Ante todo, permítaseme reproducir dos pensamientos del político chileno Diego Portales, fallecido en la primera mitad del siglo 19, y que más o menos dicen así:1) “Corresponde a Chile dominar sobre todo el Pacífico del Sur”.
2) “Conquistar el Perú es muy fácil. Se lo consigue con la entusiasta colaboración de los mismos peruanos”.
Como fácilmente podrán los lectores comprobar, el primer pensamiento es parte fundamental de la filosofía de LAN Chile. Portales la habría mencionado, de haber existido aeronaves en su tiempo. Lo han conseguido con el Perú, con el Ecuador, y ahora están metiendo cabeza en Argentina y Brasil. Claro que LAN no suele proceder con ética o escrúpulos, pero ¿quién dijo que una conquista es moral? ¿Quizá sólo la del gloriosisisisisisímo Imperio Incaico y sólo porque fueron los antiguos peruanos quienes le sacaron la chochoca a muchos pueblos que vivían en paz? ¡Imperialismo incaico sí, imperialismo yanqui no! ¿Medimos con la misma vara?
En todo caso, las movidas de LAN han sido magistrales, napoleónicas, pero en el fondo bastante fáciles, pues también han aplicado el segundo pensamiento de Portales y han contado con la colaboración entusiasta (y muy bien pagada) de funcionarios del Ministerio de Transportes y el de Relaciones Exteriores. Las “colaboraciones pecuniarias” han ido, se dice, desde sueldos fijos hasta simples botellitas del vulgar White Label para algún “funcionario” alcohólico de por ahí. Muy fácil.
Y en esta “colaboración entusiasta”, recordemos cómo Ramón Castilla colaboró con el general chileno Bulnes para quebrar la Confederación Perú Boliviana... y de paso enseñarles a los chilenos el camino de entrada de tropas hacia lo profundo del Perú. ¡Definitivamente somos campeones!
Recordemos también cómo ese par de traidores, Iglesias y Nicolás de Piérola, se coludieron durante la Guerra del Pacífico (ridículo nombrecito) con el ejército chileno para liquidar a Cáceres (que era un difícil adversario político) y bloquearon los afanes de Mariano Ignacio Prado que las veía negras en Europa para traer armamento al Perú. ¿Cabe mayor colaboración? ¿Sabían ustedes que los chilenos despreciaron y sintieron asco hacia ese par de sujetos? Y es que el traidor, por más que nos sirva y nos ayude, siempre es una sabandija.
Bien, volviendo a los tiempos actuales, todos los medios, durante los último años, se han ocupado de esas sabandijas modernas, identificándolas plenamente. ¿Serán castigadas? ¡Ni lo sueñen! Los cruces entre sapo y escorpión son inimputables.
Debo felicitar a Chile por la coherencia en su filosofía, y lo hago fríamente y con sinceridad. Yo no tengo Dios, ley ni bandera (algún día les contaré por qué), y eso me da la más absoluta objetividad.
Hasta más vernos.
http://www.correoperu.com.pe/paginas_columna.php?columna_autor=Andr%E9s%20Bedoya%20Ugarteche&seccion_nota=8¬a_id=42439
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