Tomado de diario La Primera, Lima - Peru
Hugo Otero ha llegado a Santiago como un marajá. A comienzos de octubre había declarado el embajador a El Mercurio, modestia aparte, que su llegada no sería de bajo perfil y que la delegación que lo acompañaría sería de unas 200 personas.
Primero fue precedido, hace unas semanas, por una visita del presidente Alan García; y ahora ha presentado sus cartas credenciales, acompañado de la ministra Mercedes Aráoz y empresarios; y de un grupo de parlamentarios encabezados por el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Víctor Souza.
La presencia de Souza en Santiago, el abogado de Fujimori, en una comitiva oficial, gracias al puesto clave que le otorgó el APRA en el Congreso, podría indicar que en el “paquete” que se lleva a Santiago hay también otros temas preocupantes que tienen que ver con el prófugo ex presidente.
Pero eso no es todo, la próxima semana se unen a la caravana ocho ministros, la mitad del gabinete, encabezados por José Antonio García Belaunde y Allan Wagner. Por supuesto que no está en agenda la delimitación marítima, que en los hechos ha sido puesta en la congeladora por Torre Tagle.
Incluso el nombramiento de Hugo Otero, vinculado por estrechos lazos familiares y formado en Chile, es una clara deferencia hacia el país del sur. Nadie duda de sus calidades personales –y soy testigo de ellas–, pero su presencia como representante del Perú abre un innecesario debate sobre un posible conflicto de intereses.
El Perú es el tercer país destino de las inversiones chilenas con US$ 4,151 millones, lo que representa una participación de 14% del total, según la Cámara de Comercio de Santiago. Por parte de nuestro país, la inversión es mínima. A lo que habría que añadir, en una perspectiva geopolítica y de seguridad nacional, el desbalance militar existente entre los dos países.
Nadie discute la necesidad de mantener buenas relaciones con Chile e incrementar los vínculos económicos. Pero uno no puede dejar de asociar la desproporcionada imagen de ministros, funcionarios y empresarios peregrinando a Santiago, con las de esas caravanas que los estados vasallos enviaban a los imperios dominantes.
Si queremos una relación normalizada con Chile, ésta tiene que ser a base del equilibrio y el respeto a los intereses soberanos del Perú. La entrega incondicional sólo sirve para sembrar vientos y luego cosechar tempestades.
http://www.laprimera.com.pe/noticia.php?IDnoticia=31979
miércoles, octubre 18, 2006
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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