente de su mandato?
R. Sí, claro. La distribución monetaria en Chile es de las menos equitativas si uno compara cuantas veces es mayor el índice superior al índice inferior. Pero si a la distribución monetaria le agregamos la educación gratuita, la salud, los programas sociales, el sistema asistencial, esa relación de 14 veces a una se me reduce hasta ocho a una.
P. ¿Cómo responde usted ante esa crítica de cierta parte de la sociedad chilena que dice que usted mantiene un modelo económico cuyos cimientos están basados en un régimen que se caracterizó por la brutalidad?
R. Todo lo que son las políticas sociales en la forma en las que las ha definido la Concertación no existía en la dictadura. Y nos permitió afrontar la crisis de finales de los años noventa y principios de esta década. Habíamos llevado a cabo políticas públicas que cuando hubo crecimiento nos permitieron bajar los índices de pobreza, generar ciertos colchones sociales. Estamos lejos del Estado de bienestar, pero cuando yo asumí la presidencia no había ni seguro de desempleo, y ahora tenemos a 3,5 de los 5 millones de trabajadores con este seguro.
P. ¿Le parece acertada la expresión "nueva izquierda latinoamericana" o es una generalización que abarca maneras muy diferentes de entender qué es la izquierda?
R. Si usted entiende por "nueva izquierda latinoamericana" el esfuerzo que hacen los líderes de diferentes países por intentar llevar mejores condiciones de vida a sus pueblos, por lograr sociedades que sean más equitativas, más justas, que den igualdad de oportunidades a sus hijos, yo creo que es correcta.
P. ¿Se ha vuelto más inestable el entorno de Chile en los últimos años?
R. Se ha visto un proceso de democratización más fuerte. Está un poco de moda decir que el continente va hacia la izquierda, pero el continente va hacia los resultados que indican los procesos democráticos. Hace tres años, esta conversación hubiera pasado por pensar qué hacemos con un emergente líder sindical que parece va a ser presidente de Brasil y, sin embargo, Lula ha sido un tremendo líder para la región, y Brasil tiene un fuerte ritmo de crecimiento. Se eligió otro líder campesino, como Evo Morales, con un 54% de aprobación, y una mujer en Chile. En primer lugar, creo que estas elecciones expresan una fortaleza democrática muy importante en la región. Y en segundo lugar, creo que muestran un deseo de cambio grande. Distintos tipos de cambios en cada caso.
P. ¿Cómo le deja a la presidenta Bachelet las relaciones con España?
R. Nosotros miramos mucho a España durante nuestra transición, y una vez que ya estábamos en democracia, nos resultaba muy importante y relevante lo que allí ocurría. Hay una cercanía también por niveles de desarrollo. Me dice más España que un país mucho más desarrollado en la década de los noventa en Europa. Esto hace que haya una cierta identificación. También hay valores profundamente compartidos. Con el presidente Rodríguez Zapatero tenemos una relación muy fluida. Hay muchas cumbres, como la cumbre iberoamericana, y esto le da una sustancia y una cierta identidad a nuestras relaciones. Más que un tema de ideologías, es un tema de políticas eficaces o no.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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