En un calculado intento por evitar un mayor debilitamiento de su ya endeble postura en el diferendo marítimo que mantiene con Perú en la Corte de La Haya, el gobierno chileno aprovechó la visita de la presidenta argentina, Cristina Fernández, para insistir en que no existen tratados de delimitación marítima con Perú.
El canciller sureño Alfredo Moreno reiteró el respaldo de su país a la demanda de soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, en contraposición a lo que establece Inglaterra.
En diálogo con la prensa señaló que “Chile apoya la petición de Buenos Aires y Malvinas siempre, esta postura ha sido la misma. Gran Bretaña sabe cuál es nuestra postura, nuestras relaciones con ellos son excelentes”.
En ese sentido, remarcó que la situación entre Argentina e Inglaterra “es muy diferente a la de Chile con Perú y Bolivia, en vista de que con ellos existen tratados vigentes, y en el caso de Gran Bretaña y Argentina no han logrado ponerse de acuerdo y lo que se hace, entonces, es un llamado a dialogar”.
Esta comparación no sería gratuita ya que no solo buscaría fortalecer mediáticamente su postura en el litigio, sino también enviar un mensaje al gobierno inglés, a pocos días de la visita a Chile del secretario de Estado británico de Asuntos Exteriores para América Latina, Jeremy Browne.
Y es que Londres no vería con buenos ojos el respaldo mapocho a la nación trasandina por considerar que desconoce una realidad internacional basada en el hecho consuetudinario: que las Islas Malvinas son inglesas. Ello debido a que, como trascendió hace varios meses, valoran que la insistencia chilena en esa línea los podría perjudicar en el diferendo con Perú y el futuro juicio en La Haya con Bolivia.
La razón es que, desde la óptica de la corona, si La Moneda no reconoce su soberanía en el archipiélago desde 1833 (obviando los tres meses de conflicto de 1982), también podría desconocerse el argumento sureño contra Lima: que hasta antes de ir a La Haya nunca se objetó la actual delimitación.
En el caso de Bolivia la cuestión sería: Si Chile respalda que Inglaterra devuelva el territorio de ultramar, que fue obtenido por medio de una invasión o guerra; lo mismo podría aplicarse frente al reclamo de La Paz para acceder al mar por territorio que antes de la Guerra del Pacífico le pertenecía.
El canciller sureño Alfredo Moreno reiteró el respaldo de su país a la demanda de soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, en contraposición a lo que establece Inglaterra.
En diálogo con la prensa señaló que “Chile apoya la petición de Buenos Aires y Malvinas siempre, esta postura ha sido la misma. Gran Bretaña sabe cuál es nuestra postura, nuestras relaciones con ellos son excelentes”.
En ese sentido, remarcó que la situación entre Argentina e Inglaterra “es muy diferente a la de Chile con Perú y Bolivia, en vista de que con ellos existen tratados vigentes, y en el caso de Gran Bretaña y Argentina no han logrado ponerse de acuerdo y lo que se hace, entonces, es un llamado a dialogar”.
Esta comparación no sería gratuita ya que no solo buscaría fortalecer mediáticamente su postura en el litigio, sino también enviar un mensaje al gobierno inglés, a pocos días de la visita a Chile del secretario de Estado británico de Asuntos Exteriores para América Latina, Jeremy Browne.
Y es que Londres no vería con buenos ojos el respaldo mapocho a la nación trasandina por considerar que desconoce una realidad internacional basada en el hecho consuetudinario: que las Islas Malvinas son inglesas. Ello debido a que, como trascendió hace varios meses, valoran que la insistencia chilena en esa línea los podría perjudicar en el diferendo con Perú y el futuro juicio en La Haya con Bolivia.
La razón es que, desde la óptica de la corona, si La Moneda no reconoce su soberanía en el archipiélago desde 1833 (obviando los tres meses de conflicto de 1982), también podría desconocerse el argumento sureño contra Lima: que hasta antes de ir a La Haya nunca se objetó la actual delimitación.
En el caso de Bolivia la cuestión sería: Si Chile respalda que Inglaterra devuelva el territorio de ultramar, que fue obtenido por medio de una invasión o guerra; lo mismo podría aplicarse frente al reclamo de La Paz para acceder al mar por territorio que antes de la Guerra del Pacífico le pertenecía.