El cubano Gabriel Padrón, Premio Nacional de Ciencias de ese país el año 2009, posee un amplio currículum académico. Estudió Licenciatura en Química en la Universidad de La Habana y luego cursó el Doctorado en la Universidad de Humboldt de Berlín, la más antigua de Alemania. Después de graduarse, realizó trabajos en el Instituto de Investigaciones de Proteínas en Osaka (Japón); el Instituto de Bioquímica Max Planck de Alemania; el Laboratorio Europeo de Biología Molecular en Heidelberg, Alemania (EMBL); y la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid (España); entre otros.
Con todos estos antecedentes, Padrón llegó hasta la Casa Central de la Universidad Santa María para dictar cátedras en el “Curso Internacional de Postgrado sobre Avances en Genómica Funcional”, organizado por la Red Iberoamericana de Biotecnología Isla Negra (RIABIN), encabezada por el académico del Departamento de Química de la USM, Michael Seeger.
Durante su estadía en el país, el académico de la Facultad de Química y de Biología de la Universidad de La Habana y del Instituto Superior Politécnico de Cuba, (que desde 1986 se dedica a la proteómica o estudio y caracterización de proteínas basado en espectrometría de masas), conversó sobre el desarrollo de su disciplina, las investigaciones que está realizando y entregó las claves para el éxito en el área.
-En términos prácticos ¿Qué beneficios acarrean sus investigaciones científicas?
-El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba, en el cual estoy trabajando, estudia temas biomédicos y agrícolas, pero orientado a un fin práctico. Siempre el objetivo es aplicar los resultados que salen de una investigación. De esta manera, desarrollamos vacunas y productos farmacéuticos, desde su etapa más primaria (investigación) hasta la última (comercialización).
-¿Cuál ha sido el principal producto que ha creado?
-Hasta el año 2009, diría que el producto con más repercusión social ha sido la vacuna contra la Hepatitis B. Esto ha permitido que Cuba sea el único país en el mundo que cuenta con todos los menores de 27 años vacunados contra la enfermedad. En cuanto a volumen de venta, el medicamento más importante que tenemos hoy, es uno para el tratamiento del pie diabético, que es una enfermedad terrible, la cual forma úlceras enormes y destruye la calidad de vida de las personas. En un gran número de casos, los enfermos deben padecer de una amputación. Este producto tiene una eficacia cercana al 90%, lo que asegura su éxito. Además, forma parte de la medicina social que hay en Cuba.
-¿Qué productos nuevos preparan para el futuro?
-Tenemos dos grandes áreas de desarrollo de proteómica: cáncer y desarrollo de vacunas contra enfermedades infecciosas. Por ejemplo, hay un proyecto de vacuna contra la Hepatitis C, el cual está en la fase terapéutica. También hay tres péptidos- en su segunda fase- para el tratamiento contra el cáncer.
-¿Cómo evalúa la investigación científica en Chile?
-Creo que está en un buen nivel, pero le falta dar el siguiente paso. Luego de la investigación, se debe dar el gran salto hacia la producción de medicamentos. La mayoría de los países de América Latina se quedan sólo en la etapa de estudio, y no se materializa en productos ni en la comercialización de los mismos. Debe existir una aplicación real y beneficiosa. Sin duda es costoso e implica mucho esfuerzo, pero vale la pena. La clave está en llevar los resultados teóricos a la práctica.
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