La propuesta de un lance diplomático para poner a un peruano en la secretaría general de la Organización de Estados Americanos, OEA, es lo que en inglés se llama un non-starter: iniciativa que nunca irá mucho más allá del partidor, y en esa medida revés seguro. Ha habido momentos en que el Perú tuvo esa posibilidad, pero este no es uno de ellos.
Las alusiones al incrementado prestigio de la diplomacia peruana gracias a la gestión exitosa de dos cumbres mundiales son exactas. Pero no está muy clara la relación que podría tener eso con ganar la votación para encabezar la OEA, una competencia que refleja el pulseo de intereses entre 35 Estados independientes de América.
En ese pulseo, que ahora se reinicia con la partida del chileno Juan Miguel Insulza en la primera mitad de enero, el Perú se encuentra particularmente mal ubicado: un bloque muy fuerte es de izquierda, o simplemente vota con el petróleo venezolano. Luego están los demás países interesados en presidir, cada uno con su esfera de influencia.
La cercanía a los EEUU ha dejado de ser un activo decisivo en este tema, y acaso hoy sea lo contrario. Quizás Washington pueda impedir la llegada de un candidato venezolano o boliviano, pero de ninguna manera podría usar su influencia para imponer a uno peruano. Más difícil aun ganar con el posible sambenito de ser el candidato del norte.
Ya es verdad sostenida que esta vez los centroamericanos van a pedir el cargo, que nunca han ocupado en 60 años de historia. Miguel Ángel Rodríguez llegó, pero debió renunciar al mes por alegatos de corrupción en su paso por la presidencia de Costa Rica. Están virtualmente lanzados Eduardo Stein, de Guatemala, y Arístides Royo, de Panamá.
Es muy probable que la elección sea entre un candidato centroamericano con el apoyo de Washington (supuestamente Royo) y otro centroamericano lanzado por el bolivarianismo. Esto dejaría jugadores muy influyentes en medio de la cancha –Brasil, México– y volvería impredecible el resultado. No se ve muy bien cómo entraría Perú en un esquema así.
Perú tuvo una real oportunidad en el 2004, con Alejandro Toledo en el poder. El ex presidente Valentín Paniagua estaba disponible y dispuesto, y el clima en las Américas era muy favorable a un Perú recién redemocratizado. Al final, a pesar de los esfuerzos de Torre Tagle, Toledo archivó el tema en un cajón. Igual hizo con una embajada en España para Paniagua.
Por último, ¿es muy interesante conducir la OEA para un país hoy? En el clima de intensa formación de nuevas organizaciones regionales con creciente filo ideológico, podría resultar un presente griego, entre la espada chavista y la pared estadounidense. Algo solo interesante para los fanáticos de la idea de figurar.
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sábado, enero 03, 2009
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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