Los resultados del estudio denominado Cuenta Satélite de las Tecnologías de Información y Comunicación, entregados por el ex subsecretario de Economía y coordinador gubernamental de Tecnologías de Información el pasado miércoles, dan cuenta de la importancia de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en la economía nacional y cómo en materia de desarrollo digital, aunque Chile ocupa un lugar de privilegio en Latinoamérica, se puede mejorar.
La investigación, primera en su tipo y realizada por la Subsecretaría de Economía en colaboración con el Instituto Nacional de Estadísticas, la Corfo, la Subtel y el Mineduc durante tres años, midió el aporte que hasta ahora han realizado las TIC a las arcas fiscales. Según el informe, el país ha mantenido un crecimiento sostenido en materia de incorporación y uso de nuevas tecnologías y en 2004, último año del que se tienen datos en esta materia, aportó al PIB US$ 3.199 millones (el 3,4% del total) y generó algo más de 50 mil puestos de trabajo (alrededor del 1% de la cifra de ocupados).
Se trata de porcentajes y números, muy en especial aquel que da cuenta del aporte de este sector al PIB, bastante significativos. Mucho más si se considera que los aportes al PIB de sectores más tradicionales, algunos de fuerte arraigo, como el silvoagropecuario, eléctrico o sanitario, están en rangos similares.
Al margen del buen cuadro que describe el informe, sobre todo aquellos aportes a partir de la existencia de una institucionalidad privada y pública (como la Acti y el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad, respectivamente), iniciativas como ésta pueden ser interpretadas también como señales positivas en la medida que indagan en un tema que debiera estar cada vez más presente en la agenda nacional. En la medida en que muestran avances y dejan en evidencia lagunas, debieran incentivar el diseño de estrategias y políticas, ojalá como resultado de una estrecha colaboración entre los mundos privado y público, para aumentar la presencia y el impacto de las TIC en los sectores productivos. Contribuyen, en suma, a generar conciencia sobre su relevancia en un país plenamente inserto en las estructuras globales y que aspira a seguir avanzando.
Así las cosas, son auspiciosos los planes en marcha desde el 2004 en el marco de la denominada Agenda Digital: más de 30 iniciativas (como el programa de alfabetización digital, la campaña Mi Primer PC, la Red Enlaces, el Gobierno Electrónico y la creación de un Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad, entre otras) que han contribuido, aunque sea aún en una medida mejorable, al desarrollo con el uso de las TIC.
Tal como se comprobó con un informe encargado el año pasado al Conicyt y a la Corfo acerca de la inversión en investigación científica que se ha hecho en los últimos 30 años, todo esto ha resultado en un aumento, por ejemplo, de la competitividad, la igualdad de oportunidades, las libertades individuales, la calidad de vida y la transparencia y eficiencia del sector público. Pero siguen siendo insuficientes para las proyecciones del país. La rapidez de los cambios en el mundo global exige que tanto el aparato público como el privado adopten herramientas que les permitan enfrentar un entorno internacional altamente competitivo. Para ello, las TIC y todas las políticas que apunten a mejorar los índices en innovación y desarrollo son claves.
A pesar de la institucionalidad creada y del proyecto de ley que plantea la creación de un fondo de innovación para la competitividad a partir de los recursos que se recauden por concepto de la ley del royalty, el gobierno tiene que asumir el desafío no sólo de establecer propuestas que permitan aumentar el aporte económico de las TIC al PIB, sino también de implementar políticas de capacitación que posibiliten instaurar una verdadera cultura en materia de ciencia y teconología. Para esto es fundamental que la Presidenta de la República cumpla con las iniciativas planteadas durante su campaña, en la que se comprometió a dar nuevos pasos en la elaboración de una Agenda Digital II.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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