Tanto Chile como Perú poseen fondos para tiempos difíciles y la deuda de sus gobiernos es relativamente pequeña respecto a su producción económica -en torno a un 20 por ciento o menos-, dijo en la Cumbre de Reuters sobre Inversiones en Latinoamericana Shelly Shetty, jefa de calificación soberana para Latinoamérica en Nueva York.
Ambos vecinos andinos poseen la flexibilidad fiscal para hacer frente a una potencial caída de los flujos de ingresos de capital, a una abrupta baja de los precios de los metales -sus principales exportaciones - y a la volatilidad en los tipos de cambio, dijo Shetty.
Colombia, Brasil y México también pueden contrarrestar cualquier repercusión desde el exterior, pero en menor grado, indicó la analista.
Entre los otros grandes países de Latinoamérica, Argentina y Venezuela serían los más duramente golpeados por la desaceleración del crecimiento global y la caída en los precios de las materias primas, petróleo en el caso de Venezuela y soja para Argentina.
Una desaceleración en China lastimará a las economías de la región, especialmente a aquellas con grandes sectores exportadores basados en materias primas.
Una regla general dice que un descenso de un 1 por ciento en la tasa de crecimiento de China recortará en alrededor de un 1,2 por ciento la expansión de los exportadores de materias primas, indicó Shetty.
Las economías regionales más expuestas a China -el mayor impulsor del crecimiento en esta última década- son Brasil, Chile, Costa Rica, Perú y Venezuela, según Fitch.
En cuanto al impacto de la crisis europea sobre la región, la exposición comercial a Europa está más concentrada en el cono sur de Sudamérica -Brasil, Argentina, Chile y Perú- que en México y Centroamérica, indicó Shetty.
"Nuestra visión es que América Latina como región está bien preparada para resistir los impactos externos que podrían surgir de la intensificación de la crisis de la zona euro", dijo Shetty.
"Habiendo dicho eso, también es cierto que América Latina ciertamente no sería inmune a lo que suceda en la zona euro", agregó la analista.
Brasil está menos expuesto que Chile, cuya economía es más abierta, remarcó Shetty, pero mencionó que Chile, que tiene el grado de inversión más alto de América Latina, tiene una historia de prudencia fiscal en los casos necesarios.
"La exposición comercial a Europa realmente varía en la región y eso es un punto importante para resaltar", comentó Shetty.
La deuda pública de Chile es de alrededor del 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en Perú es de alrededor de una quinta parte del PIB, niveles excepcionalmente bajos en comparación con las mayores economías occidentales, que tienen ratios varias veces más altos.
El fondo de estabilización fiscal peruano es mayor a 5.000 millones de dólares, o alrededor un 3,5 por ciento del PIB.
El valor de mercado del Fondo de Estabilidad Económica y Social (FEES) de Chile estaba en 13.516 millones de dólares a finales del 2011, de acuerdo a cifras oficiales del país. Eso equivale a menos del 6 por ciento del PIB.
Para Shetty, desde la crisis financiera del 2008 la mayor parte de América Latina está en una mejor posición para afrontar los impactos externos.
Las reservas en moneda extranjera, por ejemplo, crecieron a unos 750.000 millones de dólares desde 500.000 millones hace varios años, lo que le da a los países mejores herramientas para afrontar las variaciones en los tipos de cambio, señaló.
Y por otro lado el peso de la deuda en Argentina, Perú y Brasil ha caído en los últimos años.
"Si se mira a nuestras propias calificaciones, hemos mejorado algunas notas desde la crisis", concluyó.
(Reporte adicional de Luciana Lopez en Nueva York, Terry Wade en Lima y Alexandra Ulmer en Santiago; editado en español por Hernán García)
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