El presidente del Consejo de Innovación y profesor de la Facultad de Ingenierías de la Universidad Adolfo Ibáñez, reconoce que hay desafíos pendientes en el ámbito público, pero también enfatiza que el sector privado debe hacer una inflexión en términos de incorporar la tecnología en sus planes de negocios.
—Es transversal la idea de que Chile ha perdido la capacidad para mantener el dinamismo en materia de productividad, ¿qué opina usted?
—Es efectivo que el período de mayor crecimiento económico doméstico, entre 1986 y 1997, con un alza superior al 7%, se explica en un 45% por aumento de la productividad, algo inédito en la experiencia chilena; esto es, nuestra expansión estaba fundamentada en la acumulación de capital y trabajo.
Posterior a la crisis asiática y hasta la fecha, el incremento del PIB se desaceleró a la mitad de lo que fue el ciclo de oro. Ello, a su vez, respondió al nulo aporte de la productividad. En definitiva, este factor que fue decisivo en el avance económico, desapareció.
—¿Por qué ocurrió eso?
—Lo que sustentó el fuerte crecimiento fue el cambio estructural; pasamos a diversificar la canasta exportadora. Se detectó en ese momento una reasignación de recursos hacia ámbitos con alta rentabilidad, al estar basados en ventajas comparativas. Ahora, el aporte al interior de las empresas en este proceso de alza en la productividad fue poco significativo.
—¿El vacío provino desde el sector privado?
—La OCDE consigna un problema en esa dimensión. Hacia el futuro se deben incorporar como elementos centrales en la estrategia de negocios, la innovación y la tecnología. Hay un aprendizaje que debe hacer el sector privado, es éste el llamado a tomar el liderazgo. Es indispensable que haya una inflexión desde una economía que sustentó toda su expansión en los recursos naturales.
RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
—¿No le parece que para lograr aquello, primero se deben resolver aspectos estructurales como las rigideces en el mercado laboral y ciertos marcos regulatorios excesivos para el desarrollo de proyectos?
—La clave pasa por entender la productividad como un problema de toda la sociedad. Todos tenemos responsabilidad.
—¿Y qué responsabilidad le cabe al Estado?
—Sin duda tenemos inflexibilidades en materia microeconómica que afectan especialmente la productividad y el crecimiento en ciclos adversos. Hay escollos en nuestro sistema universitario, relacionados con los conocimientos requeridos y los que se imparten. Sólo un dato: hoy las casas de estudio se están gastando US$100 millones en marketing, y las que más recursos utilizan para ello son, justamente, las de menor reputación y calidad. Estamos atrasados en capital humano, y esa es la prioridad.
—¿No es competencia del Estado asegurar una educación de buen nivel?
—Eso es efectivo. Hay un desafío enorme en la educación básica y media.
—De hecho, todos los indicadores apuntan a que la educación en Chile es deficiente…
—La mejor manera de medir su evolución es a través de la comparación internacional. En los países de la OCDE se aplica el test PISA (Programme for International Student Assessment), evaluación en la que, por ejemplo, en términos de comprensión de lectura –algo clave en este tema– , Chile sólo es superado por Cuba en la región. Entre 2000 y 2006 hubo un alza de 30 puntos en tal prueba, por lo tanto, hay un mejoramiento; no es verdad que estamos estancados. Eso sí, estamos distantes de aquellas naciones con las que nos gustaría competir.
FLEXIBILIDAD MICRO
—Organismos foráneos también advierten que la normativa laboral doméstica es demasiado rígida, ¿por qué no se ha avanzado en ese sentido?
—Es verdad que hay una mayor inflexibilidad laboral respecto de países de la OCDE. Estudios muestran que en los períodos de crisis, estas rigideces hacen que se pierdan más empleos y se demora más tiempo recuperarlos, afectando el crecimiento; sucedió en la crisis asiática y también en la reciente.
—Entonces, hay reformas micro pendientes…
—Chile tiene problemas en términos de flexibilidad micro que se expresan en la capacidad de despedir y contratar; en la competencia de los trabajadores para adaptarse a cambios; y también en el acceso a financiamiento, en especial, de pequeñas y medianas empresas (Pymes).
Frases destacadas
- Lo que sustentó el fuerte crecimiento (entre 1986 y 1997) fue el cambio estructural; pasamos a diversificar la canasta exportadora.
- El factor que fue decisivo en el avance económico (la productividad), desapareció.
- Hay un aprendizaje que debe hacer el sector privado, es éste el llamado a tomar el liderazgo.
- La clave pasa por entender la productividad como un problema de toda la sociedad. Todos tenemos responsabilidad.
- Estudios muestran que en los períodos de crisis, las rigideces hacen que se pierdan más empleos y se demora más tiempo recuperarlos, afectando el crecimiento.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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