Cada nueva compra de armamento por parte de Chile es recibida aquí como un paso más hacia un inevitable horizonte de problemas bélicos. La idea es que todas esas armas solo pueden estar pensadas para imponerse por la fuerza a los países vecinos llegado el momento, que nosotros somos uno de ellos, y que aquí se acumulan los intereses chilenos.
Un argumento que circulan algunos voceros oficiosos del mundo castrense es que este millonario gasto en armas, que ubica a Chile como N° 2 del armamentismo latinoamericano, es un complemento del expansionismo económico chileno. En esta visión el gran crecimiento económico peruano está subarmado, y eso significa problemas serios a largo plazo.
Se llega a la conclusión, entonces, que el que a Chile le sobren armas significa que al Perú le faltan. Pero una mirada a nuestra Fuerza Armada en los pasados dos decenios sugiere que ha habido allí problemas por lo menos tan serios como la falta de armas. De muestra un botón: no fue el arsenal lo que decidió el resultado del pasado conflicto con Ecuador.
El comandante general del Ejército, Edwin Donayre, afirma que las armas que pueda comprar un vecino no le quitan el sueño, pues existen otros factores en un buen esquema de defensa nacional. Se refiere a cosas como la modernización y la instrucción, y da a entender que el Perú está en proceso de practicarlas.
Si bien hoy aún el recuerdo de la guerra del Pacífico sostiene un pensamiento para el cual Chile es un peligro militar, el peligro concreto en estos días es la posibilidad de que el narcotráfico llegue a montar una capacidad militar como la de las FARC en Colombia. Incluso quienes miran hacia Chile no pueden ignorar este frente interno.
Esta guerra presentísima solo obtiene titulares y horario estelar cuando hay muertos, la gran mayoría del lado del Estado peruano. Su naturaleza es terriblemente complicada, pues implica aspectos sociales, políticos, económicos y científicos. Convoca a militares y civiles. Todo lo cual a su vez implica una pesadilla para la táctica.
Quizás hubo un tiempo, hace decenios, en que el Estado colombiano no tomó a las FARC en serio. Pero ahora son las FARC las que han determinado el gran crecimiento del aparato militar colombiano, y a la vez las FARC son un frente interno que debilita a Colombia frente a sus vecinos. La lección es más o menos evidente.
Nada podemos hacer para que Chile no siga decidiendo invertir parte de sus ingresos del cobre en armas. Acaso lo único es aprender a manejar mejor nuestros recursos para una defensa del país. Para ello no hay que esperar al próximo siglo. Tenemos, literalmente, un laboratorio de declaratoria de guerra al país, a pocas horas de vuelo de Lima.
Artículo original
viernes, abril 18, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario