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martes, enero 12, 2010

Piñera: ¿es la mejor opción?


Algunos sostienen que quienes participamos del mundo académico no debemos manifestar explícitamente nuestra opción política. No lo comparto. Me parece falso pudor. Otra cosa distinta es la importancia de no perder la objetividad, la capacidad crítica con todos los sectores, el cuestionar a quién tenga el poder independientemente de su signo, el análisis ponderado. El claudicar esa función, es patético, equivale a transformarse en un panfletario.

Por eso explicaré la mía.

Primero, los 20 años de la Concertación han sido, de lejos, dos de los mejores decenios de la historia de nuestro país. Por ejemplo, cualquier comparación estadística en desarrollo social y crecimiento económico entre la Concertación y el régimen de Pinochet, favorece a la Concertación. Con los gobiernos anteriores al militar, también. Se democratizaron las instituciones, se avanzó en la movilidad social. Quien cree que la Concertación sólo a “administrado lo que hizo Pinochet y han seguido con el vuelito”: o es muy ignorante o su ceguera ideológica no le permite ver o reconocer el mérito obvio del otro.

Soy de aquellos (a esta altura minoritarios) que no se compran las alabanzas fáciles a la renovación generacional. Ha surgido una casi ideología de lo joven, lo nuevo. Como si las nuevas generaciones fuesen garantía segura de algo mejor y lo actual sólo decadencia. La historia comparada con las naciones más ricas y desarrolladas del mundo muestran fácilmente la falacia de ese argumento. Todos los países top ten en calidad de vida, poseen clases y partidos políticos estables, cuyas generaciones duran varios decenios. Es tan evidente, que ni siquiera vale la pena extenderse mayormente: comprobable en cualquier estudio político comparado. El cambio por el cambio nunca ha sido signo de desarrollo social. Lo que explica el surgimiento de esa verdadera “ideología juvenil” es la marginación de la vida política de una masa muy importante de jóvenes, sumado a un discurso reiterativo contra los “políticos”. Eso creó la falsa percepción que el que no participa de la vida política activa, aunque disfruta de los beneficios que le genera, posee cierta superioridad moral.

No creo en la alternancia por la alternancia, ni que la Concertación sea pura ineficiencia y corrupción, falso.

Entonces, ¿por qué votar Piñera? Primero, el que la Concertación haya realizado dos grandes decenios no significa que necesariamente es el único administrador posible de esos logros. Hay signos claros de fatiga. Segundo, su candidato no es el óptimo. Frei carece de liderazgo, nada más claro que su campaña: sumamente confusa y sin rumbo. No parece ser el hombre para los tiempos que vienen. En los debates, incluyendo el de ayer, fue siempre el más débil. Tercero y muy importante, Chile requiere una derecha más moderna y una renovación de la Concertación, ambas cosas son más factibles con un triunfo de Piñera. Una victoria de él, es lo opuesto a la derecha pinochetista: Piñera, de origen democristiano, desembarca en la derecha y se consolida en ella gracias al proyecto de renovación que encabezó en los 80 y 90 Allamand. Ese es el mensaje simbólico de su éxito, su épica: una derrota para los “Hermógenes”, mayor que la que electoralmente le propinó hace 20 años.

Sería absurdo pensar que después del gobierno de Piñera, nuestra derecha será algo así como una versión latinoamericana de ese sector en Nueva Zelandia, Grecia o Suecia, sería una ilusión febril. Ahora, sin duda va significar, comparativamente, un avance en su modernización, similar al que le marcó Lagos a la izquierda. Desde un punto de vista del efecto político, hubiese sido nefasto que Lavín derrotase a Lagos, creo que lo mismo es replicable en el caso de Piñera. Se pierde la posibilidad que un sector político, que si bien ha contribuido como una oposición responsable al desarrollo del país en estos 20 años y se ha democratizado, pueda profundizar su democracia cultural interna y renovarse socialmente. También permite un rehacerse de la Concertación que será beneficioso para una coalición con agotamiento. El triunfo de Piñera tiene mayor valor político agregado.

Ambos candidatos poseen gente muy valiosa en sus equipos, sin duda. La diferencia es que Piñera tiene mayores capacidades para liderar el suyo. Frei, como presidente, fue el más bajo de los cuatro de la Concertación. En los primeros años de su administración gozo de una bonanza internacional envidiable, una de las mayores expansiones económicas de la historia de los Estados Unidos, 116 meses consecutivos, la más larga que ha conocido ese país. Luego no supo manejar la crisis asiática, es más creyó que no llegaría a Chile. Su performance como senador, desde un punto de vista legislativo, ha sido discreto.

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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.