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En declaraciones a Efe, tras explicar en una reunión de prensa su descubrimiento, publicado el 1 de julio en la revista Nature, Hamuy se refirió al peso de Chile en la astronomía mundial y a la importancia que va a tener esta disciplina en el futuro desarrollo del país.
"La astronomía es la oportunidad, la disciplina con mayores ventajas, para producir ese gran salto que necesita Chile para ponerse a la misma altura que los países desarrollados", apuntó.
Según el profesor, actualmente Chile, que cuenta con siete observatorios internacionales, que dejan unos 50 millones de dólares anuales, y que concentra entre un tercio y la mitad de los telescopios que hay en la tierra, es, junto a Hawaii (Estados Unidos) y Canarias (España) uno de los tres centros astronómicos más importantes del planeta.
Hamuy explicó que el país, caracterizado por tener los cielos más limpios del planeta al registrar más de 320 noches despejadas cada año en algunas regiones, reúne todas las características para ser un polo astronómico.
Por un lado, dijo, se dan las condiciones climáticas idóneas para la observación astronómica, ya que las bajas temperaturas del mar, debido a la corriente de Humboldt, hacen que el vapor de agua se condense en lugar de evaporarse por lo que la nubosidad en el norte del país es muy baja.
Asimismo, la cordillera de Los Andes frena la llegada de frentes húmedos desde el Atlántico por el este y permite instalar telescopios en lo alto, lo que minimiza la distorsión que introduce la atmósfera en la observación.
Por otro lado, Hamuy apuntó a la estabilidad política como factor clave que ha permitido ofrecer "reglas muy claras" a los inversionistas extranjeros para instalarse en Chile.
Esa ventana hacia el Universo, propiciada por todos estos elementos, va a ampliarse, según el experto, tras los nuevos proyectos que obtuvo el país recientemente y que convertirán a Chile en una gran "potencia astronómica".
En este sentido, Hamuy destacó la futura instalación en el norte, por parte del Observatorio Austral Europeo (ESO) del Telescopio Europeo Extremadamente Grande (European Extremely Large Telescopa, E-ELT).
El cerro Armazones, situado en el desierto de Atacama, fue elegido por ESO en abril como el lugar para instalar el telescopio más grande del mundo, al que aspiraban otros países, particularmente España, con la candidatura de Roque de los Muchachos, en la isla de La Palma del archipiélago de Las Canarias.
Según el especialista en supernovas y en materia oscura, estos nuevos telescopios "vienen acompañados de tecnología que no existe hoy día, que va a haber que desarrollar" y que permitirá a los chilenos participar en su construcción y aplicar los conocimientos en otros sectores económicos del país.
"Todos los países desarrollados desarrollan nueva tecnología. Los países subdesarrollados no lo hacen", indicó.
"Si Chile es capaz de ponerse a producir nuevas tecnologías e innovar se estará poniendo a la misma altura que los países desarrollados", agregó.
El cielo chileno y las nuevas oportunidades que harán a Chile avanzar como potencia astronómica, permitirán a los científicos seguir buscando las respuestas a las grandes preguntas de la Humanidad sobre su origen y futuro, que quizás puedan encontrarse en nuevos planetas y en la materia oscura que conforma el universo.
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