Los ciudadanos colombianos Nelson y Anabeiva y el congoleño Prince narran sus proyectos y cómo llegaron a un país que los acogió, huyendo de amenazas y guerras.
Las guerras o la seguridad amenazada por grupos paramilitares son los motivos que han obligado a 2.982 ciudadanos de países como Colombia o la República Demcorática del Congo, entre muchos otros de los cinco continentes, a solicitar refugio o a convertirse en refugiados en Chile.
A fines de la década pasada, la Acnur (Agencia de la ONU para los Refugiados) miró a este país como uno de los probables destinos de los desplazados. Así, en 1999 le solicitó a la Vicaría de la Pastoral Social y de los Trabajadores constituirse como su agencia implantadora. El sí no tardó en llegar.
Nelson Montealegre (40 años, casado, dos hijos) es un refugiado. Este ciudadano colombiano arribó al país por medio de un programa de asentamiento hace cinco años. En su país quedó su granja integral autosuficiente, de 10 hectáreas, enclavada en Magdalena Medio, una localidad con clima privilegiado para la agricultura. Debió abandonarla por los amedrentamientos de organizaciones dedicadas al cultivo de la cocaína.
Cuenta a latercera.com que un día llegaron a su fundo para obligarlo a trabajar con ellos, a lo que se negó. "Yo no vine a Chile porque quise, fui desplazado por no compartir los ideales de estos grupos alzados en armas, porque nunca quisimos caer en sus tentaciones, en sus ofertas. Por eso fuimos declarados objetivo militar".
Si no se iban, esta historia no podría narrarla. Tras moverse por distintos puntos de Colombia, acudieron a la Defensoría del Pueblo y a la Cruz Roja Internacional para una solución. Los llevaron a Ecuador, pero la pesadilla no terminó: "Como es un país limítrofe y el narcotráfico ha roto las fronteras, también sufrimos una persecución. Y fue ahí donde el Acnur y el gobierno chileno nos reasentó acá".
"Llegamos a Chile, con muchas dificultades hemos logrado salir un poco adelante, no como uno quisiera". Dice que la población refugiada debe lidiar con muchos problemas. Algunos, dificultades para sacar documentos y acceder a créditos.
Pese a estas condicionantes, Nelson Montealegre es hoy dueño de una empresa microfamiliar dedicada a la elaboración, proceso y envasado de frutos secos. Lleva cinco años en Chile y se enamoró de la cocina chilena: "Mi comida predilecta son los porotos con tallarines, me fascinan. También el pastel de choclo".
En su natal Colombia, habitó en una región donde había un promedio de 38°C a 40 °C. Así que el frío de la capital también fue un tema a resolver. Afirma que les costó acostumbrarse, pero hoy da su receta. "Una buena alimentación influye mucho para capear los fríos".
El microempresario dice que le gustaría volver a su país, "pero creo que eso va a ser un poco difícil. Tenemos dos hijos que se están acostumbrando a este país".
Anabeiva Vergara (37) es su compatriota. Las amenazas contra su esposo la obligaron a emigrar a Costa Rica, primero, y a Chile, después. "Tenía un buen empleo. Le pedían dinero, pero como él no era dueño de la obra, él trabajaba en una, sí era la mano derecha del jefe y hacía los pagos".
También tiene dos hijos y arribó al país el 15 de junio de 2005. Fue difícil asumir el cambio de país. Fue objeto de bromas pesadas por su color de piel. "Uno no les presta atención, porque eso es ignorancia", afirma.
Hoy confecciona artesanía en telas, muñecas de trapo y las comercializa.
HAKUNA MATATA
Otro de los refugiados es el congoleño Prince Isenwami (26). En diciembre cumple cinco años en Chile. Dejó este país africano por la guerra. Quería ir aprobar suerte a Australia, pero en el camino los planes cambiaron drásticamente.
-¿Cómo llegó a Chile?
"Por casualidad me encontré con unos chilenos en Kenia que vivían hace 15 años allá, tenían un negocio. Ellos me aconsejaron venir acá para conseguir mi visa para Australia, porque, según ellos, este trámite desde Chile era más fácil. Después pensé por qué no ir a Chile... Me vine acá, pero después la embajada de Australia me negó la visa".
Sólo y en un país extraño se convirtió en refugiado. Hoy tiene muchos amigos, con quienes montó un grupo que difunde la cultura africana.
"Tenemos un grupo hakuna matata (están en facebook) que es una forma de vivir, de pasar bien la vida. Con todos los problemas que tenemos siempre hay que disfrutar. Con el tiempo nació la idea de entregar la cultura africana vía comidas, música, vestimenta. Ahí nació un grupo musical, también vendemos artesanía africana".
-¿Qué planes tiene con su agrupación?
"El sueño es abrir un centro cultural africano, pero ahora necesitamos a un socio que ponga las lucas", dice soltando una risa.
Quienes estén interesados en saber más de los productos de Nelson y Anabeiva o espectáculos culturales de Prince pueden visitar la "Primera feria de servicios para personas refugiadas: Chile país de acogida". Estará abierta hasta el 1 de agosto en Alameda 3470 y es organizada por el Fosis, la Vicaría Pastoral Social y Mall Plaza.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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