1. Esa era la frase que mostraban “Algie”, la cerdita voladora que surcaba los aires del Monumental la noche del lunes pasado, y los polos de los niños peruanos que fueron invitados al escenario para cerrar una faena rockera espectacular con “Another Brick in the Wall”, junto a esta leyenda viviente llamada Roger Waters, creador de Pink Floyd.2. Y es precisamente el miedo (tomando la idea expresada por Ricardo Vásquez Kunze en este espacio el último viernes) lo que ha llevado a los cancilleres del Perú y Chile a decidir que la serie “Epopeya” no debe ser vista por los telespectadores de ninguno de los dos países.
Los miedos de ambos tienen sustento. Los de Foxley son: no estropear la renovación del Acuerdo Aerocomercial con el Perú, complicar la situación de varios inversionistas chilenos por acá, empeorar aún más el tema de la inmigración peruana, exacerbar los pedidos de cierre de delimitación marítima, y por último, desandar las buenas formas cultivadas hasta ahora en la relación Bachelet-García.
Los miedos de García Belaunde son más conocidos y van más por repetir (para variar) el clima emocional antichileno, al cual son muy adeptos algunos políticos, diplomáticos y periodistas y que al final, siempre concluyen en el tema del desfase bélico y nuestra capacidad “disuasiva” respecto del vecino del sur, como si comprar más barcos, aviones o fusiles sea un mecanismo eficaz para expiar rencores históricos.
En realidad los miedos de Joselo no pasan de ser la sumatoria de nuestros pequeños miedos. No será, pregunto, que tácita e inconscientemente le estamos agradeciendo a la Cancillería por censurar “Epopeya” como expresión de un temor colectivo por mirar –conscientemente– un pasado signado por la desintegración social.
Jamás desaparecerán nuestros complejos históricos (Alan dixit) si seguimos metiendo la verdad debajo de la alfombra.
3.- Miedo también es el que ha exhibido el gobierno, a través del ministro Juan José Salazar, con los cocaleros.
“Chiquitín” abdica de su rol ante el chantaje al suspender la erradicación de plantas de coca, con este pretexto archiconocido y archiinútil del empadronamiento de agricultores, que supuestamente busca diferenciar a los chicos buenos de los malos.
Grave, muy grave error éste de ponerse de rodillas ante un movimiento claramente aceitado por los narcos que, entre otras perlas, nos puede poner en muy difícil situación ante el Congreso americano ahora que el TLC entra a su fase de vida o muerte.
4.- Y, finalmente, miedo es precisamente lo que una vez más NO mostró el viernes ante Venezuela nuestra sub 17 en su afán por clasificar a Corea. Parafraseando a Waters: un aplauso para los niños/jóvenes del Perú.
http://www.correoperu.com.pe/paginas_columna.php?columna_autor=Mario%20Salda%F1a%20C.&seccion_nota=8¬a_id=44762
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