Concertación toma resguardos ante eventual derrota

Pasado el mediodía de ayer, cuando la atención política y mediática se volcaba al respaldo que minutos antes Marco Enríquez-Ominami había entregado a Eduardo Frei, los presidentes de partido de la Concertación llegaron hasta las oficinas de la vicepresidencia de la Cámara, en Valparaíso, para sostener un encuentro definido como clave en los preparativos para los comicios.

La cita, que finalmente se extendería por cerca de dos horas, había sido convocada la semana previa con la idea de concordar los criterios con que el conglomerado enfrentará tanto el proceso eleccionario como los resultados que éste arroje al final de ese día.

Uno de los puntos centrales por abordar era el del discurso con que el oficialismo saldrá a hablarle a su electorado después de conocerse los primeros cómputos, así como la convocatoria que harán a la militancia de sus respectivos partidos la misma noche.

Y es que cuando la mayoría de las proyecciones se ha jugado por una definición estrecha entre Sebastián Piñera y Frei (con una leve ventaja para el primero), y como nunca antes en su historia, los partidos de la Concertación acordaron tomar los resguardos que sean necesarios para una eventual derrota.

El tema ha sido analizado en extenso al interior de las cuatro colectividades oficialistas, siendo además discutido como punto de agenda en las reuniones de las mesas directivas del PPD y del PRSD efectuadas el lunes pasado.

El análisis compartido al interior del conglomerado es que, si bien la opción del triunfo sigue vigente, sobre todo luego de las señales de las últimas horas, es necesario estar preparados para lo que pueda ocurrir con la eventual llegada de Piñera a La Moneda.

En esa línea, el acuerdo adoptado por la mesa del PPD fue mandatar a su presidenta, la diputada Adriana Muñoz, para promover al interior de la coalición la idea de convenir un plan de acción para evitar el "desbande" y cuidar la unidad, que parta sobre la base de una convocatoria inmediata a la reconstrucción de una "fuerza progresista" que haga "oposición firme" al eventual gobierno de la Alianza.

Analisis similar fue el que se hizo también el lunes en la mesa del PRSD, donde se planteó la necesidad de tomar distancia respecto de las señales que sectores de la DC, particularmente los vinculados a los denominados "príncipes" (como el senador electo Ignacio Walker), han enviado para dar garantías de oposición constructiva a Piñera.

La cita de ayer de los presidentes de partidos concluyó con un acuerdo formal para postergar cualquier "pasada de cuentas" entre las colectividades ante una derrota. Esto, porque estimaron que tras un eventual triunfo de Piñera, éste buscará hacer un guiño a sectores de la DC, y un escenario de recriminaciones cruzadas podría generar tentaciones de ruptura en la Concertación.

Más allá de las diferencias que persisten entre los bloques PPD-PRSD y PS-DC, sobre todo tras la resistencia de Camilo Escalona y Juan Carlos Latorre a renunciar, los jefes de las colectividades concordaron jugarse por levantar un discurso unitario que llame a todas las fuerzas de centroizquierda, incluyendo a las que estuvieron con Enríquez-Ominami, a recomponer una alianza.

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