Editorial diario La República
En las últimas 48 horas la capital ha sufrido dos cortes de abastecimiento eléctrico de gran magnitud que afectaron a 14 distritos en el primer caso y a otros 15 en el segundo, a consecuencia de los cuales unos 150,000 hogares quedaron sin energía por un tiempo que varió entre las cinco y seis horas. En ambos casos, el ministro de Energía y Minas, Juan Valdivia, ha atribuido los cortes a fallas técnicas imprevistas en el sistema.
Sin embargo, especialistas consultados advierten que se está maquillando el problema y que lo que sucede es que el gobierno no quiere reconocer que el país atraviesa una crisis energética grave, de la que apenas vivimos los primeros episodios. Una crisis que no tiene otra causa que la imprevisión, puesto que fue advertido hace muchos meses de lo que ocurría, sin que se tomaran las medidas adecuadas para evitarla.
De acuerdo al gobierno –lo ha dicho el presidente García– estamos ante una crisis de crecimiento. El PBI ha venido aumentando en porcentajes del 8 y 9% y ahora carecemos de producción de energía suficiente para atender este crecimiento. Pero aun si tomamos como cierta esta explicación –que lo es– cualquier economista mínimamente enterado sabe que la demanda energética se sitúa dos o tres puntos por encima del incremento del PBI –en el caso nacional se habla de un 12%– y nada se hizo para asumirla.
Es más, se siguió confiando en que la producción de electricidad de origen hidroenergético, sumada a las nuevas plantas generadoras alimentadas por gas, bastaría para abastecer la demanda, una apuesta riesgosa que, en el primer caso, no tomó en cuenta el factor climático. La sequía existente y el retraso de las lluvias han bastado para ocasionar la crisis, pues no hay suficiente gas natural para abastecer la demanda eléctrica de Lima y Callao.
Ahora se mira hacia atrás y se pretende encontrar culpables en el gobierno transitorio, que firmó el contrato del actual ducto, que ha quedado insuficiente. De esa firma han pasado ocho años. Se han firmado nuevos contratos, pero resulta que hay que esperar hasta el próximo año para contar con mayor abastecimiento de gas. Es decir que, a menos que la sequía ceda y lleguen las lluvias, los cortes seguirán.
Lo ocurrido debiera permitir extraer varias lecciones. Una primera, la necesidad de mirar hacia dentro y priorizar el consumo interno antes que la exportación de ese gas natural que poseemos y necesitamos. Una segunda, que Ceplan debió haber comenzado a funcionar con este gobierno, y no con dos años de retraso. A un país con planificación situaciones como esta lo encuentran preparado. La última, y acaso positiva, es que la desaceleración de la economía que buscaba el gobierno se va a dar en los hechos, al estar ubicada en Lima y Callao el 90% de la producción industrial, la que se verá afectada si los apagones siguen.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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