Tomado de diario Correo, Lima - Perú
Valparaíso: envidia incontenible
Creo que en anteriores oportunidades hemos convenido con los amables lectores de esta columna en que la envidia es un feo y muy poco elevado sentimiento. Y que quienes la sienten o la sufren no deberían proclamarlo. De modo que esta crónica tendrá que ser entendida como una especie de strip-tease político y moral no solicitado.
Sucede que el sábado por la mañana dediqué poco más de dos horas a ver el canal chileno de televisión por cable que ofreció la ceremonia completa de transmisión del mando en Valparaíso, en cuyo Palacio del Congreso la señora Michelle Bachelet asumió el mando como presidenta de la República de Chile.
Ceremonia solemne, impecable, en la que vencedores y vencidos en la contienda política aplaudieron por igual a la presidenta elegida, con el entusiasmo de asistir a una verdadera fiesta democrática, en la cual el rito certifica la voluntad de un pueblo. Ceremonia en la que, desde luego, no hubo pifias, ni desaires ni gestos destemplados ni “agudezas” de la oposición. Ninguna aventurera política montó el show de la olla vacía y ningún senador o diputado se puso de espaldas al proscenio y al juramento. Nadie juró “por Dios y por la plata”, ni por mi mamacita que me está escuchando, ni por el futuro de la “U”. Los políticos chilenos son personas serias. Envidia incontenible,
En Chile sí se puede elegir presidenta a una mujer con capacidad personal, doctrina política, experiencia en la función pública, ideario y programa de gobierno. En Chile, según parece, el machismo no tiene fuerza suficiente para anular estos cinco requisitos –capacidad, doctrina, experiencia, ideario y programa–, como en otras latitudes, en donde una candidata puede ser tachada con este inconcebible argumento:
–¡Ay, hija, cómo vamos a votar por una mujer...!
En Chile sí se puede, sustancialmente porque es un país que entiende la democracia, la cuida y la respeta.
“¡Palabra de mujer...!”
Sería ideal que todo el Perú hubiera escuchado el discurso de la señora presidenta de Chile, desde el Palacio de La Moneda, la tarde del sábado. Entre sus muchos gestos democráticos, rindió homenajes de reconocimiento y admiración a los más porfiados y exitosos adversarios del socialismo chileno: los ex presidentes Eduardo Frey y Patricio Aylwin; para luego hacerlo hacia su amigo, consejero y presidente Ricardo Lagos, de quien Michelle Bachelet ha tomado la posta luego de haber sido ministra de su gobierno.
La señora presidenta de Chile dijo muchas cosas que deberíamos grabar en la memoria y tratar de que no se nos escurran en nuestra habitual amnesia. Entre otras, que la presencia de una mujer en la más alta magistratura de la Nación es síntoma y expresión de los nuevos tiempos: expresión de la búsqueda de la paz social y el orden; expresión de un nuevo sentido democrático sin exclusiones; expresión de un profundo interés por la familia, por la creación de empleo, por el niño en abandono, por la mujer víctima de la discriminación y el abuso. Y cerró aquel capítulo de su discurso con estas emblemáticas palabras:
“Haré lo que digo y diré lo que hago. ¡Palabra de mujer...!”.
Qué bueno sería que los peruanos y las peruanas, que el próximo 9 de abril tenemos un compromiso con el futuro del país, recordemos las palabras de la señora Michelle Bachelet.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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