Ni los gobiernos de partidos políticos, ni los de pandillas electorales, ni los de militares de alta graduación, ni los de empresarios poderosos, han podido sustraerse a la perversa tentación de perjudicar a los más pobres.
Es cierto que la economía peruana está creciendo a cifras muy altas en el siglo veintiuno, ayudada por los altos precios de las materias primas más que por los incrementos productivos. Hay mejores cifras en las estadísticas oficiales que en el plato de la mesa popular, en el bolsillo de los trabajadores, en los cuadernos escolares, o en el cuidado médico de los hijos y abuelos.
Ocurre que este crecimiento es incremento del PBI sin desarrollo, sin mejora de las condiciones de vida de la mayoría de los peruanos, es un crecimiento para invertir en más crecimiento desatendiendo la educación, la salud, el empleo y el deterioro ambiental, un crecimiento que se ha vuelto adicto al crédito de consumo financiado con endeudamiento.
Como dice el Nobel Joseph Stiglitz, el crecimiento tiene que ser inclusivo y solidario, llegar a la gente marginada del “boom” económico peruano, y que por eso se siente defraudada, protesta y toma las calles. El gobierno tiene que entender que la inclusión en el desarrollo compromete a la gente con el proceso político, lo cual genera gobernabilidad y vuelve a los ciudadanos actores del desarrollo y no público del circo.
Para esto, es fundamental el papel del Estado en la dirección de los beneficios del crecimiento hacia la mejora de las condiciones de vida de los sectores pobres, de la infraestructura y desarrollo tecnológico, para entrar en la revolución de la información y las biotecnologías, para gastar en seguridad y protección de los ciudadanos, en hacer más eficiente y justa a la justicia. Entender, por fin, que el recurso más valioso de un país es su pueblo.
La gente no es tonta, Alan García luce un 71% de desaprobación, en la reciente encuesta de la Universidad de Lima, porque ha privilegiado a los ricos, que son los que más aprueban su gestión en esa encuesta, mientras los pobres están descontentos con la democracia de mercado en la que aumentan las demandas insatisfechas de los pobres y el gobierno responde con más services, inflación y congelación de aumentos a empleados públicos.
Artículo original
Ante la crisis, presidente García aplica misma fórmula de ex presidente y ex dictador. Toledo decía que ya iba a llegar el chorreo. Fujimori pedía paciencia y calma.
Alan García se parece a Fujimori y Toledo
Es el mismo lenguaje, es el mismo modelo neoliberal que no resuelve los problemas más sensibles de la población y no redistribuye la riqueza, opinan dirigentes políticos y sociales.
La declaración del presidente Alan García que el martes último pidió “firmeza y confianza” a la población, hizo recordar a políticos y dirigentes sociales las palabras del ex dictador Alberto Fujimori, cuando, ante una crisis como la que enfrenta el actual mandatario, pedía paciencia, y al ex presidente Alejandro Toledo que pedía esperar el “chorreo” económico ante los reclamos de la población de a pie.
Asimismo, la idea central de la declaración presidencial, que el modelo económico neoliberal proveerá bonanza para todos, fue criticada duramente por la oposición que exigió a García respuestas ante los problemas de fondo que atraviesa la población.
“El hambre, el desempleo y la miseria no dan tregua”, dijo el congresista Werner Cabrera. “El lenguaje de García es el mismo de Fujimori y Toledo, que pedían paciencia y prometían que llegarían tiempos mejores. En este edificio neoliberal, el primer piso lo puso Fujimori, Toledo el segundo y ahora García el tercero. Es el mismo obsoleto modelo primario exportador, que ha fracasado en todo el mundo. Y aplica la misma receta fondomonetarista de siempre para remediar el proceso inflacionario”, añadió.
Respecto a la inflación, García mencionó que “la crisis que eleva el precio mundial de los alimentos crea malestar, resentimiento y protesta en la población que no tiene por qué comprender las razones económicas, ni las acepta, porque siempre reclamará al gobierno “hacer algo”. Al respecto, Víctor Mayorga, presidente de la Comisión de Seguridad Social del Congreso, señaló que la mención de García a la inflación mundial es un “consuelo de tontos”.
Por su parte, el presidente regional de Cusco, Hugo Gonzales, se preguntó “¿cómo vamos a estar tranquilos?”. Y añadió, a modo de consejo al gobierno, que “hay que evitar conflictos sociales, pero para eso se necesita que actúe con rapidez y audacia. Nadie se queja por las puras”.
El congresista Oswaldo Luízar, a su vez, le dijo al presidente “¿por qué no les pide paciencia a los inversionistas y que dejen de lado su avidez de mayores ganancias”. Enfatizó que “Perú es el único país en que el crecimiento sólo trae más pobreza”.
DETALLE
La presidenta de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), Carmela Sifuentes, reclamó al mandatario el cumplimiento de sus promesas electorales. “Siempre va de palabras en palabras, ofrece y ofrece, y no cumple lo que realmente ofreció”. “Creo que el presidente no debería, entonces, pedirnos confianza, porque ya hemos esperado demasiado. Más bien debería ponerse a trabajar a favor de los que lo eligieron”.
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Alan García se parece a Fujimori y Toledo
Es el mismo lenguaje, es el mismo modelo neoliberal que no resuelve los problemas más sensibles de la población y no redistribuye la riqueza, opinan dirigentes políticos y sociales.
La declaración del presidente Alan García que el martes último pidió “firmeza y confianza” a la población, hizo recordar a políticos y dirigentes sociales las palabras del ex dictador Alberto Fujimori, cuando, ante una crisis como la que enfrenta el actual mandatario, pedía paciencia, y al ex presidente Alejandro Toledo que pedía esperar el “chorreo” económico ante los reclamos de la población de a pie.
Asimismo, la idea central de la declaración presidencial, que el modelo económico neoliberal proveerá bonanza para todos, fue criticada duramente por la oposición que exigió a García respuestas ante los problemas de fondo que atraviesa la población.
“El hambre, el desempleo y la miseria no dan tregua”, dijo el congresista Werner Cabrera. “El lenguaje de García es el mismo de Fujimori y Toledo, que pedían paciencia y prometían que llegarían tiempos mejores. En este edificio neoliberal, el primer piso lo puso Fujimori, Toledo el segundo y ahora García el tercero. Es el mismo obsoleto modelo primario exportador, que ha fracasado en todo el mundo. Y aplica la misma receta fondomonetarista de siempre para remediar el proceso inflacionario”, añadió.
Respecto a la inflación, García mencionó que “la crisis que eleva el precio mundial de los alimentos crea malestar, resentimiento y protesta en la población que no tiene por qué comprender las razones económicas, ni las acepta, porque siempre reclamará al gobierno “hacer algo”. Al respecto, Víctor Mayorga, presidente de la Comisión de Seguridad Social del Congreso, señaló que la mención de García a la inflación mundial es un “consuelo de tontos”.
Por su parte, el presidente regional de Cusco, Hugo Gonzales, se preguntó “¿cómo vamos a estar tranquilos?”. Y añadió, a modo de consejo al gobierno, que “hay que evitar conflictos sociales, pero para eso se necesita que actúe con rapidez y audacia. Nadie se queja por las puras”.
El congresista Oswaldo Luízar, a su vez, le dijo al presidente “¿por qué no les pide paciencia a los inversionistas y que dejen de lado su avidez de mayores ganancias”. Enfatizó que “Perú es el único país en que el crecimiento sólo trae más pobreza”.
DETALLE
La presidenta de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), Carmela Sifuentes, reclamó al mandatario el cumplimiento de sus promesas electorales. “Siempre va de palabras en palabras, ofrece y ofrece, y no cumple lo que realmente ofreció”. “Creo que el presidente no debería, entonces, pedirnos confianza, porque ya hemos esperado demasiado. Más bien debería ponerse a trabajar a favor de los que lo eligieron”.
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